Capitulo 8. Broken Wings

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La velocidad del Bentley de Crowley fue disminuyendo conforme entraban al pequeño pueblecillo, algo no andaba bien, lo sentía y lo veía.

La gente corría despavorida por la calle principal, tal parecía que huían de algo o alguien. Confundidos, tanto ángel como demonio se bajaron del vehículo, ¿Quiénes eran esos que se acercaban desde lo lejos?, hubo un temblor que hizo que su equilibrio se viera algo afectado más no cayeron al suelo. Eran sus superiores los que causaban aquel caos, los humanos no los veían pero aquel alboroto era más que suficiente para hacerlos huir.

Gabriel había descendido del cielo mientras que Beelzebub surgió del suelo ambos diriguiendose a ellos.- No, no ahora...- Reclamó para si mismo el pelirrojo al verlos.

-¡Crowley!, ¡Aziraphale!.- Llamó la atención de ambos seres divinos la voz de la joven ocultista, como podía corría en su dirección seguida del joven Pulsifer y el niño con su cachorro, eran los únicos que quedaban en el lugar. -¿Qué está pasando?.-

-Querida, llévate a Adam de aquí, váyanse lejos...- Pidió el ángel negandoles el paso, estaba muy nervioso de lo que fuese a pasar, no quería que el fin fuera de esa manera, no ahora, no cuando tenía tanto que perder.

-¿Ellos otra vez?.- Se quejó el niño, Perro ladró en señal de molestia.

-Largo de aquí. No hay nada que puedan hacer más que esconderse.- Les exigió el demonio a los humanos que se quedaron con ellos.

-Detuvimos esto una vez, podemos ayudarl...- Reprochó Anathema.

-No hay nada que puedan hacer...- Interrumpió el ángel.- Esto es entre nosotros.-

-Aziraphael tiene razón.- Habló el arcángel.-Será mejor que se vayan y se escondan, es lo mejor que saben hacer.-

En un instinto protectivo tanto Anathema como Newton alejaron a Adam, sabían que después del ángel y el demonio el niño sería lo más importante para ellos.

-Eres una dessgracia Crowley...- Habló Beelzebub.- Solo tenías un trabajo.-

-Y no lo pienso cumplir.- Se acercó al peliblanco tomando su mano. Claramente el poder de sus superiores era más grande que el de ellos, no tenían oportunidad alguna y aún así estaban dispuestos a luchar, ambos lo estaban.

-En serio, es una verdadera lastima...- Dijo Gabriel, pero sus palabras se oían falsas y todos lo sabían.- Aziraphael, esta es la última oportunidad que te doy. Acaba con él.-

Con temor el ángel miró a su amigo quien con una ligera sonrisa le tranquilizó, pasara lo que pasara, estaban juntos en esto hasta el fin. Hizo aparecer su espada flameante y con seguridad en la voz se negó.- Ninguno de los dos lo hará.-

El príncipe del infierno ladeó la cabeza ligeramente confundido por aquello, mientras que por su parte el arcángel no pudo evitar soltar una sonora carcajada.- ¿Enserio creen que podrán contra nosotros?, No sean ingenuos.-

-El fin del mundo no puede volverse a posponer solo por el 'afecto' de dos seres opuestos.- Dijo con desprecio el líder de los demonios.

-Supongo... que es traición entonces...- El arcángel miró interrogante a Beelzebub quien sin inmutarse solo asintió con la cabeza.- Y no habrá problema si nosotros nos encargamos de ustedes.- Se encogió de hombros mirando con una sonrisa maliciosa a los de menor rango, muchos estarían de acuerdo que las actitudes de Gabriel no se ganaban el título que en el cielo le habían dado.

Aziraphael sentía miedo, temor al verlos acercarse decididos a acabar con ellos, después de todo ni él ni Crowley querían que el otro muriese, ni que el mundo en el que vivieron desde el inicio de los tiempos terminara.

Bad TimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora