CAPITULO 21

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Casi me da un sincope al ver que Mark lo para. Ni si quiera yo, que soy defensora de su fuerza de voluntad, le veía capaz de detenerlo de tan buena forma.


Me quedo ojiplática mirándole con la boca abierta. Igualita a Edgar, que le mira sonriente como si ya se lo esperase.


¿Era la única que no confiaba en nuestro portero?


A fin de cuentas llevo razón, el que ha detenido casi toda la fuerza del chut a sido Jack. Y, cómo yo pensaba, las consecuencias han sido nefastas. Está en el suelo tirado.


Me pongo tiesa conforme le veo pero no me muevo del banquillo. Mi poca fuerza no sería nada útil, sólo molestaría a los que pueden traerle hasta aquí.


Busco el botiquín entre la cantidad de cosas que las chicas han traído. Sigo sin entender por qué llevamos una nevera portátil a cuestas cuando podríamos perfectamente rellenar las botellas en los baños.


-En serio, el problema que tenéis los japoneses con el plástico es importante.-maldigo apartando un montón de botellas.-Ser ecológicos no es lo vuestro.


-¿Eres activista de Greenpeace ahora?-cuestiona burlón mi hermano.-Anda, busca el botiquín y quéjate luego. Wallside lo necesita.


Hacemos un cambio y mandamos a Kevin. Un defensa por un delantero. Nuestra defensa se ha reducido pero nuestro poder ofensivo a aumentado considerablemente.


Si consiguen romper la táctica de los ingleses esto será pan comido. Sino...la derrota será inminente.


Un suspiro se escapa de mis labios cuando compruebo que Edgar y los demás predicen al Inazuma Japón. Era de esperar, no siempre los chicos saben moverse sin seguir un plan trazado por la cabeza de Jude.


Quieren ganar y lo van a hacer. Kevin, que no se deja achantar por la falsa ética del caballero inglés, chuta con energía metiendo un señor gol.


Lo celebra como si llevase años sin jugar con los demás. Sólo le falta hacer un mortal.


Con Dragonfly he tenido mis más y mis menos pero lo que no puedo negar es el empeño que le pone al fútbol en todo momento. Además, echaba en falta sus humos y la mala leche que se gasta siempre.


Los Caballeros de la Reina adoptan una formación en forma de flecha.


Tuerzo la cabeza intentando averiguar a que viene una táctica como esa. Tienen que tener un truco preparado. Son muy meticulosos, no suelen hacer nada si no tienen un objetivo.


-¡Cuidado con Edgar!-les grito pero no me oyen.-Hay que comprar un megáfono.


-No hay presupuesto para eso.-se precipita a negar el señor Hilman.-Siempre puedes usar tus manos como amplificador.


-Ya...-le miro sin creerme que no puedan comprarme un megáfono.-¿Y un micrófono?


-Suficiente micrófono tuvimos ya.-añade Travis de espaldas a mí.-Si quieres uno de juguete entonces sí.


-Eso no sirve para nada.-me cruzo de brazos poniendo morritos.-Pero si va a ser rosa y puedo cantar canciones de Disney lo quiero.


Los chicos se ríen y podría jurar que al entrenador se le escapa una pequeña sonrisita que le delata. Le hago gracia.


Comenzamos a llevarnos mejor.


-Veo que sin Opal os lleváis mucho mejor.-señala David acercándose aún con el peto de calentamiento.


-Esa arpía es buena volviendo las cosas en mi contra.-puntualizo.-Hay que andarse con pies de plomo cuando está cerca.


-Con suerte no la volvemos a ver hasta que no lleguemos a Japón con la copa en las manos.

Lucha (Inazuma Eleven)Where stories live. Discover now