EL CHICO QUE TOCÓ A MI PUERTA.

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Las horas se me hacían cortas este día. Mi té no opinaba lo mismo, apenas sentía que lo había servido y ya estaba frio. A esta hora de la tarde la brisa otoñal golpea más recio. Cinco y media y ya estaba completamente obscuro. Hacía rato que no paraba de llover. Una repentina ráfaga de viento abrió el ventanal y corrió la cortina; razón suficiente para levantarme al fin de mi silla.

El aire estaba empezando a volar las hojas sobre la mesa que ocupaba de escritorio, así que me apresuré. Al cerrarla, confundiendo el sonido del pestillo con el de la puerta, me quedé en silencio un momento para asegurarme si había escuchado bien. La lluvia a cantaros seguía cayendo y unos cuantos relámpagos tronaban a lo lejos e iluminaban por ratos el estudio.

>>seguramente confundí el sonido<<

TOC-TOC-TOC

¡AH! ¡ahí está otra vez!

De vez en cuando algunos pájaros suelen picar los marcos de las ventanas, pero con este torrencial dudo mucho que alguno se encuentre fuera de su nido.

Otras condolencias seguramente. Habían pasado meses desde la última. Me puse mi abrigo primero, afuera seguramente estaría helando.

TOC-TOC-TOC-

Otro toque, pero yo ya estaba cerca de la puerta. Al abrir, me encontré con la última persona que me imaginaba en mi pórtico.

—¿Potter? —pregunté incrédula. Mi cara parecía una mueca extraña.

—hola, ____—

¿Por qué hoy?, ¿Por qué aquí? Hoy era su gran día, supuestamente.

—¿Qué haces aquí Pot... Harry? —

—este es el último lugar donde ellos me buscarán—

Algo no terminaba de hacer "clic" en mi cabeza. Fueron esas infinitas gotas escurridizas sobre su frente lo que me despertó.

—ahh. adelante, pasa— dije al fin

—gracias— dijo él cascabeleando los dientes.

—quédate aquí, quítate los zapatos, te traeré una toalla— un sonoro estornudo salió de él y resonó en toda la casa.

—lo siento— dijo apenado.

—tal vez... sean un par de toallas más— dije más para mí que para él.

Se sentó en un taburete en la cocina. Puse un hechizo sobre las mantas que lo abrigaban para que se quedaran tibias en todo momento. Lo mantuvieron seco y lo llenaron de su calor hasta que dejó de temblar.

—lamento importunarte así de improvisto, sé que aún sigues en duelo— apenas distinguía su voz, la lluvia seguía azotando afuera y parecía que a él se le cerraba la garganta.

—no es como si tú te la estuvieras pasando mejor... — sostenía su taza de té con tanta aferración que creí por un momento que la rompería.

—se suponía que hoy sería el día más importante de mi vida, pero... —no pudo continuar y agachó la cabeza.

—lo sé— dije apenas.

—¿lo sabes? — preguntó incrédulo.

Sobre la mesa, debajo de una buena pila de papeles, se escondía un periódico que había llegado hace un par de horas. Lo tomé y se lo mostré.

—una noticia como esa, bueno, valdría la pena mostrarla cuanto antes. Las impresiones debieron salir disparadas de "el profeta" para ser entregadas nada menos que sin costo alguno ¡¿puedes creer?! —

Harry sostenía el papel que se empezaba a romper en sus manos empapadas y no daba crédito a lo que veía.

—¿pero... quién? —

Señalé la esquina inferior donde se mostraba la brillante enrulada cabellera rubia de la vociferadora de tal noticia.

—¿tu quien crees? Skeeter, por supuesto. —

—pero ella no estaba invitada, no estaba ahí— sus manos temblaban de nuevo.

—ella tiene ojos en todos lados, a cualquiera que hayas contratado para la ceremonia o la recepción, cualquiera que se quiera ganar unos cuantos galeones a cambio, y una noticia así, con esa foto, bueno, seguramente debió haber pagado mucho— parece meditarlo un poco.

—entonces... ¿Por qué lo regaló? Si esta información le costó mucho. —

—pues... supongo que para seguir vendiendo— al parecer no le había quedado muy claro mi respuesta. — funcionó como anzuelo. Mira, el profeta ha estado en declive estos últimos años, necesitan una buena nota de vez en cuando y hoy tú, nada menos, se las diste. Ellos la tomaron y la exprimirán hasta el cansancio. Por qué supongo que no te fuiste del lugar dando una buena explicación. De haber sido así, no hubieses llegado a mi puerta. —hiso un gesto no muy claro cuando lo mencioné, lo tomé como una afirmación— Así que, ellos seguirán escribiendo sobre ti en los próximos días y cada nota será peor que la anterior. Ellos son así y eso es lo que hacen—

Su mirada se perdió de nuevo en su taza de té, de repente, volteo a ver la sortija de esmeralda que portaba en mi mano, un recordatorio de mi casa en Hogwarts.

Algo en su mirada se volvió turbio.

—necesito pedirte un favor—

Eso me tomó por sorpresa, ¿Qué querría el gran Harry Potter de mí?

—no sé cómo yo podría, pero supongo que puedo ayu...

—no quiero verlos— me interrumpió—no quiero ver a nadie, no quiero que me encuentren, no quiero su lastima ni su consuelo, no quiero sus palabras hipócritas— se aferraba las manos al pelo.

—¿ni siquiera de tus amigos más cercanos? — siempre lo veía en la escuela a lado de la chica lista y un Weasley.

—¡NO!, Ron es su hermano y Hermione es su mejor amiga, no los quiero ver tampoco...—

—está bien, pero ¿Cómo yo te puedo ayudar entonces? —

Harry bajó la cabeza de nuevo a la taza y un pequeño rubor salpicó sus mejillas amoratadas por el frio.

—necesito que me dejes pasar la noche aquí, no quiero salir. Me encontrarían en cualquier otro lugar, muggle o mágico, pero no sospecharían que estoy aquí... mira, puedo pagarte— dijo después de ver mi cara perpleja.

—¡NO! No, no es necesario, Harry. Puedes quedarte no solo una noche, sino todo el tiempo que gustes, el que necesites para salir a enfrentarte de nuevo a todos ellos. Yo entiendo. Les diré a mis elfos que te preparen, primero, un buen baño caliente y que enlisten una habitación— él tomó mi mano y me miró directamente a los ojos.

—gracias—dijo y de nuevo se le nublaba la vista en lágrimas. Jamás lo había visto así, no dudo que no haya sufrido ya bastante el pobre durante su infancia y en los años de colegio. Incluso ahora sigue sufriendo, por alguien que ama.

No sé cómo me levanté de la silla hacia donde estaba él y lo abracé. Él al principio parecía extrañado. Y era por el hecho de que una serpiente se mostrase así.

—todo va a salir bien—sus brazos rodearon mi espalda y dejo descansar su mentón en mi hombro.

Una sensación hormigueante me calentó desde la punta de los dedos hasta la cabeza y por primera vez en mucho tiempo, no me sentía tan sola.


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primer capitulo de esta historia que me surgio el otro dia mientras tomaba el té y llovia.

comentenme que les parece.

Escrito Con Magia {Harry Potter Y Tu}Where stories live. Discover now