Capítulo 8

21 1 0
                                    


–Hacía tiempo que no dormía tan bien–dice Ashley nada más salir del baño. Lleva casi hora y media metida en la ducha y su horrible voz cantando bajo el agua me estaba empezando a retumbar los oídos. Se nota que está de buen humor.

–Veo que ayer pasaste buena tarde.–Decido omitir el hecho de que me he encontrado a su novio semidesnudo hace un par de horas.

–Fue una tarde increíble. Ben estaba super cariñoso y se quedó a dormir y todo.–Me sorprende bastante que esté hablando conmigo amablemente como si fuese su mejor amiga, pero a pesar de ello la escucho atentamente y asiento a todo lo que me cuenta.–Y tú, ¿qué hiciste?

–Me enredaron para que fuera a una fiesta. La próxima vez te va a costar más echarme de la habitación eh—la digo de broma y ella sonríe.

–Ah claro, ayer era sábado y todos los sábados hacen una fiesta, si no recuerdo mal ayer tocaba en casa de...

–De Kaden–la interrumpo yo.

–Exacto–dice ella y al segundo cae en la cuenta de la movida que tuvimos por sentarme en su asiento en clase de primeros auxilios. Sí, ella también estuvo presente en esa horrible escena.–Dios, yo no me hubiera atrevido a presentarme. Cada vez me sorprendes más, Alexis.

–Ni siquiera sabía que era su casa, no debería haber ido–confieso.

–Ya...Kaden está muy bueno, pero me da mucho miedo a veces... Bueno a mí y a toda la universidad. Será mejor que evites tener problemas con él.–Me aconseja. Demasiado tarde.

Ashley se pasa toda la mañana hablando conmigo sin parar. Me cuenta que ella y Ben son la típica pareja que cortan y vuelven cada semana, pero que se quieren demasiado como para vivir el uno sin el otro. Si no lo hubieran dejado nunca ya llevarían juntos casi tres años. Me habla también de su pasión hacia la enfermería, y al igual que yo, lo prefiere antes que medicina. 

Realmente Ashley debe de estar de muy buen humor para soltarse tanto conmigo, pero poco a poco me contagia estado de ánimo y me alegra mucho que por unas horas me considere su "amiga". 

Hoy ha vuelto a quedar con su novio y cuando la habitación se queda vacía aprovecho para retomar mis estudios. Al cabo de un rato decido mandarla un mensaje a Emma para ver qué tal fue su noche:

Hola Emma! Qué tal ayer? Siento haberme ido así sin avisar con tu hermano pero no me encontraba demasiado bien.

No añado más en el mensaje, tampoco tengo mucho más que decir, tan solo quiero asegurarme de que esté bien. Espero su contestación que a los dos minutos llega:

Buah genial, amiga. Gabe (el chico con el que estuve ayer) es encantador, me ha dicho de volver a vernos esta semana. Si quieres me paso ahora por tu habita y te cuento todo al detalle.

Realmente no me apetece mucho que venga, no estoy demasiado animada por el desastre de ayer y además tengo muchísimo que estudiar. Por otra parte, pienso que igual me viene bien socializar y hablar con alguien así que después de pensarlo un rato contesto al mensaje:

Okey, mi compañera de habitación no está así que ven cuando quieras.

Poco rato después ya se encuentra llamando a la puerta, y una Emma en pijama y con el rímel corrido de no haberse desmaquillado antes de dormir me espera al otro lado.

–Hola amiga, perdona mi aspecto–se señala de arriba a abajo–necesitaba venir y contarte todo sobre ayer.

–Pues cuéntame, háblame sobre ese tal Gabe–la animo.

–Es un encanto, hacía tiempo que nadie se portaba así conmigo. Esta semana volveremos a quedar.–me cuenta emocionada todo sobre el chico. Está estudiando periodismo, tiene su misma edad y está pillada hasta los huesos de él.–Y tú, ¿qué tal?

–No demasiado bien–digo sin entrar en detalles.

–Ya...me enteré de lo del chico este, Chad se llamaba, ¿no?–asiento—entiendo lo que hiciste, tú solo querías defenderte...a ver, el chaval estaba tremendo, pero si no querías con él lo tendría que haber respetado.

–Gracias por entenderlo–la digo. Realmente agradezco que alguien me comprenda. Sé de sobra que tendría que haberme controlado y haber reaccionado de otra manera antes de darle una patada, pero en ese momento no lo pude hacer, lo único que quería era quitármelo de encima.–¿A qué hora volviste a casa?–la pregunto para cambiar de tema.

–Súper pronto. Yo creo que poco después de que vosotros os fuerais. Me lo estaba pasando genial y estaba hasta dispuesta a perderla con Gabe, pero Kaden nos estropeó la fiesta.

–¿Y eso?

–Yo que sé, bajó las escaleras de la casa y empezó a echarnos a todos, se le veía súper cabreado. Y a nadie le gusta Kaden cabreado.–Me explica ella. Por unos segundos me quedo pensando en si nuestro encontronazo tendrá algo que ver con su cabreo, pero no creo que sea así. Él está acostumbrado a discutir con la gente, y dudo mucho que una discusión conmigo le haya afectado lo más mínimo.

–No me dijiste que era su casa–la digo.

–Ya...perdón amiga, me contó Arthur lo que había pasado en clase de primeros auxilios, y pensé que si te lo decía no querrías venir–me explica y al ver mi cara poco convencida añade:–y lo entiendo, pero quería darte una buena bienvenida a la universidad, no te tienes que quedar en casa por él.

–En eso tienes razón...probablemente no hubiera ido, él y yo no nos hemos llevado demasiado bien.–me quedo pensando en si contarle o no el encuentro que tuvimos antes de irme de la fiesta, pero finalmente decido no hacerlo.

–Tú tranquila, pasa de él y ya está– me aconseja. Seguidamente observa mis apuntes de anatomía que he dejado desperdigados en la cama y dice:–¿Estabas estudiando?

–No, estaba copiando los apuntes de mi compañera, como llegué el otro día no tenía nada–la explico.

–¿Puedo ayudarte a copiar los dibujos? Se me da bastante bien y así terminas antes y pasamos la tarde juntas.

–¿No te importa?–realmente me vendría bien algo de ayuda, tengo muchísimo que copiar y dibujar se me da realmente mal y me lleva muchísimo tiempo.

–No de verdad, me apetece

La doy las gracias por lo menos mil veces y entre apunte y apunte se nos va pasando el día. Hacemos pequeñas pausas para descansar y comer algo, y mientras escribimos hablamos de diversos temas. Me habla de su familia, su padre también es de Virginia como yo, y tiene una hermana pequeña además de Arthur;  ya tiene planeadas las navidades para poder ir a verles a todos. Oírla hablar de ellos me hace pensar en mi abuela, la única familia que tenía, y una lágrima se escapa de mis ojos. Ante la insistencia de Emma, le cuento a mi amiga que me vine aquí a estudiar porque no aguantaba quedarme allí después de su fallecimiento, sin entrar en demasiados detalles, por supuesto; a lo que ella me abraza y me hace sentir mejor de lo que pensaba. Hablar con ella realmente me alivia, parece que siempre tiene las palabras adecuadas para cualquier cosa.

Terminamos tarde de copiar todos los apuntes, pero me doy cuenta de que tanto tiempo ha merecido la pena cuando veo los resultados. Sus dibujos son increíbles, dan ganas de ponerse a estudiar y todo, en mi vida los hubiera hecho yo así.

–Se te da súper bien pintar, Emma– la digo emocionada mientras sigo viendo mis nuevos apuntes.

–Se me ha pasado la tarde volando, cuando quieras más dibujos llámame–me dice y yo asiento sin duda.–Me voy ya a mi habitación, estoy agotada después de la noche de ayer.

–Mañana nos vemos, y gracias otra vez por ayudarme– la digo y ella hace un gesto quitándole importancia.

Intenta encontrarmeWhere stories live. Discover now