CAPITULO 8

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Debería estar centrada en el entrenamiento pero no lo estoy. Tengo mi concentración puesta en unos documentos que me han llegado a primera hora de la mañana de parte del detective Smith.
Es arriesgado leerlos delante de todos pero están tan entusiasmados con el próximo partido que apenas prestan atención a otra cosa que no sea el balón.
Estoy tan enfrascada en lo que pone en el informe que ni si quiera me entero del grito que me pegan para que me aparte del balón que va directo hacia mi cabeza.
Me caigo de espaldas mientras los papeles que tenía entre las manos salen volando por los aires. Mi espalda reside en el suelo mientras que mis piernas está apoyadas donde antes estaba mi culo.
Comienzo a ver cabezas en lo alto que me rodean para mirarme.
-No me muero, tranquilos.-les calmo en tono jocoso.-Pero una ayudita para levantarme no me iría mal.
Xavier me recoloca en el asiento y me peina bien el pelo para después pasarme los papeles que le tiende Shawn.
Menos mal que ha sido rápido y los ha recogido antes que cualquier otro los viese y se pusiera a leerlos. En este equipo son muy cotillas.
Caleb le mira sin apartar la vista de él. No tiene ni idea de que el alvino ya lo sabe.
-Adrianne, lo siento, se me ha escapado.-Archer está arrepentido, se le nota en el tono de voz.-No quería darte y mucho menos tirarte.
-No te preocupes.
Si hubiese sido otro seguramente ya estaría estrellándole la pelota en la cara. Me he llevado una leche digna de un video de risa.
Me agacho y recojo el balón del suelo para luego acercarme y dárselo en las manos.
-Ten. Prueba a chutar apuntando un poco más a la derecha de lo que en verdad debe ir.
Le guiño el ojo para volverme después a mi sitio. Quiero ayudarle a sacar el potencial que tiene.
Cuando acaba el entrenamiento subo junto a mi hermano hasta las fuentes. Más que nada para controlarle. He visto como subían Mark y Archer, y sé que no va a dejar escapar la oportunidad de hacerle sentir mal por el balonazo que me he llevado.
-Vaya, cuantos aires se dan algunos.-le doy un codazo para que cierre el pico.-Sobretodo para alguien como tú incapaz de dar un pase…Contigo en el campo es como si jugásemos con un jugador menos.
-Ya está bien, Caleb. Archer ha trabajado muy duro y en el partido contra Qatar fue de mucha ayuda.-intenta suavizar las cosas el capitán.
-Já, pero al final acabaremos perdiendo y será por su culpa.-se percata de como le mira.-¿Qué pasa?¿Por qué me miras así?
Se acerca peligrosamente a él con aires amenazantes. Intento frenarle como puedo pero su fuerza es superior a la mía. Es Evans quien se tiene que meter en medio para paralizar las chispas que saltan entre los dos.
-Más te vale no molestarnos, que algunos si podemos jugar.
Conforme se marcha le doy un empujón esperando que se resbale y caiga rodando por la colina de tierra.
Eso no ocurre. En cambio se da la vuelta aún más enfadado.
-Y cuidado con mi hermana si no quieres que te deje lisiado.
-¡Caleb!-grito enfadada.
El chico no ha hecho nada. Tan sólo se le ha escapado un pase y he tenido la mala suerte de estar en medio de la trayectoria. Nada más.
Mi hermano protege con recelo lo que es suyo. Tanto material como a las personas. A veces le falta ponerme una etiqueta que especifique que soy suya y de nadie más que a él no le caiga bien.
Cuando estuvimos con Edgar el pobre inglés las pasó canutas. Parecía que le iba a aniquilar en cualquier momento con el botellín de cerveza.
-Si me perdonáis, tengo que irme.
Mark y yo nos miramos a la vez sin saber que hacer.
-Adrianne, ¿tú crees qué podrás controlar a Caleb?
Las palabras del capitán me sientan como un jarro de agua fría. Igual que si hubiera cogido agua de la fuente y me la hubiese tirado a la cara.
-No es un perro, Mark.-no quiero cargarle con la culpa de Sharp.-Es bastante mayorcito para ser consciente de lo que hace. No pienso ir detrás suya recodándole como tiene que comportarse.
-Ya…Tienes razón.-se apoya en la fuente de piedra.-No sé si soy yo o es que todos estáis muy raros.
-No eres tú.-le digo.-Somos nosotros.
(…)
Aprovecho que todos están centrados en ver los videos que graba Willy para salir detrás Hopkins cuando este se escabulle de la concentración.
Nadie ve que nos vamos. Ni si quiera Travis, que debe de estar en su despacho.
Le sigo hasta la trasera del restaurante escondiéndome detrás de absolutamente todo lo que encuentro. El chico ha notado que alguien le seguía y se ha dado el paseo mirando hacia atrás cada tres por dos.
Escucho la voz del señor Hilman y la de Archer entrelazarse en una conversación. Están hablando.
-Así que esto es lo que haces…-observo la pared llena de manchas de pelotazos.-Vaya, nunca pensé que le pondrías tanto empeño a algo.
-Le estoy ayudando a perfeccionar su fútbol.
-He notado la mejoría.-digo acordándome de lo de hace un rato.-Vaya si lo he notado. Tiene fuerza.
-Perdona de nuevo.-se disculpa con la cabeza gacha.
Me acerco y poso mi mano en su hombro.
-No, no tienes que pedirme perdón. Mi hermano tampoco es agradable contigo así que creo que estamos en paz.
-Sí, puede ser que sí.-los dos nos sonreímos a la vez.
-Pues mira, ya que estás aquí Adri. ¿Qué os parece si os hago algo de comer? Seguro que te mueres por un ramen bien caliente.
-¡Oh, sí, sí!-exclamo emocionada.
Nos quedamos fuera aprovechando que hace buen tiempo. Me siento en el suelo y apoyo mi cuerpo en la pared sucia.
Al poco el chico también lo hace pero se queda a unos cuantos metros de mí.
-Puedes acercarte que no muerdo.-saco un paquete de tabaco del bolsillo del pantalón.-¿Fumas?-le tiendo la caja para que saque un cigarro.
Acepta y coge uno para luego darme las gracias.
Enciendo primero el mío y luego le paso el mechero rosa neón que tengo. Le doy una calada y suelto el humo.
Desde que llegamos a la concentración no había vuelto a hacerlo y la verdad es que me está sentando de vicio.
Si lo hiciese con más asiduidad llevaría la situación en la que me encuentro mejor.
-No tenías pintas de fumar.
-¿Crees que debería ponerme una camiseta para comunicárselo al mundo?-cuestiono divertida.-Sería una forma rápida de morir.
-No.-se ríe.-Eres una tía guay como para no estar en este planeta. Esa manera de tratar a Félix fue…
-¿Alucinante?-acabo por él la frase.
-Alucinante. Cualquier otra se habría puesto a temblar pero tú…tú no.
-He pasado cosas peores. Que un tío raro me agarre por la calle ya no me causa miedo.-me río al recordar cuando Byron me seguía.
Qué tiempos.
-Se te nota una chica dura.
-Habló el osito de peluche…
-Pero no es sólo por eso, ¿eh?-le da una calada al cigarro.-Hay que tenerlos bien puestos para aguantar encerrada en el mismo lugar en el que está tu exnovio cabrón, que se ha echado una novia que puede aparecer en cualquier momento, y aguantar las replicas de Sharp.
-No me queda otra.-me encojo de hombros.-No pienso abandonaros. Fui yo la que decidió quedarse y ahora apechugo con mis decisiones. A no ser de que perdáis no pienso moverme de vuestro lado.
-¿Tramas algo, verdad?
-Concretamente yo no.-le sonrío.-Estoy hablando de más y no debería.
-Entiendo.-asiente como si se lo hubiese explicado.-Pero sigo pensando lo mismo. Tienes carácter.
-Voy a ayudarte.-le suelto de repente.
-¿Qué?
-Eso, que voy a ayudarte. ¿Quieres conseguir moverte en el campo, no? Yo puedo echarte un cable. Ahora no juego pero sigo teniendo memoria suficiente como para acordarme de cómo mover los pies y acompasar las extremidades con el cerebro.
-No es necesario que…
-Lo voy a hacer.-no dejo lugar a repliques.
Acabo el cigarro y lo apago en el suelo para tenderle la mano segundos después. Quiero cenar de una maldita vez.
(…)
A la mañana siguiente Archer sigue en sus trece. Corre durante todo el entrenamiento y no chuta ni una sola vez.
Las piernas las tendrá en plena forma pero así no avanzaremos en la vida.
Se pasa todo el santo entrenamiento recorriendo el lugar a un trote acelerado, como si escapase de algo o más bien de alguien, de si mismo.
Le dije que iba ayudarle y eso pienso hacer, aunque lo mejor que haga sea estar sentada en una caja de madera en la que le traen las cebollas al señor Hilman.
Progresa más cuando está solo que cuando todos le miran. Sólo espero que esto no le pase siempre porque lo que más necesita un equipo es estar unido.
Recibo un mensaje de mi tutor en el que me explica que hoy no estará conmigo y con Archer. En vez de dejarme encargada a mí, me dice que alguien irá a echar un vistazo.
No es que no se fíe de mí sino que prefiere mantenerme controlada para que no llame la atención. Me dejaron bien claro que nada de tocar un balón, y menos fuera de la concentración.
Cualquier persona puede ser un espía.
-Archer, Adri, ¿pero se puede saber qué estáis haciendo aquí?
Mark nos mira sin comprender que diablos hacemos mientras yo intento ocultar el cigarro que me estaba fumando tan tranquila mientras le comentaba trucos al chico.
Muevo las manos apartando el humo de nuestro alrededor y piso con fuerza el cigarro para que se apague.
Evans sabe mucho sobre fútbol pero no está como para supervisar nada. Es el que más tarda en pillar las cosas.
Noto como me empiezan a mirar raro los dos. Uno porque no sabe que diantres hago moviendo los brazos como una posesa y el otro porque estoy dando el cante.
-Había una abeja.-asiento convencida.
-¿Y tú que haces aquí?-Archer me echa un cable.
-El entrenador Hilman me lo ha pedido. Tenía unas cosas que hacer así que me dijo que viniera en su lugar. Entonces, ¿te estás entrenado en este solar tú solo?
-¿Pero qué manía os ha dado a todos con hacerme invisible?-protesto desde mi asiento.-Que estoy aquí.
-No, solo no, Adrianne me ayuda.
-Por cierto, ¿qué significa ese circulo blanco y esas marcas alrededor?
Palmeo mi frente. Ni que nos pusiéramos a jugar a la rayuela.
-Piensa un poco por favor.-le pido.
-Pues claro, ya lo entiendo, por eso me dijo que viniera…
-O sea que Hilman no va a venir, ¿no?-asiento con la cabeza.-¿Para qué voy a entrenar si Hilman no está aquí?
-¡Eh!-me quejo.-Sigo estando yo.
-Oye, espera, Archer.-Evans lo detiene.
-No te metas en lo que no te importa, ¿vale?
Observo la escena perpleja. No comprendo que le pasa a este chico de repente y porqué siempre se acaba marchando cuando algo no le cuadra.
-Y se va.-señalo la dirección en la que se ha marchado con la mano aún flipando.-Que se ha ido.
-Ya…
-Ve a buscarlo y ayúdale.-le ordeno mientras le meto un empujón.-Está claro que mi ayuda no es del todo perfecta. Tú eres el capitán.
-¿Qué le busque y le ayude?
-Claro, ¿eres sordo a caso?-le empujo de nuevo con una sonrisa.-Venga, venga, seguro que está en la Rivera. Es el único campo de fútbol que hay cerca.
-Ya voy, ya voy, ¡qué se como se camina!
-Pues no te veo hacerlo.
Me vuelvo a la concentración dispuesta a darme una ducha y tumbarme hasta la hora que toque cenar pero en cuanto pongo un pie en mi habitación para coger mis utensilios de aseo, una cabeza pelirroja se apoya en mi hombro.
Me hace cosquillas con su pelo y me río.
-No sabes lo que me gusta oírte reír.-dice para después despegarse.-Eso significa que estás bien.
-¿Respecto a qué? Si lo preguntas por la cabeza…hoy la tengo a la perfección.
-¿Y lo de Axel?-cierro los ojos y suelto el aire que queda en mis pulmones.-Vale, mala pregunta. Cambiemos de tema.
-Sí, mejor. No quieras potenciar mi vena asesina o peor, la vena llorona.
Niega divertido con la cabeza.
-¿Qué hacías?
-Iba a ducharme.-abro el armario para buscar la toalla.-Sujétame esto un segundo.-le paso mi ropa interior.
-¿Esto es una propuesta indecente?-pregunta mientras coge mi tanga de un costado.
-No.-sigo buscando el champú.
¿Dónde lo habré metido? Siempre ando perdiendo las cosas.
-Como me dices que te vas a la ducha y me das tu sujetador y tus bragas pues…No sé que esperas que piense.
-Nada, no quiero que pienses nada.-le freno.-¿Dónde cojones está el champú? Oye, ¿tú por casualidad no tendrás?
-Ahora te lo presto, pero a cambio…¿qué te parece si tú me dejas ducharme contigo?-relame sus labios y sonríe.
-Me parece que te quedarás sin tener descendencia.-le doy un par de palmaditas suaves en la cara.-Así que deja de decir gilipolleces y vuelve a ser el Xavier normal. El que está más salido que el pico de una plancha me cae bastante mal.
-Oh, venga, no te pongas así. Era una broma.
Conforme ve que me alejo, me abraza y me atrae hacia su cuerpo.
-Lo mío también.-veo como se le iluminan los ojos.-Lo de la ducha no.
-Bueno, puedo esperar.-niego con la cabeza. Es muy persuasivo en todo lo que hace.-¿Tú no querías champú?
-Sí, pero a cambio de nada.
-Anda, ven.
Le acompaño hasta su habitación donde, enseguida, lo busca y me lo da.
Decido devolverle lo de la ducha de una manera especial. Me acerco hasta su cara y le doy un beso en la mejilla, al lado de la comisura de los labios.
Antes de que pueda reaccionar, me marcho hacia los baños con una petulante sonrisa y feliz por mi cantada victoria sobre Foster.

Lucha (Inazuma Eleven)Where stories live. Discover now