La Bratva ha decidido abandonar "La asociación" comandada por Eiden Palacios, con ello, consolidan una vez más su enemistad.
Madaby Palacios no es ninguna paloma blanca, a pesar de los esfuerzos vanos de su hermano mayor, se verá atraída por los be...
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No beberé, no beberé, no beberé, no beberé... Joder ya lo hice... Por quinta vez, si es que vale la redundancia.
Vi pasar a la chica que recientemente besó Gamaliel y si no es porque estoy drogada, les aseguro que le habría arrojado la botella de cerveza sin importarme si le arruiné el maquillaje barato que se carga.
Ay qué horror, por favor alguien dígame que no se está acercando. ¡Por Dios! La salida está del otro lado. Esto en verdad no está pasándome, díganme que no, se los suplico.
Con algo de suerte si me alejo lo suficiente lograré evitarla por completo.
— ¡Oye vos!
No escuchaste nada, sólo sigue caminando, tú sigue y ya, justo como vas.
— Ex novia de mi ex novio, te hablo.
— ¿Hoy tenías que hacerme pagar por todas mis tonterías, en serio? — le susurré al de arriba.
Se acercó, me miró de pies a cabeza. — Vos no sos su tipo ¿Qué habrá pasado con él?
— Pues la ecuación es de primaria, ¿no crees? Mejoró su gusto. Es bastante obvio.
Rio. — Sos muy chistosa, bueno, solo para decirte que vine por él y me lo voy a llevar, vos no lo vas a volver a ver más, así que espero que hayas disfrutado verlo besándome.
Esta tipa tiene tanta suerte de que mi imaginación no pueda hacerse literal...
— Wow, sí que debe ser una noche especial para ti, ¿No? Ser besada y desechada como tampón usado — fruncí los labios —. Pero apuesto que ya estás acostumbrada.
— Sos muy graciosa, supongo que eso le gustó de vos, de otro modo no sé qué ¿Acaso sabías que estuvo en el ejército? ¿Sabías que tené dos licenciaturas y una ingeniería? ¿Vos sabes algo de él? No, no creo, pero vine a salvarlo, tendremos una misión y vendrá conmigo cuando le quiten el rastreador, así que, vos disfruta los últimos días con él, te firmo con sangre, que en cuanto me lo lleve, vos no lo volverás a ver. — se paró frente a mí. — Jamás.
— Yo no tengo nada que probarte, soldadita de porcelana — sonreí — pero si fueras más lista te tragarías tus palabras, a menos claro, que quieras saludar tus globulos rojos esta noche.
— Vos deberías saber que sé quién sos, Elizabeth Anderson de Texas, pero la Texas que se llena de sangre por negocios sucios, vos no sos su tipo, conozco a las de tu tipo, lo olvidarás... o no, ese nene dulce y muy inocente no es alguien que vos puedas controlar, es inofensivo, muy ingenuo, pero en el fondo es una maleza, una que vos no pudiste controlar, por lo que veo ¿Qué te hace pensar a vos que has mejorado y ahora si podrás con él?
— Te aconsejo que vayas cerrando la boca antes de que salgas gritando de este lugar — amenacé encarándola pese a que me llevaba dos centímetros.
