9. Triangle.

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'Dónde empieza un triangulo amoroso.'

| Dylan Scott |

— ¿De qué estás hablando? — Barbara miraba a Bieber y yo la miraba a ella. Su comentario no me hizo gracia en lo absoluto y puedo asegurar qué sí no estuviese ella aquí, joderia cada hueso de su cuerpo.

— ¿No lo sabe? — Se podía ver la diversión que invadía en él al decir eso, y supe qué lo usaría a su favor para crear desconfianza.

— No tiene porqué saberlo. — Respondí neutro, sin alargar más la conversación o caer en su juego.

Me di la vuelta al lugar qué estábamos antes de la carrera, agarre las llaves del coche y salí de ahí, no sin antes asegurarme qué Barbara venía conmigo. Los demás se quedaron.

— ¿Puedes explicarme de qué estaba hablando? — Barbara tomo posición frente a mí impidiéndome el paso para seguir caminando.

— ¿Vas a explicarme tú lo qué dijo?

— No tienes porqué saberlo. — Repitió mi anterior respuesta e intente no reír al escucharla. Nadie podía quitarle autoridad ni razón aunque no la tuviera, es de las cosas qué más me gustan de ella.

Las siguientes 3 cuadras fueron en total silencio hasta llegar al parqueadero dónde estaban los autos.

Le abrí la puerta del copiloto esperando qué subiera. Di la vuelta para subir igualmente, encendí el coche y me di cuenta qué no me estaba mirando como normalmente lo hace, al contrario, estaba viendo la ventana.

— ¿Cuándo nuestra confianza se quebró tanto al punto de qué no quieras contarme nada? — Sentí una punzada en el corazón cuando la escuche decir eso pero aún sin mirarme.

— Cuándo empezaste a ocultarme cosas y mentirme.

— ¡Nunca te he mentido! — La hice enojar, su respiración subía y bajaba aceleradamente.

— Entonces no niegas qué me has ocultado cosas.

—  ¡Son cosas sin importancia, Dylan! — Tenía la extraña manía de mover sus manos mientras hablaba, era su forma de expresarse mejor. — Jamás te he ocultado cosas importante, tú sabes todo de mí.

— ¿No te parece importante contarme qué ahora interactúas con Bieber? Hazme una lista de las cosas qué son importantes para ti. — Rodee los ojos y apague el coche de nuevo.

— Tú eres importante. — Agarro mi mano del volante y la entrelazo con la suya. — Lo más importante para mí. No quiero estar así contigo, me duele demasiado estar tan distante.

Cuándo Barbara me habla así, o me mira cómo si solo fuera yo es dónde se me olvida qué soy un trabajador más y mis sentimientos por ella salen a luz. Yo no negaba qué la quería, más de lo qué se puede querer a alguien, lo qué sentía por ella iba más allá qué simple capricho.

— Te cuido con mí vida, Barbara. Sí pasara algo, y tienen que decidir a quién salvar, diría mil veces qué te salvarán a ti.

— Lo sé, yo haría cualquier cosa por ti. Iría a cualquier lugar contigo, eres la única persona en la qué confió.

Deposite un beso en su mano para luego mirarla fijamente.

Desde qué conocí a Bárbara todo fue diferente, ella no me veía cómo su simple guardaespaldas, me veía cómo su protector, confiaba en mí como yo lo hacía con ella, me elegía a mí por encima de otros, incluso por encima de su familia. Me hizo sentir seguro siempre.

Ella es todo lo qué cualquier hombre quiere, entonces la ves, la conoces y sabes qué será difícil porqué es inalcanzable.

Aún recuerdo la primera vez qué peleamos al enterarme qué estaba en una relación amorosa con el imbécil de Evans.

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