Capitulo 4. An Angelical Tentation

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Daba vueltas inquieto en la trastienda, donde estaba su casa, todo el día estuvo así, sabía perfectamente que Crowley estuvo en el parque, no sabía que hacer, todo giraba entorno a él y el demonio.

"Nos involucra a los dos"

Se quedó unos minutos quieto, recordando las palabras de su amigo la noche anterior, entonces Crowley lo sabía y estaba a punto de decirle, incluso tal vez le iba a decir ese mismo día pero al verlo con Gabriel prefirió irse, tal vez ahora creía que él lo mataría.

-Dios mio, no...- Seguía histérico, volvió a su inquieto caminar hasta que el golpeteo en la puerta de la librería lo sacó de sus pensamientos con un gran susto.- ¡Está cerrado!.- Gritó.

Pero solo volvieron a tocar de manera aún más insistente. Exasperado fué a la puerta, por algo no había abierto la librería en todo el día, quería estar solo.- Creo que el letrero dice perfectamente 'Cerrado'.- Abrió la puerta, una figura a gran velocidad entró sin invitación y fué directo a la trastienda.- ¿Crowley?.- Confundido y algo nervioso cerró la puerta, de seguro el demonio estaba enojado, sabía que le debía varias explicaciones.

En cuanto se reunió con el demonio notó algo extraño en él, estaba tambaleante, tuvo que sostenerlo del brazo para llevarlo al sillón.- ¡Por Dios Crowley!, ¿Qué te pasó?.- Solo entonces el olor a vino llegó a su nariz.

-Solo quería verte ángel.- Se encogió de hombros, luego de eso, todo pasó muy rápido. El demonio cayó al piso y se llevó consigo al ángel, de alguna manera el pelirrojo había conseguido tenerlo contra el suelo, sujetando sus brazos, no se podía mover.

-¿Te embriagaste?.-

-Se le llama emborrachar...-

-¿Por qué?, puedes volverte sobrio de nuevo.- Estaba actuando muy extraño, toda aquella situación lo hacía sentir incomodo.

-Porque quería hacer esto...-

Estaba muy cerca y cada vez lo estaba más, podía sentir su respiración en su rostro bajar hasta su cuello, no podía ver sus ojos pero estaba seguro de que si los veía no serían los mismos de siempre, estaba cegado por el alcohol.

-Crowley, estás ebrio...- Tartamudeó, seguía sin creer aquella situación en la que se encontraban.- No hagas algo de lo que... te puedas arrepentir...-

-Si algún día me arrepiento de algo, no será de esto.- Miedo, eso era lo que sentía, siempre supo que su amigo era un demonio y lo que eso implicaba.

Tuvo que retener su respiración cuando sintió la lengua del pelirrojo recorrer su cuello, apenado no podía mirarlo de frente asi que ladeó la cabeza a un lado, sin saber que eso solo le daba más libertad al demonio.

-Relajate, esto te va a gustar...- No contestó, necesitaba hacerlo entrar en razón y rápido pues las manos ásperas de Crowley comenzaban a desfajar su camisa y tocar su cintura.

-Cr...Crowley detente...- Su respiración se agitó, no sabía si eran sus manos o era el ambiente pero sentía un repentino calor que lo invadía, buscó con desesperación tronar sus dedos, hacer un milagro para salir de eso.

-Oh, no te dejaré hacerlo.- Entrelazó sus manos con las suyas evitando cualquier movimiento de estas, estaba perdido, no había manera de escapar de aquello.

Había cerrado los ojos con fuerza esperando lo peor, pero solo había conseguido unos labios contra los suyos y sin darse cuenta estaba correspondiendo a aquel demandante beso, solo se separaron unos segundos, había perdido la cabeza porque estaba esperando por otro beso como ese. Las manos de Crowley habían pasado a su pecho que sujetaban con fuerza su ropa para juntarlos a ambos en otro beso esta vez más intenso que el anterior.

Estaba perdido, no sabía lo que hacia, pero le extrañó que de un momento a otro fuera el demonio quien se separara de él mirando a un lado, como si cayera en cuenta de lo que estaba haciendo, y entonces se dió cuenta.

Había logrado chasquear los dedos.

El pelirrojo estaba sobrio de nuevo, pero parecía que poco le importaba la incomoda situación en la que se encontraban, su mirada bajo las gafas estaba perdida a su lado derecho, entonces también lo volteó él.

-Entonces era verdad...Vas a matarme.- Lo soltó de golpe y se levantó dispuesto a salir de la librería.

-¿Qué?, ¡No!.- Tonto, era un completo tonto, había dejado la espada flameante ahí, Crowley la había visto y ahora pensaba que si lo mataría.

Trató de ir tras él, pero después de lo que acababa de pasar entre los dos sentía una opresión en su pecho, de solo recordarlo todo le daba vueltas, su respiración era más rápido de lo normal. ¿Qué era eso tan raro que sentía?.

Sin embargo tuvo que olvidar aquello, Crowley se había ido y el teléfono estaba sonando, al contestar una voz femenina lo tomó por sorpresa.

-¿Anathema?.-

-Hola Aziraphael, hay algo de lo que tenemos que hablar...-

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Hola a tod@s agradezco muchoo su gran apoyo a este fic, sus estrellitas y comentarios me encantan (y si acabaré este fic, no se preocupen por eso) me motivan mucho, gracias por ahora solo pasaba con pequeño anuncio (este mensaje se autodestruirá ok no).

Una amiga y yo decidimos hacer una pagina en fb dedicado a este nuevo fandom para la comunidad latinoamericana, habrá de todo un poco, cosas bonitas, cosas malas y un par de tragedias.

Nos pueden encontrar como Good Omens Latinoamérica, vamos pequeños demonios, quiero ver sus likes a la página!!

Bad TimesWhere stories live. Discover now