Todo tiene un fin (Parte I)

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Notas de autora:

Después de 10 guerras santas al fin regreso con este fic, quiero que sepan queridos lectores que tengo escribiendo esta parte desde hace siglos ;A; pero no había podido concluirla, además tuve que re leer todo el fic para tratar de cometer las menos incongruencias posibles jeje. 

Este es el final, pero como quedó SUPER largo, pues tendré que dividirlo en dos partes. 

Antes de que lean esto solo quiero dejar muy en claro que mi corazón y mi vida se deben al Shakamu, solo tengan eso presente durante el capítulo ¿está bien? uvu

¡Gracias por leer!

...O...

Somalia, 4:00pm

Sorrento y Julián continuaban su viaje por el mundo, en el cual buscaban reparar los daños ocasionados por el terrible diluvio que el Emperador de los madres ocasionó sobre la tierra. Sin embargo, este último de pronto tuvo una extraña sensación.

El joven empresario dejó de lado sus instrumentos frunciendo el ceño y clavó la vista hacia el océano Índico. Esto no pasó desapercibido por su acompañante, quien tan solo lo vigiló a la distancia.

Como si sus pies tuvieran voluntad propia, lo condujeron a la orilla de un peñasco, muy similar a aquella vez que envió las armaduras doradas a los campos Elíseos como Poseidón.

-Sorrento...-Llamó quedamente al Austriaco sin despegar su vista del mar-¿Tú también lo has sentido, verdad?

El mencionado se acercó con parsimonia a su amo, confirmando que nuevamente Julián se había convertido en Poseidón, y asintió con la cabeza.

-El mar está inquieto, mi emperador.

Poseidón sonrió de lado y cerró los ojos, disfrutando la leve brisa en su rostro al chocar tempestuosas las olas.

-Ya veo, ha sido su enorme cosmos surgiendo nuevamente lo que me ha despertado.-Su semblante se tornó serio, lo que Sorrento pudo notar de inmediato incluso estando a espaldas de él.

- Kumari Kandam, en verdad creí que tu pueblo aprendería de sus atroces errores una vez te aniquilara...

-¡Mi señor Poseidón!-Murmuró Sorrento algo alarmado. Él alguna vez había escuchado la leyenda del cataclismo que terminó con Kumari Kandam, o como se le decía comúnmente, "El continente Mu".

-¿Insinúa que usted...?

El mencionado le vio sobre su hombro.-En efecto, mi fiel general marino...fui yo quien destruyó ese continente decadente, algunos siglos atrás.

Sorrento abrió los ojos como platos.-Pero, si usted lo destruyó ¿Como es que su cosmos...?

-No te equivoques Sorrento.-Le interrumpió, girándose hacia él completamente para verle a los ojos.- Si bien una de las leyes más elementales de este universo es que todo y todos estamos hechos de polvo de estrellas, no ha sido la energía del continente Mu lo que ha inquietado a los mares.

El Austriaco dio un respingo con esa respuesta tan ambigua y Poseidón volvió la vista al mar.-La profecía finalmente está cumpliéndose...

El emperador de los mares pudo percatarse en ese momento también que los cosmos de los ex caballeros dorados se encontraban frente al arco, adivinó que iban en auxilio de los pobladores de Lemuria. Más antiguo que el continente mismo, interpretó los grabados y abrió el portal para Camus y los otros, quiénes no se detuvieron a pensar el cómo, solo el por qué, y pasaron a través de él.

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