VI - 🍀

59 9 1
                                    


Cada vez se hacía más costumbre que el balón cayera a mi patio, y, realmente, pasó de molestarme a gustarme. Siempre iba con la mentalidad de que serías tú quien estuvieses del otro lado de la puerta, esperando a que te entregue el tan anhelado balón de kickball.  

Las conté, fueron ocho veces las que el balón cayó a mi casa, después que tú lo viniste a buscar. En las ocho posteriores no fuiste tú a pedirlo... desgraciadamente.

Ser Diferente ≠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora