Día 11: Justiciero

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Este día es un capitulo enfocado 100% en Adrien/ChatNoir

En este entenderán un poquito como está la situacion en la cabeza del rubio.

¡Nos leemos abajo!

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Palabras: 809

Beteado por princessqueen

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Mes LadyNoir

Día 11

~Justiciero~

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Chat Noir para Adrien Agreste significaba más que solo un escaparate de su vida de perfecto niño rico. No, era como convertirse en el justiciero de uno de los comics que solía leer de pequeño.

Su súper poder era el cataclismo, capaz de destruir todo lo que tocaba. Tenía una vara extensible que usaba de arma, potenciando sus habilidades de esgrima. Su agilidad y su fuerza eran algo que también le encantaban.

Pero si había algo que adoraba por sobre todo, era su compañera: Ladybug.

Ambos habían sido un buen equipo en la lucha contra los Akumas y los Amok, y a veces, habían ayudado a la policía, aunque estos no parecían muy contentos con su intromisión.

Cuando se trataba de robos en París, él solía aparecer antes que su compañera porque era su momento de brillar, aunque al agente Roger no le agradara mucho.

Se divirtió mucho portando la máscara de Chat Noir, sintiéndose como el héroe principal de una historieta; pero como todo protagonista, el villano siempre tiene algo que ver con él.

Su caso no fue la excepción.

Su padre y su asistente eran los villanos que él combatía, villanos que buscaban una solución para el sueño profundo de su madre.

Oh sí, porque cuando Adrien pensó que su vida de comic no podía empeorar, el artista llegó al golpe de gracia.

Uno que Adrien no vio venir.

Sacudió la cabeza, cuando la voz de su madre le indicó que ella estaba junto a él, mientras, perdido en sus pensamientos, miraba por la ventana de su nueva habitación.

—Sé que no es ni la mitad de lo que tenías antes, pero... —se lamentó Emilie, abrazándose a sí misma—... es lo único que tengo a mi nombre.

—No te preocupes, madre —dijo, sonriendo—. Estar contigo es todo lo que necesito ahora —se acercó a ella y la abrazó.

—Gracias, hijo —agradeció la mujer de ojos verdes—. Esto debe haber sido muy duro para ti.

—Para ti también —exclamó, separándose de ella—. Deberías ir a descansar.

—Yo estoy bien, me siento bien —respondió, acariciándole la cara a su retoño—. Tu padre hizo un buen trabajo cuidando de mí, mientras dormía —los ojos verdes del muchacho se cerraron con rabia—. Adrien —susurró la mujer, volviéndolo a abrazar—, sé que todo esto es raro para ti, pero debes entender a tu padre... No sabíamos a lo que nos enfrentábamos, estábamos desesperados... Cuando tengas a alguien a quien ames mucho, comprenderás eso.

El rubio apretó los ojos con fuerza, pues él tenía a una persona que quería mucho. Quizás si a Marinette le pasara algo, buscaría la forma de encontrar una solución, pero de allí a convertirse en el villano de la historia, jamás. Su padre había perdido el juicio.

—Yo... —respondió—... haría lo que fuera por ella, pero aterrorizar todo París...

—¿Tienes alguien a quien amas? —dijo, separándose de su hijo, sorprendida. Ambos se sentaron a los pies de la cama— ¿Y cómo es ella?

—Es encantadora —dijo, con una sonrisa ladeada, mirando su Miraculous.

—Me imagino —respondió al ver los gestos de su hijo.

—Tiene un fuerte sentido de la justicia, es alguien que, aunque pueda equivocarse, buscará hacer las cosas de la forma correcta... —comentó.

—Oh —Emilie apoyó su mano derecha en el hombro de su hijo—, ¿Tuviste problemas con ella, por lo de tu padre?

Adrien no pudo evitar reír. ¿Problemas? Problemas no era justamente la palabra que usaría él. Negó con la cabeza, confundiendo a su madre.

—Me ha apoyado mucho —respondió—. Creo que, si hoy estoy aquí, manteniendo una conversación normal contigo y no en un centro psiquiátrico, es gracias a ella.

—¡Adrien! —protestó Emilie por el humor oscuro de su hijo.

—Pero es verdad —dijo, volviendo la mirada al anillo—. Ha estado conmigo cuando me quede solo, me abrió las puertas de su vida, de su familia y de su casa. Allá soy uno más.

—Me alegra que hayas encontrado alguien así, hijo —le tomó las manos—, pero, no puedes dejar abandonado a tu padre —le indicó—. Trata de entenderlo...

Emilie volvió a tomar un punto que Adrien no sabía cuándo iba a poder aceptar. No quería hablar de su padre porque hablar de eso, implicaría hablar de su Miraculous y de cómo el hombre que protegía, había atacado a su propio hijo, innumerables veces.

—¿Adrien?

—¿No tienes hambre, mamá? —preguntó, para cambiar de tema.

—Veré que puedo hacer —dijo, saliendo de la habitación.

El muchacho se dejó caer de espaldas sobre el colchón, ni bien su madre lo dejó solo.

—¿Qué pasa chico? —preguntó Plagg, saliendo del cajón de la mesa de luz.

—La vida es complicada, Plagg —comentó, cubriéndose la mirada con el antebrazo—, para quien lucha en nombre de la justicia.

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El rinconcito de la que escribe:

Y bien, así están las cosas.

Emilie salió ilesa del problema, pero Gabriel Agreste no. Y nuestro modelo favorito está con un remolino de cosas en su cabeza. Esta pieza va después de "Ayuda"

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Nos leemos mañana!

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Próxima actualización: 12 = Lágrimas (El motivo por el que Fu les quitó los Miraculous x3)

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Nos estamos leyendo

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Aquatic Fuera

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11 de Julio de 2019

Lucha ConjuntaWhere stories live. Discover now