Parte 45: Concierto en la playa.

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El miércoles de la semana siguiente mis amigas y yo fuimos a un concierto en la playa, aun que llegamos más tarde de lo previsto por que yo tarde, cogimos un muy buen sitio.

No nos dimos cuenta del error de nuestro plan hasta que fueron las horas de más calor. Menos mal que teníamos un amigo en uno de los puestos de la playa y nos trajo un cubo con hielo y agua.

Acabamos haciendo una guerra de hielo, tampoco es que a ninguna nos importó tener hielo dentro de la ropa.

Hay que reconocer que el sol de finales de julio allí es horrible. Aprovechando este nos habíamos traído crema del sol así que, nos habíamos puesto morena y no nos habíamos quemado.

A media tarde ese mismo chico nos trajo un helado para cada una.

A las 8:30, como estaba previsto, comenzó el concierto. La paya estaba super llena, aun así no era agobiante. La banda toco unas 10 canciones de su repertorio antes de hacer un descanso de 30 minutos.

Unas amigas y yo lo aprovechamos esto para ir al baño, pero no habíamos sido las únicas allí había más personas, gracias dimos a que también había muchos baños.

Al salir del baño, cerca de la puerta había una persona con una capucha, me dio un poco de mala espina desde el principio.

Cuando se giró pude ver en sus ojos ese color carmesí que había visto ya demasiadas veces, recordé lo que Malcom me había dicho "no intentes enfrentarte a ellos".

Avisé a mis amigas de que me iba ya con las demás, pero en realidad fui en dirección contraria, el encapuchado me siguió enseguida.

El primer tramo para alejarme de él lo hice andando rápido, solo cuando estuve lejos de las zonas con gente empecé a correr.

Un poco más lejos me di cuenta de que me estaba a punto de coger, creo que no se estaba esforzando demasiado por cogerme, antes de que pudiera rozarme algo se lanzó contra nosotros, yo solo cerré los ojos al caer.

Cuando abrí los ojos, ya en el suelo, estaba debajo de un lobo de color gris, entre su pelo pude ver como otros tres lobos arrastraban al encapuchado hacia una cueva que había en el acantilado de la playa.

Un poco después los lobos salían de la cueva, uno de ellos se dirigía hacia nosotros.

El lobo que estaba sobre mi se quitó con cuidado y bajo la cabeza, supuse que quería que le rascase, si lo hice.

- Seas quien seas, gracias.

El lobo pareció contento, luego se marchó, en ese momento llego Malcom, me ayudo a levantar y sacudirme la arena.

- ¿Estás bien?, lo veía venir, como pude pasar por alto ese olor, aun que cualquiera se concentra con como huele allí.

Le dije que estaba bien, sonreí y asentí a su afirmación del olor, estaba en todo el medio de aquello era consciente de como olía.

- No importa, volvamos o mis amigas se preocuparán.

Los dos volvimos con mis amigas, las del baño ya estaban allí, me preguntaron y les dije que me había encontrado a unos amigos y me había liado.

Conseguí disfrutar al máximo de lo que quedaba de concierto y con Malcom allí más cerca que antes me sentía segura pero seguía preocupada por lo sucedido.

Al llegar a casa, en mi habitación comencé a llorar, Malcom se sentó en la cama conmigo y me abrazo.

Durante unos minutos ninguno dijo nada luego hablo él.

- ¿Ya estas mejor? -asentí- ¿qué te pasa?

- Me siento muy insegura, ¿por qué esa gente me quieren hacer daño?, yo no he hecho nada.

Malcom me acaricio el pelo.

- Realmente no es tanta, es solo uno, lo que pasa es que manda a todos los secuaces que puede conseguir a por ti. Ya hemos descubierto que quien sea se encapricho de ti mientras estabas en Forks, pero que aún no se quiere mezclar en persona.

Asentí ya calmada del todo.

- ¿Quién era el de la playa?

- Blake, se lanzó contra vosotros aun en humano y se transformó al alejarse, es un buen chico.

Asentí, le conocía de hace unos cuantos años y sabia como era.

En ese momento me llamo Seth, di gracias a estar ya calmada, le conté como había sido mi día, no le iba a mencionar el incidente pero él ya lo sabía.

- Siento todo lo que está pasando, algún vampiro se ha encaprichado contigo, ojalá diera la cara, le despedazaría yo mismo.

No le veía en esa situación, pero quien sabe en lo que se puede convertir alguien si le haces daño.

- Cada vez lo llevo peor, ¿cuándo voy a estar tranquila?

- Espero que cuando estés aquí -dijo riendo triste- por lo menos yo lo estaré, la manada de allí lo hace bien pero...

- No te fías del todo. -dije sonriendo.

- No, claro que me fio, pero son muy jóvenes, ya sea en edad o tiempo de licántropo, aun les cuesta un poco, se bien como es esa fase, no hace tanto que la deje atrás.

Me reí un poco.

- De momento no se les ha dado tan mal, sigo viva y eso es lo que importa.

Seth soltó una risa molesta.

- Si eso está claro, pero en realidad siempre está muy cerca.

- Pero no lo suficiente.

Esta vez sí que sonó del todo enfadado.

- Sara, esto no es broma.

Yo también me enfade, sé que él sufre pero es a mí a la que quieren hacer quien sabe qué.

- Pues yo prefiero tomármelo así, de otra forma no querría salir de casa y estaría siempre en pánico, temiendo que alguien que no sé quién es me haga daño o incluso me mate, no me lo tomo a broma pero prefiero verle el humor al salirle mal.

Seth se quedó en silencio un momento y luego su voz sonó triste, sabe que yo también tengo miedo.

- Esta bien, lo siento, tienes razón, solo... es que... me cuesta y me duele que estas pasando todo esto y yo esté tan lejos.

- Aquí los chicos lo hacen bien y creo que aguantaremos hasta que este allí. -le oí carraspear- Y si vas a preguntar si ya se algo, la respuesta es que no se nada.

- Joder... venga Seth ya falta menos que ayer.

Los dos reímos, el sueño me iba venciendo, cuando Seth se dio cuenta se empezó a reír, nos despedimos entonces y en pocos minutos tras eso Malcom trajo a los dos lobos y me dio las buenas noches.




Una Quileute másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora