Capitulo 5

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Mientras planeo que decir, mi subconsciente me grita (finge demencia) y por tonto que parezca lo hago —¿Disculpe?—

Su hermosa y retorcida sonrisa se hace mas grande, saca una mano de su bolsillo y la pasa por su hermoso cabello negro, esta frustrado lo se, conozco bien es maña del pelo.

—Me oíste bien, ¿Hasta cuando fingirás que no me conoces?— demonios de esta no me salvo, mi única opción es contestarle y salir ilesa de este encuentro.

—Vaya, creí que no me reconocerías y mucho menos que tendrías el valor de hablarme— eso es, mi voz salió segura y firme, este idiota no me intimidara.

—Vamos cariño, te reconocería a kilómetros pensé que ya lo sabias, pero realmente me lleve una sorpresa cuando el Sr. Banner te nombro hoy, y fue mayor ahora que estas frente a mi y confirme que eras Clarisa, mi Clar— demonios, no ese apodo, él me era el único que me decía Clar, y ahora después de años lo vuelve a hacer.

—Te oyes muy seguro de ti mismo eh, jamás creí que te volvería a ver— y era cierto, la última vez que nos vimos no terminamos bien y estaba cien porciento segura de que no volvería a verlo, hasta ahora.

—Estoy seguro, además como podría olvidar ese hermoso cuerpo que tienes, tus ojos, tus labios, tu cabellera, pero sobre todo tu perfume, es increíble que sigas usando el perfume que te regale—

¡Doble Demonios! Lo había olvidado, fue en una navidad, él me regalo el perfume y desde entonces lo he seguido comprando, este encuentro tiene que ser una broma. Cuando iba a contestarle su celular sonó.

—Aquí Dankworth— dijo muy serio— ¿Ya esta listo para firmarse?.... que falta…. Ya veo…. ¿Habrá alguna complicación?... de acuerdo voy para allá, prepara los papeles—  y colgó.

Guardo su celular en el bolsillo y me miro, nos quedamos así por lo que me parecieron minutos eternos, hasta que el sonrió y se giro rumbo a la puerta, cuando vi que se alejaba note como mis pulmones se llenaban de aire otra vez, no me había dado cuenta que no estaba respirando normal.

Se detuvo ante la puerta, medito algo y giro, lo vi meter su mano en el bolsillo interior del saco y saco algo entre sus dedos.

—No podrías esconderte de mi en una habitación llena de gente, te reconocería sin duda alguna, se que eres tu antes incluso de mirarte, no te quepa la menor duda cariño — extendió su mano izquierda y de entre sus dedos estaba colgando… mi arete, rayos Cristóbal encontró mi arete— es increíble que aun lleves estos aretes que te regale—

Si se que soy tonta por aun llevarlos después de años de que me los regalo, son mis aretes favoritos y como no enamorarse de ellos si son dos alas de ángel; me los regalo el día de San Valentín y cuando leí su tarjeta jamás pensé que los amaría tanto.

                        Un día te dije que eras mi ángel,

                        llegaste cuando menos lo esperaba,

                        ahora te entrego tus alas.

                        Mi bello ángel.

Extendí la mano y con voz firme dije — Dámelo— el sonrió mirándome a los ojos — ahora— ordene.

—Claro que te lo daré… después— y dicho esto se fue. 

AmorEs De aquí a allá, un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora