1. Iniciativa vengadores

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—Señor Stark, esto es muy importante. Al menos escúcheme por favor.

Tony miró a la agente Romanoff con una amplia sonrisa.

—Nat, si me hablas de manera tan formal, menos querré escucharte.

La chica vestida con un precioso traje sastre se cruzó de brazos.

—Tony, solo lee los reportes que te envió Fury.

Contraria a la petición de su gran amiga, el magnate solo giró en su silla tarareando una canción a modo de molestarla.

—Muy bien, entonces tendré que hacerlo yo —Nat se acercó a su escritorio activando los hologramas de Jarvis donde se visualizaban montones de fotografías y Tony tuvo que detenerse para ver lo que su amiga intentaba explicarle—. Shield protege un extraño y muy poderoso objeto que viene del espacio, desgraciadamente Hydra ya sabe de su existencia y en estos últimos meses han atacado nuestras bases causando múltiples bajas...

—Ya les dije que lo único que puedo hacer es brindarles seguridad con mi inteligencia artificial —interrumpió a su amiga sabiendo hacia donde se dirigía—, no puedo hacer más por ustedes, si tantos problemas les causan esa cosa, regrésenla al espacio.

—No podemos hacerlo de momento, Tony y lo sabes —continuó Nat reclamando—. Fury fue asignado como protector de ese objeto y sí, puedes ayudarnos de otra forma, necesitamos que seas parte de nuestro equipo.

—Los vengadores —canturreó entrelazando los dedos—, un grupo de idiotas para proteger un cubito... ¿y qué esperas? ¿Que gastemos nuestra vida siendo guardianes de esa cosa? ¿Qué pasará si alguno muere? ¿Reclutarán a más personas para seguir cuidando de él hasta el final de los tiempos?

—Si hubieras leído los informes en primer lugar, no preguntarías algo tan absurdo —regañó Nat apoyando la cadera en el escritorio—. Fury espera el aviso del asgardiano...

—Cuando dicen que Fury tiene contactos importantes, no bromean ¿cierto? —Interrumpió de nuevo con una amplia sonrisa.

—Este asgardiano —continuó la agente sin inmutarse—, prometió que protegería del cubo junto a otros tesoros que almacena Odín. El plan es reunirnos en una de las instalaciones de Shield para proteger del Teseracto hasta que Thor venga por él.

— ¿Y ya? —Cuestionó Tony al ver que los documentos decían mucho más de lo que su amiga había explicado.

—Ese es el plan A —comentó Nat sonriendo de lado—, el plan que todos sabemos que vas a rechazar. El plan B se adecúa más a tus egoístas decisiones: todos nos reunimos en las instalaciones de Shield, pero tú solo funges como un instructor, entrenas a los nuevos reclutas para que sean capaces de proteger el cubo hasta que Thor venga por él.

— ¿Y cual es mi ganancia? —Preguntó al ver que ambos planes sonaban muy aburridos.

—Puedes dar una conferencia acerca de lo perfecto que eres y el gran avance de la tecnología actual gracias a tu enorme cerebro.

—No aprecio el sarcasmo —sonrió amplio al ver la diversión reflejada en el semblante de su amiga—, sin embargo, lo consideraré si mis pupilos son mentalmente maleables.

—Supongo que cualquier cosa que le digas a Bruce, él lo acatará.

Tony no pudo evitar su expresión de sorpresa.

— ¿Me has quitado a mi mejor amigo para que vaya a jugar con tu jefe? —Preguntó con un tono exagerado de indignación.

—Creí que yo era tu mejor amiga —Nat caminó hasta quedar a su lado y sentarse sobre el escritorio hasta que esas sensuales piernas casi rozaban su brazo—, y no solo convencí a Banner, tenemos a más de nuestro lado.

—Será interesante saber quienes son —Tony se recargó en su asiento para mirar fijo esos preciosos ojos verdes.

—Obviamente Barton es parte del equipo —el orgullo de su amiga hizo que Tony silbara con burla—, también estará Sam, Rhodey...

—Claro que sí, llévense a todos mis amigos.

—Y el más importante de todos —Nat hizo una pausa dramática—... el Capitán América.

Tony se carcajeó sin poder evitarlo logrando que Natasha volviera a mostrarse molesta.

— ¡Por favor! —Logró hablar entre sus risotadas— ¿Ese vejestorio es capaz de ponerse de pie? ¿En qué puede ayudar un hombre de ochenta años?

—Está mejor conservado de lo que tú crees —se defendió Nat cruzándose de brazos de nuevo—, es alto, rubio, musculoso y aparenta que no ha pasado de los treintas.

Tony detuvo sus risas para mirarla con atención. Hasta donde sabía, el capitán había sido hallado apenas unos meses atrás, lo habían descongelado y logrado reanimar para proteger a Nueva York cuando Loki se volvió una amenaza latente para el mundo, pero era un suceso que no le interesaba al imaginarlo siendo un anciano en su totalidad.

— ¿Acaso quieres picar mi curiosidad? —Inquirió al ver que el semblante de su amiga se convertía en uno travieso.

—Sé lo mucho que te encantan los rubios —sentenció Nat desviando la mirada hacia los hologramas, extendió una mano para abrir la fotografía del esculpido rostro del Capitán América— y este en especial tiene unos bellísimos ojos azules, una piel firme, músculos de ensueño y una voz grave tan sensual que, si no lo reclamas, me lo quedaré yo.

Tony entornó los ojos odiando de momento a esa chica pues sabía que la mayor parte del tiempo, si querían convencerlo a hacer algo que no quería, debían retarlo de alguna forma.

—Está bien, iré —se quejó antes de que Natasha sonriera triunfante—, pero como el plan B, solo iré a echar un vistazo, quizás les de algunos trucos para defenderse y me regresaré a mi torre.

—De acuerdo —Nat se bajó del escritorio dirigiéndose a la puerta y antes de salir, se giró para hablarle—, procura usar uno de tus mejores trajes, cariño, o te robaré a ese precioso rubio.

La chica se retiró de su oficina y Tony solo se echó a reír. Era imposible negarse a una petición de la vida negra, siempre tenía un as bajo la manga para obtener lo que quería.

La seducción de Stark (Stony)Where stories live. Discover now