Skyler Harrison tiene una regla fundamental a la hora de involucrarse con un chico y es que esta terminantemente prohibido que sus nombres lleven la letra "J".
Mujeriegos , Egocéntricos, Narcisistas , Impulsivos , todos resultaron ser iguales.
Cada...
La tarde del lunes soy la primera en llegar al sótano, al menos eso pienso hasta que veo a Ryan sentado sobre los muebles.
—Hola.
—Hola.—Contesta y regresa a lo suyo.
Dame paciencia.
—¿Ellos aun..?
—¿Los ves aquí?.—Me suelta.
Tomo un respiro y tenía solo pensado sentarme hasta esperar que lleguen todos, pero una semana ha sido suficiente soporte para mí.
—¿Por qué no te caigo bien?
Pudiste haber dicho algo mejor.
El me observa confundido.
—No recuerdo haber hecho algo para ganarme tu odio.—Continuo.—Entonces.. ¿Por qué no te caigo bien?
—¿Quien dice que no me caes bien?
Bajo los hombros.—Pues tú, te has encargado hacérmelo saber.
Ryan frunce el ceño.
—Así que podemos seguir como estamos.—Le menciono y vuelve a darme una mirada confundida.—O superar esto por el bien de la banda.. ¿Quieres ganar tanto como ellos, no?
El no responde.
—Entonces debemos llegar a un acuerdo.
Acabo y el silencio nos rodea hasta que lo escucho reír.
¿Ahora soy un payaso?
—¿Qué?
—¿Siempre eres así? .—Me pregunta y mi ceño se frunce.—¿Preocuparte por todo?
Trago saliva.—Solo cuando algo realmente me importa.
Sus ojos se abren.
Carraspeo.—La banda, digo.
Él sonríe a media y cuando creo que me aceptara, me dice algo mucho más confuso.
—Un consejo, Sky.
No recuerdo haberlo pedido y aun así lo escucho.
—No trates de esforzarte de que todo el mundo te acepte.
Mis ojos se abren.
—Podrías llevarte una decepción.
¿Qué?
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—Note menos tensión entre tú y Ryan.—Me dice Jaiden.—¿Ya se llevan mejor?
Me giro a ver a Ryan,. Quien me da una sonrisa burlona antes de despedirse de todos y subir las escaleras para marcharse.
—Estamos soportándonos..
Él sonríe.
—Gracias por hacerlo.—Me dice y le sonrio despacio.—Por soportarlo.
—¿No todo podía ser color de rosas , no?
—Ohh.. ¿Te gusta una vida color de rosas?
—Creo que todos esperan tener una vida de color rosa.—Respondo.—Ya sabemos que eso es imposible.
Termino de acomodar mis cosas dentro de la mochila y entonces lo escucho.
—¿Y qué hay de las rosas?
—¿Qué?
—¿Te gustan?
—Prefiero los chocolates.
—Entonces considerare no traerte rosas.
Sonrio.
—¿Y qué hay de una cita?
Mi sonrisa se cae a medias.
—¿Qué?
Los ojos de Jaiden me observan detenidamente.
—Una cita.—Repite dejándome helada.
Creí que habíamos quedado en ser..
—De amigos.—Me aclara, aunque su sonrisa dice algo diferente y una parte de mi siente decepción.—¿Saldrías conmigo, Sky?
