Capítulo 26; La hermana de Sakura.

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Mei Fujimoto, 33 años, cabello rosado, ojos verdes, sonrisa encantadora. Era una humilde muchacha que vivía en uno de los barrios pobres de Japón trabajando en una vieja cafetería, aunque no siempre había sido así. Cuando era pequeña vivía con su familia Kizashi Haruno, Mebuki y su hermana mayor, Sakura. 

Mei era la única persona que sabía toda la verdad, sin ningún punto de preferencia en específico. Había convivido con Sakura, era amiga de Naruto y ahora podía ver un poco la parte del Uchiha.  

—¿No te parece muy malo? —le había preguntado a Sakura—. ¿Qué pasará cuando lo sepan?

—Jamás lo harán —sentenció Sakura, pero Mei no estaba tan segura.

Ella sabía que podía intentar pararlo todo, pero... no lo haría. ¿Por qué? Porque la verdad a veces podía ser incluso más cruel que la mentira, y ella estaba cansada de todo eso. Estaba cansada de los juegos de Sakura, de la estupidez de Sasuke, y de la inocencia de Naruto.

—¿Por qué haces esto? —le preguntó en muchas ocasiones. 

—Para que sufran como me han hecho sufrir. 

—Pero ellos no lo merecen —Sakura le había mirado con odio.

—¿Y yo sí lo merecía? 

Sakura siempre la trató como alguien inferior, Sasuke nunca le prestó atención, y el rubio siempre fue tan condescendiente con ella que no podía más que esperar que en cualquier momento le apuñalara por la espalda -basada en sus terribles experiencias-. Empero, aún no lo hacía, y contrario a lo que esperaba había encontrado un nuevo amigo en Naruto durante sus últimos años, le había comenzado a apreciar por lo que era y se había dejado al descubierto de su nuevo amigo, y éste le había recompensado confiándole la secreta existencia de un Uchiha de seis años, hijo de Sasuke.

—Mei —Naruto había sonreído cuando le había visto. Ella estaba atendiendo en la cafetería, y él la había llamado, por lo que se le había acercado a pedir su orden—. Qué bueno verte de nuevo.

—Hola Naruto —ella le había devuelto la sonrisa, aunque estaba intrigada de verle en Japón y en aquel barrio para variar—. ¿Qué te trae por estos lares? ¿Vas a tomar algo?

—No sabía que trabajabas por aquí-ttebayo —Naruto le miró de pies a cabeza con una pequeña sonrisa, y ella se sonrojó—, ¿me das dos panecillos y un té, por favor? Uno con relleno —pidió. 

—Es lindo verte de nuevo —le entregó su pedido con la promesa vacía de volverse a ver.

Supuso que si Sasuke no sabía, su hermana Sakura tampoco, y ella no pensaba romper el voto de confianza de Naruto. Luego de él, no tenía a nadie más. 

—¿Naruto?

—¡Hola-ttebayo! Tengo un poco de hambre, ¿crees que te dejen conversar?

—Mi turno acaba en al menos una hora —alzó una ceja—. ¿Has venido solo para hablarme?

—¡Por supuesto-ttebayo, tengo tiempo sin verte! —se recostó en la silla—. Tengo tiempo, te esperaré. Pero traéme algo de comer por ahora, por favor.

Su padre, Kizashi Haruno, había muerto misteriosamente dos años después de que Sakura diera a saber que estaba embarazada y huyera de casa, para Mei, no era ningún misterio cómo murió. Su madre, le había envenenado para quedarse con su fortuna. De tal palo, tal astilla. ¿No? 

Aunque Hizashi en realidad no era su padre le había querido como si lo fuera, después de todo ella nunca pasó tiempo con Robert, el hombre era perteneciente a la mafia japonesa, los Yakuza, pero Mebuki y Sakura se las había apañado para hacerle ver como una mosquita muerta y un buen hombre. 

El hijo de un abogado |SasuNaru|Where stories live. Discover now