Capitulo 32

8.6K 673 11
                                    

Estamos en la sala de su departamento y es impresionante, es bastante grande y decorado con tonos fríos, ideal para un hombre que vive solo. Me detengo frente al ventanal que nos muestra la ciudad de noche, es tan hermosa como se ve iluminada por las diferentes luces.

Cuando me vuelvo para verlo esta sentado en una silla bastante elegante, en su mano derecha tiene un vaso con alguna especie de licor, observo que el saco esta abierto y la corbata esta desatada ¿Cómo puede ser tan sensual así? ¿Es posible eso?

Camino despacio hasta estar frente a él a una distancia prudente, veo como sus ojos me recorren de arriba abajo y el deseo que siente se hace aun más grande.

—Desnúdate— me ordena sin apartar la mirada de mi.

—Hazlo tú— le sugiero.

El niega con la cabeza y vuelve a decir—Desnúdate—

Le sonrío, porque estoy feliz de estar aquí con el. Dejo mi bolsa en una pequeña mesa que se encuentra a mi lado derecho, cuando regreso a mi sitio tomo el cierre que esta en un costado y comienzo a bajarlo lentamente, puedo ver que se revuelve un poco en el asiento y eso me llena de energía para torturarlo un poco.

Tomo los tirantes de mi vestido y lentamente lo bajo por mi cuerpo hasta que llega a mis pies, él recorre mi cuerpo y punto que mira punto que se enciende. Afortunadamente me puse un conjunto de ropa interior bastante coqueta, el brasier y la panty con de color negro pero con transparencia, están adornador por florecitas rojas tanto en las copas como en un costado del panty y por la forma en que me mira a Cristóbal también le ha gustado.

—¿Te gusta lo que ves? — y me sorprendo de que mi voz suene tan ronca, pero como evitarlo cuando estoy tan excitada.

—Gustarme es poco cariño— lo veo sorber un poco del liquido que tiene en le vaso y cuando se lame el labio inferior siento un pequeño tirón en mi entrepierna, pero que maldito es.

Levanto mis manos hasta llegar al broche del brasier que esta entre mis pechos, lo abro sin quitarle los ojos de encima a él, muerdo mi labio inferior y veo que eso lo hace moverse en la silla así que lentamente me retiro la prenda hasta que cae a mis pies junto al vestido.

 El aire acondicionado esta prendido y el sentir la brisa fría sobre mis pechos hace que mis pezones se pongan erectos, anhelando las caricias que las manos de Cristóbal puedan proporcionar.

—No me lo estás poniendo fácil nena— dice tocándose el paquete a través del pantalón —Tienes idea de lo malditamente sexy que estas en este momento, con esa tela que cubre el paraíso, esas piernas que me encanta tener alrededor de mi cadera, en esos zapatos de infierno y sin olvidar tu cara sonrojada y esos deliciosos pezones que aclaman mi atención— lo veo acariciar su pene mientras dice — si no fuera porque mi deseo es poseerte en mi cama ya lo hubiera hecho aquí mismo, pero te juro por Dios que estoy a nada de eyacular—

El verlo de esa manera, desesperado por meterme mano me hace sentir poderosa y femenina, me siento desea por un hombre al que deseo también y el no se imagina cuanto.

Cristóbal se levanta y se coloca frente a mi pero sin tocarme, del interior de su saco extrae un pañuelo morado, lo agita frente a mi y comienza a pasarlo por mis pechos, por mi cuello, mi espalda y esa sensación de la seda hace que me encienda aun mas.

—Me encanta ver como tu cuerpo reacciona a mí— con su mano ladea un poco mi cabeza para dejarle libre mi cuello y lo recorre con su nariz hasta llegar a mí oído en el cual susurra — ¿Confías en mí? — y lame la comisura de mi oreja haciéndome gemir y pegando mi trasero a su delantera y lo siento, siento como esta duro por el deseo.

—Si— digo jadeando —Confío en ti— lo siento apartarse de mi, mientras yo intento controlar mi respiración y por acto reflejo junto mis piernas y puedo sentir lo húmeda que estoy.

—Voy a amarrar tus muñecas atrás de tu espalda— haciendo lo que dice y dándome besitos en ambos hombros.

—No me digas que eres una especie de Amo dominante—

—No practico el BDSM, pero no voy a negar que quiero atarte— y siento como mis muñecas quedan firmemente atadas tras de mi y ese movimiento hace que mis pechos estén mas arriba y mis pezones también —delicioso— lo oigo decir.

Se vuelve a colocar delante de mi y observa con determinación mi pecho, alza su mano y cubre uno de mis senos por completo, siento como lo masajea hasta que tiene atrapado mi pezón entre su dedo índice y pulgar, yo contengo el aliento ante su próximo movimiento.

—No veo la hora de llevarme estas preciosidades a la boca— y le da un jalón a mi pezón haciéndome gritar de placer. De su saco vuelve a sacar otro pañuelo morado —Este es para tus ojos— dice moviéndose hasta estar detrás de mi y pegando su cuerpo al mío.

—¿Por qué no quieres que vea? —

—Porque esta noche quiero que sientas todo, quiero que tus sentidos estén al límite y quiero que disfrutes como nunca— acto seguido amarra el pañuelo por detrás de mi cabeza, dejándome en la completa oscuridad, pero eso hace que mis otros sentidos se agudicen.

De pronto siento como me levanta en brazos y comienza a caminar —Ahora si estas lista nena—

AmorEs De aquí a allá, un paso.Where stories live. Discover now