• Día 5 •

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Shinsou tenía que admitir que se rio de sus padres cuando le dijeron que ellos todo lo sabían y que todo lo descubrían

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Shinsou tenía que admitir que se rio de sus padres cuando le dijeron que ellos todo lo sabían y que todo lo descubrían.

¿Cómo iba a creerles? Solo eran un par de viejos decrépitos, demasiado extraños, molestos, peludos, y también muy gays.

No se veían como una amenaza. Ni tampoco como un par de espías que harían temblar a la CIA o algo por el estilo. Solo eran... sus padres.

Hizashi hacía suficientes dad jokes como para que quisiera tirarse por un puente. Shouta tenía un trabajo nocturno, lo cual le hacía dormir como oso durante las mañanas y despertarse con peor humor que el novio del mejor amigo de Kaminari.

Solo eran padres, nada fuera de lo normal.

Y Kaminari era su novio, por cierto. Uno muy caliente, también.

Un novio que, además, había estado ocultando de excelente manera durante los últimos tres meses... los cuales equivalían a su completo tiempo como relación.

—Tú ya sabes, Toshi —Kaminari rio una tarde, mientras se secaba una lágrima, de camino hacia la cafetería favorita del muchacho: el Starmights—. The Promised All Might es una adaptación muy superior a Orumaito no Yaiba...

Shinsou, que había estado rodeando sus hombros mientras caminaban —con la excusa de que el crudo invierno congelaría los débiles bracitos de su novio, a pesar de que llevaba su abrigo sobre los hombros—, tensó su agarre tan fuerte que le hizo dar un saltito.

—¿Me recuerdas por qué estoy saliendo contigo, rata con mal gusto? —preguntó Shinsou, entre ofendido y también burlón.

Kaminari jadeó un grito, indignado. Agradecía que no fuera lo suficientemente orgulloso como para soltarse de su abrazo, y tan solo se limitaba a regalarle malas caras o pucheros.

Shinsou jamás había sido una persona deseosa de mostrar afecto, ni mucho menos de buscarlo —pero Kaminari le había cambiado, en cierto sentido. Y no podía decir que fuese para mal.

Muchos decían que una persona que te ama no debía cambiar tu esencia, pero Kaminari nunca intentó borrar o remover cualquier cosa de la personalidad de Shinsou. Aun así, fue él mismo quien se encontró paulatinamente transformando en una nueva persona gracias al afecto de ese muchacho de baja estatura y sonrisa pícara.

Ya no era un ogro amargado que deseaba extinguir a la humanidad solo porque sí.

Shinsou descubrió que, muy en el fondo, era una persona que tenía un corazón —y ya, no solo el órgano que bombeaba sangre por todo su cuerpo. Sino un... corazón sentimental, o como sea que le llamasen los jóvenes de hoy en día.

Y también que era muy cursi.

Asquerosamente cursi.

—Bebé, no permito que manches el nombre de mi manga favorito —soltó Shinsou con voz monótona—. Atrévete a decirlo otra vez y te haré tragarte tu lengua.

ShinKami Week 2019 - [BNHA]Where stories live. Discover now