Capítulo 7

2.1K 308 45
                                    

Arthit POV

—¿Cuántos huesos fueron rotos?

—3

—¿Solo 3? Eso no puede ser posible. Parecía que intentabas reacomodar su rostro. Y podría decir que realmente lo has logrado. ¿Cómo conseguiste solo tres huesos rotos? ¿Cuantos consiguió el?

—¿Cómo diablos puedo saber cuántos huesos se rompió? Pensé que estabas preocupado por mí.

—¿Por qué debería estar preocupado por ti? Todo lo que necesitas es una pequeña bandita en tu mano.

—¡Oye! ¿No acabo de decir que me rompí 3 huesos? Voy a tener que usar yeso durante un mes.

—¿Y de quién es la culpa? Si nos hubieras dicho que ibas a salir de fiesta, nos habríamos unido a ti. Podría haber usado un saco de boxeo para deshacerme de mi frustración también. Y aquí tenías que seguir adelante y tomar todo el placer. Dime, Arthit, ¿cómo te convenció este nuevo compañero de habitación tuyo para que fueras al club? Pensé que habías dejado los lugares felices por el resto de la eternidad.

—Ummm... uhh...

Afortunadamente, justo en ese momento, la enfermera entró en la habitación para ver a Kong, que todavía no se había despertado debido a los efectos de la droga que el señor rostro-reacomodado le había dado. No pude decirle a mis amigos que había ido a buscar a Kong completamente sin su conocimiento. Pero después de enviar mi yo racional a un rincón en mi cabeza, mi instinto maternal se hizo cargo y se enfrentó al hombre que acariciaba a un Kong drogado golpeándole la cara y el cuerpo, de repente no tenía uno, sino dos hombres inconscientes en mis manos.

Y una mano con tres huesos rotos. Así que hice lo único que se me ocurrió. Llamar a mis amigos a las 2 de la mañana. Decir que se sorprendieron al encontrarme junto a un hombre sangriento y otro inconsciente detrás de un club en un callejón sombrío fue la subestimación del siglo. Así que les mentí que Kong me había arrastrado al club, de alguna manera logró tragar una droga de violación, fue molestado en la oscuridad y finalmente fue salvado por el príncipe azul, también conocido como yo.

—¿Por qué nunca nos dijiste que tu Kong es tan guapo? Tal vez debería comprobar si ese imbécil dejó algún moretón en su hermoso cuerpo.

Le di una palmada a la mano de Toota cuando la vi arrastrarse hacia el cuerpo dormido de Kong. Tuve esta horrible sensación de araña subiendo por mi espina cada vez que recordaba los dedos de ese hombre tocando el pecho desnudo de Kong. Y parecía que esa sensación seguía volviendo cada vez que alguien se acercaba a su yo dormido, incluido el médico y las enfermeras.

¿Es normal que estén tan... tan manitas?

Así que sí, de ninguna manera así fuera Toota o cualquier otra persona no había manera de que los dejara tocar su cuerpo a corto plazo.

—Deja de molestarlo, ¿quieres?

Toota acababa de empezar a quejarse cuando Kong finalmente se despertó y los cinco nos fijamos en él para ver cómo le estaba yendo.

—Uggghhh... mi cabeza...!

Inmediatamente se aferró a su cabeza y gimió. Sospecho que debe estar sintiendo una resaca asesina.

—¡Ah, mierda! ¿Quién demonios son ustedes? ... ¿P'Arthit?

—Oh, somos tus nuevos mejores amigos. ¿Cómo te sientes?

—¿Eh? ¿Amigos?

—Sí, viendo que salvamos tu vida.

—¿Cómo diablos salvaste su vida, Bright? No has movido un dedo en toda la noche.

Bajo mi techo // Under my roof [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora