26. Mi dulce niña. | Kevin Trapp.

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26.

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lovedfati

advertencia: intenso :)

género: smut/amor


Fátima.

Ya me encontraba en el ascensor del edificio que pertenecía a mi compañía, era un día muy importante y especial para mí, pues mi padre, dueño de él estaba por decirme algo muy importante sobre quién tomaría el mando mientras él iría a Bangkok por negocios.

Sonó el timbre de llegada del ascensor y entonces las puertas se abrieron automáticamente. Había una asistente fuera que abrió la puerta con amabilidad y solo le sonreí. Ese espacio en donde mi padre tenía su oficina era algo parecido a aquella que tenía el señor Grey, demonios, cómo me agradaba esa película.

- ¡Allí está mi pequeña! - exclamó sonriente mirándome. Adoraba a mí padre

- Hola guapo - bromeé, nos dimos un abrazo y luego tomamos asiento. Sus sillas de piel eran tan cómodas, que cruce las piernas y brazos para escuchar lo que tenía que decir. - Bueno, ¿que es tan importante hoy?

- Hija, tendré que salir mañana mismo a Bangkok, cómo le comenté a tu prometido. - fruncí el ceño. Kevin, que también trabajaba en la compañía no me había informado nada, y sí, él era mi prometido desde hace un año exactamente, ambos trabajábamos en oficinas. - ¿No te lo dijo?

- No, para nada. - negué con la cabeza. - pero puedes seguir... - hice un gesto con la mano para que siguiera hablando.

- Entonces, me quedaré una semana ahí, y tendré que poner a alguien a cargo mientras no estoy. - afirmó. - Sabes que no puedo poner a alguien desconocido ni cualquiera aquí. Es muy importante mantener privacidad dentro.

- Entiendo. ¿Entonces, quién será? - sonreí.

- He decidido que mi dulce hija lo haga. - exclamó con seriedad. - Así que desde hoy, toma las cosas más importantes que tengas y colócate cómoda aquí.

Brinqué de emoción en el asiento y corrí a dar un gran abrazo y beso en la mejilla a mí padre. Me sentía tan feliz, aunque fuera solo temporal, eso quería decir que había hecho algo bien dentro de mí trabajo y no era porque el jefe era mi padre

Después de intercambiar algunas palabras más, salí de ahí y me fuí a mí oficina personal, justo a lado de la de Kevin. Las puertas eran algo así como un vidrio que transparentaba todo dentro, y giré mi mirada hacia ahí, pero no había nadie.

Era extraño por que cada vez que salía, el avisaba al menos por un mensaje a mi móvil, pero no tenía rastro de él.

Era extraño, y a lo mejor me enfadaba un poco porque no era común en él. A veces me hacía que le diera mi ubicación exacta cuando saliera, no era justo.

Como sea, eran las 9:30 en punto y tenía que salir de ahí, no era buena idea quedarse muy tarde en el trabajo sola, sin que Kevin estuviese ahí.

Tomé mi abrigo, mi portafolio y mi bolso, y salí de ahí tomando nuevamente un ascensor, fui directo al coche en el estacionamiento y conduje hasta mi hogar.

[...]

- Hey, ¿dónde estabas?

Alcé mi voz al ver a un Kevin muy elegante con corbata y perfumado.

- Esperándote a tí nena.

Me tomó de la cintura y con una mano mi barbilla para darme un lindo beso apasionado, me sentaba tan bien luego de tanto estrés en el trabajo. Nos separamos y me sonrió.

- ¿Qué te parece si vas a ducharte? - me miró sonriendo. Fruncí el ceño

- ¿Tan mal huelo? - reí, el negó rápidamente y dió una media vuelta

- Quiero que te pongas muy sexy para mí, sí es posible. - dijo. - Dejé algo de ropa en nuestra habitación, date prisa que la cena está servida.

Luego de salir de una fresca ducha rápida, observé el lindo vestido rojo que había dejado Kev para mí, era escotado y largo, muy lindo, unas zapatillas plateadas eran algo que quedarían muy bien con él.

Recogí mi cabello y coloqué perfume, y sólo labial, acompañados de unos aretes. Bajé nuevamente a nuestra sala en dónde había un lindo decorado de velas y pétalos de rosas en todo al rededor, se veía muy romántico.

- ¡Estás divina! - lo escuché decir detrás mío, giré para verlo y con él traía una botella de vino con dos copas en su mano, me acerco a él y me dió un tierno beso

- Gracias por todo esto, Kev - murmuré

- Aún no me agradezcas nada, amor. - río, ambos nos sentamos al rededor de la mesa de centro en el living, sirvió lo necesario en las copas y se acomodó cerca de mí. - Quiero celebrar contigo tu gran noticia

- ¿Qué seré tu jefa? - reí. - Oh, claro, tendrás que servirme a mí.

- Dime, ¿y cómo crees que empecemos con eso? - sonrió viéndome divertido. Miré sus labios y coloqué mi mano en su nuca con suavidad.

- Haciéndome el amor. - susurré mirando sus verdosos ojos brillantes.
Observó su copa que de inmediato tomó con coraje, la dejó a un lado apartandola y me tomo de las manos

Sentí rápido sus labios mojados y desesperados sobre los míos. Me sentí tan exitada en ese momento, sus manos recorrieron a mí cintura y la apretaron a él, de repente ya estaba encima suyo sentada tomándolo del cuello hacía mí.

- Oh, cariño.

Sentí como su miembro debajo de sus pantalones se ponía duro contra mi zona, ésta iba a ser una linda noche con él.





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¿Qué tal? ¿Qué les pareció el partido de champions league de hoy?

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