Capítulo 4

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Las luces iluminaron el podio presentando la nueva fusión empresarial, Byun y Park; todas las miradas estaban sobre ellos, comentarios y habladurías acerca del porqué, los ponían nerviosos a ambos pero aún más a Baekhyun. Chanyeol lo veía morderse los labios nervioso, hábito que disgustaba al tigre porque esos bonitos belfos no debían ser dañados. Le tomó de la mano para tranquilizarlo pero lo puso en una situación incómoda y rechazó el tacto de Chanyeol.

- Nunca te gustó que nos vieran juntos en público –le dijo con algo de rencor en la voz.

- Pero soy yo quien quiere sujetar tu mano a la vista de todos.

- Lamento que yo ya no quiera eso.

La mentira era un don que muy pocas ocasiones, y quizá sólo con Chanyeol, salía a flote. No quería lastimarlo, pero necesitaba de urgencia de un mecanismo de defensa, algo que le trajese de regreso a la realidad y no lo hiciese vivir un absurdo cuento de hadas. Aquellos no existían, lo comprobó hace años con el mismo que nuevamente quería parecer un príncipe azul.

Chanyeol tomó actitud seria, se acercó al micrófono para dar su discurso. Su voz ronca y acento sofisticado era algo que siempre le gustó a Baekhyun, aún en los debates donde eran oponentes; igualmente le gustaba cuando esa misma voz ronca le susurraba palabras dulces, o sucias, al oído mientras se enterró en el. Era curioso cómo tuvieron tanta atracción sexual en la universidad que se apagó el día siguiente de la noche que se entregaron a ella. La decepción es el mejor repelente para el amor.

El discurso concluyó con el sonido de los aplausos, Baekhyun entonces salió de su ensoñación. Una suave música comenzó, el conejo no creía que habría baile pero tal parece que no era así, y menos cuando Chanyeol le tendió la mano en una invitación a comenzar el baile.

- Somos los anfitriones –explicó para que el conejo accediese.

- De acuerdo.

El tigre tomó al conejo por la cintura, una femenina y hermosa cintura, y con la zurda tomó la mano derecha del conejo en alto. Comenzaron a moverse por la pista a pasos suaves, sensuales y que poco a poco con el calor de la música se hicieron eróticos, sus miradas y toqueteos sutiles eran poco obvios para los presentes y mucho menos con las demás parejas en la pista de baile.

- Para de hacer eso, todos nos miran.

- No me avergüenza decir que trato de cortejarte.

- Lo que haces no es cortejarme, es pasarse de la raya. Para, Chanyeol.

- Sé que estás molesto, ¿pero no has pensado que tal vez estás enfadado sin razón?

- ¿Sin razón? ¿Ser usado como un juguete es sin razón? –su voz sonó molesta pero en el fondo estaba rota y sensible. Baekhyun quiso parar de bailar pero la firmeza del agarre en su cintura le impidió hacerlo.

- No fue lo que sucedió.

- Tal vez para ti no pero le hablas al chico al que abandonaste despues de quitarle su virginidad –bramó apartándose del cuerpo de Chanyeol.

Baekhyun se dirigió al bar por una copa de vino sin importarle los cuchicheos por su poco cortés actitud al abandonar a Chanyeol en la pista de baile. Sintió el cuerpo de alguien acomodarse a su lado, reconoció el aroma de Minseok.

- ¿Beberás hasta perder el conocimiento?

- Tal Vez, después de todo el imbécil del tigre está cuidándome –bisbiseó con molestia.

- ¿Viejos recuerdos, es por eso que pelearon? –el conejo asintió y siguió bebiendo- Deberías calmarte, no se ve bien que estés bebiendo vino como si fuera agua. Además es una noche para celebrar.

- Sabes que no hay nada que celebrar.

Minseok bufó ligeramente molesto por semejante actitud, no cambiaría lo que restaba de la noche y estaba seguro que el conejo terminaría bailando sobre una mesa por lo ebrio que se pondría. Lo único que podía hacer era quedarse a su lado para evitar algún acto vergonzoso.













- Entonces él sigue molesto –comentó JongDae luego de escuchar el motivo del desplante del conejo-. Deberías decirle la verdad.

- ¿Y cómo? Cada vez que lo intento huye asustado. Estoy perdiendo la cabeza. Créeme que lo he intentado pero él está empecinado en creer que yo lo traicioné, que yo planeé todo para usarlo y ganar el torneo.

- Tal Vez deberías acorralarlo.

- ¿Qué? Habla claro JongDae.

- Eres un depredador, un tigre, y él un inocente conejo. Quiero decir que si no ha funcionado la diplomacia entonces es momento de que optes por algo más rudo.

- ¿Quieres que me lo coma?

- Ay Dios, el vino ya asesinó a tus neuronas -chilló JongDae ante lo poco receptivo que estaba siendo el tigre ahora-. Habla con él sin darle oportunidad a refutar.

Chanyeol comprendió asintiendo con la cabeza. La idea no era mala, el quid de la cuestión era que si de por sí Baekhyun temblaba cuando estaba cerca, acorralarlo significaría asustarlo al punto de un ataque cardíaco. Otra posibilidad era dejarlo libre..., sólo que su corazón no le permitiría abandonar a su conejito. Le costó dejarlo luego de la universidad y mucho más aceptar que el conejo le odiaba por un malentendido que debió solucionar en la universidad y no acarrearlo con los años. Tenía miedo de que al decirle la verdad eso sólo empeorara las cosas.

- Y si aún quiere creer que eres el malo, entonces tal vez ese conejo no se merezca tu zanahoria.

Hermosa metáfora para situación tan delicada.

"Ojalá fuera tan sencillo", pensó Chanyeol con melancolía, "y soy yo quien no desea comer otra cosa que no sea conejo"











La cereza del pastel llegó a la media noche, cuando el deleite del tigre fue ver al precioso conejo sonrojado y hablando incoherencias por lo ebrio que estaba, decidido a que no pasaría vergüenzas Chanyeol se llevó al conejito a su auto a tirones.

- Eres un ti-tigre mmalo –balbuceaba haciendo ademanes con las manos-, yo quería, hip, festejar.

- Ya festejaste demasiado, es hora de regresar –dijo encendiendo el auto y comenzando a conducir a su casa-. Los buenos conejitos deberían estar ya en la cama.

- Yo no sssoy un buen conejo, soy...

Las palabras de Baekhyun se quedaron a medio camino cuando involuntariamente se transformó en un conejito blanco enredado entre la ropa. Unas dulces orejas blancas, una esponjosa colita y una nariz rosada con bigotes fue lo siguiente que vio Chanyeol sentada en el lugar del copiloto.

- Eres un conejo muy ebrio.

A prisa llegó a casa, bajó del auto siendo seguido por un tambaleante conejo que se detenía cada cinco pasos a retozar sobre las flores de la entrada de la casa de Chanyeol. Con el pensamiento de que así al amanecer a penas llegarían a las escaleras, decidió tomarlo entre sus brazos a pesar de los rasguños y patadas que daba el animal. Llegaron a la recámara de Chanyeol e inmediatamente el conejo saltó sobre las mullidas almohadas haciendo un pequeño huequito para meterse en él. El tigre lo miró embobado, enamorado. Ingresó al baño para cambiarse la ropa y tomar una ducha, necesitaba relajar su cuerpo y a su animal antes de que saltara sobre el lindo conejito y lo tomase sin piedad. No, no podía cometer los mismos errores. Al regresar lo halló con la pancita hacia arriba, las orejas desparramadas sobre la almohada y sus patitas moviéndose graciosamente.

- Espero no aplastarte, conejito -dijo suave al meterse en la cama a lado de donde el conejo estaba dormido. Cuando estuvo recostado sobre su espalda a la espera de que Morfeo hiciera su trabajo sintió una calidez contra su cuello. El pequeño Byun estaba acurrucado contra Chanyeol sin ser consciente de ello-. Aún te gusta dormir con tu cabeza en mi hombro. -recibió una patadita de parte del conejo como si lo escuchase pero el sonido de su acompasada respiración decía que estaba profundamente dormido.

"Tu conejo aún me odia por lo que te hice... supongo que tal vez sí fui un tigre malo y mentiroso..."

Working with the Devil (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora