Escrito Con Magia {Harry Potter Y Tu}

VERDAD O TRAGO.

Rayita.

No me parecía gran cosa en el colegio. Probablemente porque estaba enamorada de alguien más. Él era-es-famoso por lo que hizo. Eso lo volvía popular, pero ni siquiera tenía buena pinta. Lo que lo volvía interesante, era su valor, el chico tenía agallas y lo demostró en el torneo de los tres magos y en los partidos de quidditch. Sin mencionar la batalla contra voldemort. Y entonces, yo me pregunto...

¿Qué sería lo peor que podría pasar? Si es que soy yo la que toma la iniciativa de conquistar a un chico. Bueno, no creo ser ni la primera ni la última. Pero mantener el control frente a ellos es muy complicado. Nuestros mismos ojos nos delatan. Somos demasiado obvias. ¿cómo evitar el sonrojo? Siento el mismo olor de mis feromonas emanar de mi cuando estoy cerca de él.

Pero es que, cada diminuto movimiento que él haga es como si hubiese descubierto una nueva maravilla. Cuando sirve el té. Cuando ayuda con algunos quehaceres de la casa. Cuando frunce el ceño mientras lee. Cuando levanta la vista y me atrapa observándolo. Incluso su olor. Cuando bebe agua. Su lento parpadear. La forma en la que intenta mirar sin lentes. Su ceño cuando tiene duda de algo.

Y la idea de que me guste tanto, duele. No duele en el corazón, no figurativamente, sino es algo físico y real, es como una enfermedad que te paraliza todo. Los nervios, el estómago, te tiemblan las piernas y sientes fiebre. Él no hace nada, no se esfuerza por parecer lindo, él solo lo es.

Y ya, es suficiente para traerme como estúpida todo el día. Todo el esfuerzo que pongo para que no me falle la voz, al final del día se vuelve cansado.

Pero a la mañana siguiente quiero más de sus pequeñas cosas. De sus buenos días, de sus ¿gustas más té? Más de sus no te preocupes, yo lo reparo. Mas de él. De él Harry que es bondadoso y no se muere en su propia tristeza. Ahora tiene un mejor semblante y está comiendo mejor. Debo confesar que no hemos hablado propiamente de lo que pasó y el cómo se siente ahora.

Pero le ha costado tanto recomponerse que no quiero que recaiga en el punto en el que estaba antes. Me he quedado callada tantas veces para no molestarlo con tal de que se quede conmigo más tiempo. Me ha tenido tanta paciencia, no me ha dicho nada cada vez que me ve, como ahora, mirándolo fijamente.

—no quiero sonar grosero—dice—pero, ¿acaso no tienes que trabajar hoy? —

—bueno, en un poco difícil de creer, pero, estamos de descanso—dije imitando un poco su tono.

—¿puedo preguntarte un poco sobre qué es lo que haces en tu trabajo? —

Soy editora en jefe de un diario que apenas se creó. Trabajo para Draco Malfoy, el exmortifago. Decenas de miembros están renunciando a sus cargos en el ministerio y es por lo que he escrito. Y algunos aurores han sido llamados para minuciosos interrogatorios.

Pero claramente no le puedo decir eso. El otro día rompió las hojas del periódico en pedazos. Ese día se extendió una lista de aurores corruptos en los que, obviamente, su nombre no aparecía. Aun así, muchos de esos, eran amigos de Harry, conocidos y compañeros. Él no estaba nada contento y unas cuantas maldiciones salieron de su boca para golpear mi responsable conciencia.

—solo soy una secretaria, últimamente he estado en archivo. Nada interesante. Pero al menos es algo—

—por supuesto —me dice él— no hay trabajo pequeño. Disculpa si te incomodé. —

—no te preocupes. Así es como se debe empezar, creo...—

Ve que mi rostro se torna serio y lo veo acercarse a mí. De la forma más discreta posible, cierro el computador y pretendo parecer tranquila. Trabajar desde casa es un poco complicado cuando quieres evitar que te descubran.