❥『Free Love • NoRenMin』

❥『TWENTY FOUR』

      ❥『Despertó en su cama, con un dolor de cabeza estruendoso y con una gran angustia. Agarró su cabeza con fuerza, como si de esa manera fuera a lograr que el dolor se disipara. Sin embargo, al cabo de segundos fue corriendo al baño y vomitó probablemente todo lo que había tomado la noche anterior. No sabía ni qué día era, pero aunque fuera lectivo ni loco iba a ir a clases.
   Después de vomitar, se lavó los dientes y fue hacia la cocina a prepararse algo de desayunar. Se encontró a YangYang con la cabeza encima de la mesa y un vaso con una aspirina efervescente a su lado. Parecía que estaba muerto.

   —¿YangYang? —preguntó casi sin voz, seguramente de haber gritado tanto y haber bebido garrafón.

   El contrario no respondió, tan solo dejó escapar un sonido gutural mientras levantaba la cabeza. Su pelo estaba súper despeinado y definitivamente tenía cara de fantasma, pero de los que dan miedo. Jeno suspiró y antes de comer algo, decidió prepararse otro vaso con medicamento para el taladramiento de cabeza que tenía. Por esto era por lo que a veces se planteaba dejar de beber para siempre.

   —¿Dónde está Jaemin? ¿Lo has visto?

   —No, pero su puerta está entreabierta y he visto que estaba dormido.

   —Vale... ugh —tomó entre sus dedos la sien de su frente.

   —¿Qué tal estás? Ayer fue un día completo, eh —bromeó.

   —No me hables de ello, por favor. Está siendo la peor resaca de mi vida. Otras veces me despierto un poco mareado, pero hoy... Dios, voy a morir.

   YangYang asintió y se bebió de una vez por todas el vaso. Puso una mueca de asco y sacudió su cabeza para quitar el sabor tan malo que dejaba en el paladar.
   Jeno hizo lo mismo y después cogió una bolsa de patatas para desayunar. Bueno, quién dice desayunar dice ya casi almuerzo o comida porque eran las dos del mediodía. Se dio cuenta de que llevaba la misma ropa de ayer, así que se duchó rápidamente con agua fría y se cambió al pijama. Hoy no iba a salir de casa.

   Se puso una serie en la televisión a la que ni siquiera le hacía caso y siguió comiendo de la bolsa de patatas. Luego ya comería algo en condiciones.

   —Buenos días —saludó Jaemin. Su voz era tan ronca y apagada que no parecía él. Jeno vio cómo tambaleó un poco para mantener el equilibrio.

   Y también se dio cuenta de que apestaba a alcohol.

   —Buenas, ¿qué tal estás?

   —Muerto —sin decir nada más, Jaemin se tiró al sillón que había al lado de sofá y gimió lastimosamente—. Me encuentro fatal, he potado ya dos veces. Ayer cuando llegamos y hoy a las ocho de la mañana. ¿Qué coño me metí yo ayer?

   —Madre mía... no quiero volver a beber nunca.

   —Eso decimos siempre —contestó en tono divertido—. Pero lo pasamos bien.

   Jeno asintió.

   —¿Qué estás viendo?

   —No lo sé, no estoy atento. No puedo. Si quieres poner algo...

   —Nope, yo me voy a duchar que huelo a expomanga. Venga, nos vemos.

   —Aips.

   Jaemin fue al baño y se tomó mucho más tiempo que Jeno para ducharse. Cerró los ojos y trató de recordar todo lo que pasó la noche anterior. La discoteca, Hendery y XiaoJun, bailar, beber, besar a Jeno, ChenLe y Jisung, RenJun... Ahí estaba el problema. No estuvieron hablando con él en ningún momento, ¿por qué lo recordaba con tanta claridad? Y... «es que he visto a RenJun con el chico este occidental besándose». ¿Ya tenía novio? Era imposible, había pasado una semana y RenJun parecía muy dolido cuando Jeno lo dejó con él.