Mi vista no se quita de cada movimiento que hace Axel, ni si quiera él es capaz de escapar de esa defensa tan bien hecha que tienen los Big Waves.
Su juego sigue siendo el mismo, como si no le afectase nada de lo que sucedió ayer. Esto me da una clara idea de lo que le importo y de lo que le he importado todo este tiempo.
Yo preocupada porque no me hablaba y estaba distante mientras él disfrutaba con la niña rica que tiene como novia.
En estos momentos estoy dispuesta a coger la Samsonite e irme de nuevo a Italia con Paolo o a donde sea que me quieran un poco. Seguro que Edgar y los jugadores de Knights of Queen también están encantados de que me quede con ellos en la selección.
Podría estar haciendo lo mismo desde cualquier otra parte del mundo sin tener que aguantar malas caras ni traiciones. Pero no, decidí hacer caso a mi corazón y no a Caleb.
El tiempo le acaba de dar la razón. Axel me la estaba jugando pero bien.
Aunque viendo como están jugando, no me extrañaría que acabase en el torneo con otro equipo.
-¿Todavía no os habéis dado cuenta?-el entrenador les grita como si estuviesen sordos.-La llave para salir de la caja está dentro de vosotros mismos.
Le miran con caras de besugos sin entender ni papa de lo que se refiere con eso de la llave y la caja.
El hombre podía haber sido más claro pero no. Las metáforas parecen gustarle mucho.
Me alegra saber que Jude ha dado con la clave. Los marea hasta que consigue abrir un hueco por donde pasar el balón. Genial, eso es lo que necesitábamos ver.
Puede que hayan aprendido a romper la defensa pero marcar goles se les sigue haciendo cuesta arriba. Los australianos no son tontos y han cambiado su manera de moverse para mantener esa ventaja.
Hasta yo me sobresalto cuando veo a Sharp caer al suelo tras una entrada bastante fuerte.
Sigue en el campo con mala cara y enfadado consigo mismo. Mover el pie le cuesta horrores pero ni por esas lo deja quieto. Es imposible que pueda volver a jugar en lo que queda de partido aunque se empeñe.
Miro inquisidora al entrenador para que lo saque de inmediato del campo si no quiere que vaya yo, pero el señor ni si quiera se gira a mirarme.
Cuando suena el pitido que marca el final del primer tiempo, Mark le trae como puede hasta dejarle apoyado en el banquillo para que Silvia empiece a vendar su tobillo y a curarlo.
-Imposible. No puede seguir.-dice la chica a la decimocuarta vez que el otro se queja.
-No pasa nada, estoy bien.-asegura mientras aprieta los dientes.
Le miro desde el poste en el que me he apoyado para dejarle espacio a los demás. Resoplo porque no puedo ir y torcerle el pie hasta que chille como nunca lo ha hecho.
Lo que me falta es que me echen del equipo por agresividad.
-Deja de decir estupideces. Todos vemos que te duele, así que no te hagas el machito.-suelto enfadada.
Ando para muy pocas tonterías. Y mucho menos de este estilo. No aguanto cuando su ego de hombre se sube por las nubes, y el de Sharp suele hacerlo con frecuencia.
-Pero que estoy bien.-contraataca sin importarle que le estemos mirando con incredulidad.
-Bueno, pues juega, lesiónate hasta que no puedas moverte y no vuelvas a tocar un balón nunca más. Eres libre de joderte el brillante futuro que tienes por delante por tu tozudez.-le señalo el campo para que se largue hacia él.-Venga.
-Adrianne,-tiene intención de echarme algo en cara pero Travis le corta.
-Jude, te voy a sacar.-menos mal, alguien con sentido común.
-Vale.
Muy bien, a él mucho caso y yo como si le estuviese diciendo la mayor tontería del mundo.
Mi hermano se vuelve a llevar un fiasco porque de nuevo no le eligen como centro campista. Austin es mejor opción.
Lo único que consigue sacarme una sonrisa hoy es la cara que se le queda a Hurley cuando Travis reluce su escapada a la playa cuando él mandó que nos quedáramos dentro de las habitaciones.
El surfero es así. Libre como las olas del mar.
Decido quedarme apartada del grupo lo que queda de descanso. Prefiero freírme al sol antes que pasar un rato cerca de Axel.
-¿No te vas a quitar nunca las gafas de sol?-Xavier aparece a mi lado y me mira sonriente.
-No.-contesto seca.-Estoy bien con ellas.
-Pues a mí me gustan mucho tus ojos. Es una lastima que la selección de Australia se los pierdan.
-Los de hoy no.
-A ver.-intento impedirlo pero acaba por quitarme las gafas en un segundo dejando al descubierto mis amoratados, de tanto llorar, ojos.-Bah, incluso así estás preciosa.
-No me mientas tan descaradamente.-me las vuelve a poner en su sitio y me abraza.-Deberías dejar de intentar ligar conmigo. Lo digo por tu propia supervivencia.
-Chorradas.-pone su boca en mi oreja.-Axel me está fulminando con la mirada. Creo que está pensando en ponerte una pegatina que ponga que eres de su propiedad.
-Yo no soy de nadie, principalmente.-lo separo con cariño y le miro seria.-Además, no entiendo porqué diablos tiene que mirarte así. Que yo sepa él tiene a una rubia estupenda al lado con más pasta que un torero. Es él el que me ha cambiado por otra mucho mejor. No pude quejarse si yo hago lo mismo.
-¿Así que yo soy mejor?
-Infinitamente mejor.
-Un gusto saberlo.
Me da un beso en la mejilla y se pira de nuevo con todos porque la segunda parte está a punto de comenzar.
Dejo escapar un suspiro. A veces siento que hago daño a todo el mundo sin pretenderlo. Xavier no se merece que le deje en la friendzone después de lo que hace por mí.
Le quiero mucho pero no puedo verle de otra manera que como un amigo.
(…)
Austin es de los mejores jugadores que he visto en mucho tiempo. Tiene una maestría digna de gente profesional y no de un chiquillo como lo es él. Porque, aunque nadie se haya enterado, sólo cuenta con catorce años a su espalda cuando todos estamos a puntito de cumplir la mayoría de edad en menos de un año. Salvo Hurley y Thor que son los mayores y ya hace tiempo que pueden ir a la cárcel.
El partido ya está hecho. Se han puesto las pilas en el segundo tiempo y ya no hay nada que les frene.
Dejo de preocuparme e intento disfrutar de lo poquito que queda de juego pero ver al pelo pincho pasearse por el campo no ayuda en absoluto.
-¡Seleccionador!-¿a qué se levanta el lesionado ahora?-Si hemos podido luchar contra la defensa de Australia en igualdad ha sido gracias a su planteamiento. Usted no parece un entrenador que pueda perjudicar a su equipo…¿Pero entonces qué pasó con el instituto Cherry Bloom?
Niego con la cabeza. ¿No se da cuenta de que algunos temas hay que dejarlos estar por mucho que te pique la curiosidad?
-Eso no tienes por qué saberlo.
-¡Entrenador!
-Espera, yo os lo explicaré.-hay veces que tampoco comprendo al señor Hilman.-Hace ya unos diez años, el instituto Cherry Bloom estaba a punto de jugar la final de la clasificación del Torneo Frontier pero la víspera del partido los jugadores se pelearon con los miembros del mejor equipo y uno de ellos resultó herido.
-¡¿El mejor equipo?!¡¿Se está refiriendo a…?!
-Sí, a la Royal Academy.-por eso me gusta dejar estos temas quitos. Bastante hemos tenido ya.-Puede que Ray Dark lo planease todo.-me revuelvo nerviosa en mi asiento.-Si el incidente se hacía público, el equipo sería sancionado indefinidamente y sus jugadores se quedarían sin un lugar donde entrenar, así que Percival Travis hizo como si él hubiese causado el problema y se retiró de la final. Por eso se le castigó retirándole la licencia de entrenador. Ya han pasado diez años desde aquello y cuando por fin le levantaron la sanción le pedí que se encargara de la selección.
-¿Ya estás contento Jude?-le pregunto enfadada cuando mi tutor deja de hablar.-Ya has conseguido enterarte de todo, y ya de paso que los demás sepan la verdad. Muchas gracias.
No ha parado hasta conseguir hundirme más. Soy consciente de que mi padre es una persona horrible pero no hace falta recordármelo cada tres por dos ni echarme mierda encima con cada cosa que descubrimos de él.
Sé todo lo que ha hecho al dedillo, por lo que no necesito a nadie que me lo cuente una y otra y otra vez. Con mi memoria es suficiente.
-Adri…
-Ni Adri ni nada. Olvídame un ratito, ¿vale? Y siéntate antes de que te incruste yo al banco de un tirón.
Me hace caso. Cierra el pico y posa su culo en el banquillo como un niño bueno mientras los demás miran la escena.
Archer no sabe nada de esto pero lo deja estar por lo que le conviene.
Quiero casarme con la manera de jugar de Austin. Es tan limpia que parece haber sido concedida por los reyes del fútbol. El único fallo que tiene es que la confianza que demuestra en si mismo se desvanece a la hora de tirar a puerta y siempre acaba pasándosela a Axel para que sea él quien meta gol.
Pese a mis expectativas se han hecho con el partido y han acabado alzando la victoria.
Me alegro por ellos pero no corro en su encuentro para abrazarles como hacía antes. No, simplemente no puedo, no tengo las energías suficientes como para sonreír y fingir ser la persona más alegre del planeta.
De repente, y sin saber de donde proviene, una masa rosa se cruza en mi campo de visión. Va directa al campo y acaba enganchada a la espalda de Blaze.
Diviso el cabello rubio y enseguida me doy cuenta de quien es.
Tuerzo el gesto mientras noto como los ojos se me empañan. No quiero ver el espectáculo otra vez, pero acabo tragándomelo porque parece ser que me gusta sufrir y mi vista no se despega de la escenita que acaban de formar.
Si ayer alguien no había pillado la escenita que se montó, ya lo tiene más que claro. Esto no deja lugar a confusiones.
Me meto dentro de las instalaciones con paso rápido. Me da igual ir a donde sea mientras no tenga que verlo ni un segundo más.
Recorro los pasillos hasta conseguir salir a la calle. Casi no puedo respirar porque algo oprime mis pulmones impidiendo así que pueda meter aire en ellos.
Creo que esto es un principio de ataque de ansiedad.
-¡Adri, espera!-vaya, al parecer soy más rápida que Foster.-Joder, sí que corres cuando te lo propones.-se apoya en sus rodillas para reponerse.-No puedes dejar que te condicione. No puedes huir cada vez que ocurra porque si están juntos esto pasará con bastante frecuencia.
-Lo sé pero no lo soporto. Antes era yo la que le besaba y ahora…ahora…-me rompo de nuevo.
Ya no queda ni una pizca de la Adrianne que era antes.
-No llores, no merece que estés así por él y mucho menos lo hagas por ella. No pienso permitir que sufras por semejantes idiotas.-me abraza de nuevo.-De pequeño prometí que no dejaría jamás de los jamases que te volviesen a hacer daño…Y aunque fui yo el primero que rompí mi propia promesa, aun estoy a tiempo de cumplirla.
-¿Y qué vas a hacer?¿Matarle?
-No, voy a hacer que te sientas como la chica tan especial que eres.-me río mientras lloro.-¿Ves? Mucho mejor.
-Eres un sol.-le doy un beso en la mejilla.-Ahora vete dentro con los demás, seguro que se están preguntando donde te has metido. Yo os espero en la concentración.
Tras comprobar que sigo sonriendo se va de nuevo adentro del edificio.
Me quedo plantificada en la acera mirando al cielo como si me fuese a dar la solución al problema.
Está claro que la suerte no es lo mío ya que en nada la rubia oxigenada aparece detrás de mí y pasa a mi lado dándome un empujón que casi me manda a la China.
-¡Eh, mira por donde andas!-me quejo mientras me sobo el brazo. Que bestia.
-Mira, niñata.-se acerca a mí queriendo parecer intimidante.-Yo que tú desaparecería de la vida de los chicos, especialmente de la de Axel, si no quieres saber lo que es bueno.
-¿Y si quiero saberlo?-cuestiono con chulería.-¿Qué vas a hacer?¿Llamar a tu papá para que lo arregle?
-Puedo destruirte yo solita. Tú eres una inútil que ya no sirve de nada al equipo, mientras que yo puedo cubrirles de gloria. Puedo financiarlos, darles cosas que nunca tendrán si se quedan contigo como gerente.
-Ofréceles dinero, no importa. Eso no les llevará a ganar el mundial. En cambio la fuerza de voluntad sí y de eso Mark va sobrado. Ale, así que vete a tu mansión a ver si con suerte te pierdes por ella y te dejo de ver ese pelo frito por un tiempo, bonita.
Más chula que un ocho me doy la vuelta dispuesta a volver a la concentración. A mí nadie va a venirme a decir que me puede destruir. Si está dispuesta a meterse en una guerra, va a tenerla.
Podrán arrebatarme todo pero nunca voy a dejar de luchar. Y mucho menos pisotear.
Ahora comienza una nueva etapa y, pase lo que pase, me prometo que no voy a caer.

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Lucha (Inazuma Eleven)
FanfictionAdrianne ha tenido que sacrificar muchas cosas en este tiempo, pero nunca imaginó que perdería a la persona que más ha llegado a querer, y mucho menos que le arrebatarían una parte de si misma. Decidida acabar con todo esto piensa enfrentarse a quie...