ShinKami Week 2019 - [BNHA]

• Día 2 •

Kaminari había encontrado el mejor anticonceptivo de toda la historia.

Joder, tenía que patentarlo y hacer dinero para derrochar en Las Vegas y en vidas para jueguitos del móvil con escaso contenido intelectual.

Él era un bendito genio. Una mente demasiado avanzada para la triste y pobre humanidad... se había adelantado a sus propios tiempos.

¿Quién lo hubiera dicho? ¡Era Kaminari el que había resuelto el problema para las enfermedades de transmisión sexual, las bendiciones y también la pérdida temprana de las florecitas!

Iida estaría orgulloso. Quizá hasta le daría una palmadita en la cabeza.

—¿Me recuerdas por qué aceptamos hacer esto? —masculló Shinsou mientras se removía de las ataduras en sus muñecas tras la espalda—. Cuando podríamos estar en mi cuarto mientras te como la boca.

Kaminari casi se desmayó ante tan fuertes declaraciones. Pero no podía mostrarse débil; él tenía una hipótesis que verificar si quería convertirse en millonario de la noche a la mañana. Ya luego la gente se arrastraría a sus pies para pedirle el secreto.

Mientras tanto, tenía que concentrarse en no tener una erección en ese mismo momento. La compañía extra y el lugar en el que se encontraban no eran los indicados.

Además, todo su experimento se habría ido por la borda si se dejaba llevar por los deseos de la carne y se arrojaba a sabrosearse a ese dios griego que tenía por novio.

¿Cómo podían pretender que Kaminari se aguante, si veía su hermosa cara —pese a llevarla llena de stickers y maquillaje mal puesto— tan de cerca? Tendrían que declararlo santo luego de llevar a cabo tal milagro del cielo.

Denki Kaminari era un santo con todas las letras. Un virgen de deseos puros.

Aunque uno muy mentiroso, también. Porque no era un santo ni tenía deseos puros.

Y sus florecitas estaban más muertas que las ganas de vivir de Shinsou.

—¡Oh, vamos! —Kaminari fingió con una sonrisa que sus ataduras no estaban cortándole la circulación de los brazos—. ¡Esto es divertido! Tiempo de calidad, haciendo algo productivo...

Algo en la cosa cayó. Shinsou y Kaminari dieron un brinco cuando escucharon algo de vidrio hacerse añicos contra el suelo; seguido de un maullido enojado, y también un par de risitas muy agudas y malvadas.

Shinsou no parecía entender todavía su plan maestro. ¡Era una pena que su novio no pudiera ver la verdad!

—Nunca más pienso hacerte caso otra vez —Shinsou torció las muñecas para liberarse, pero lo único que consiguió fue sisear por el dolor—. ¡Has arruinado mi día libre!

—No es tan malo... —continuó Denki, a la defensiva—. Además, le estamos haciendo un favor a Aizawa... quizá nos suba la calificación... me suba la calificación...