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Harry

El cansancio, estrés y trabajo acumulado terminaron tirándome en el sofá de mi habitación de hotel. Hay una enorme cama que parece muy cómoda, pero la verdad es que ni siquiera alcance a llegar hasta ahí. Solo abrí la puerta y me dejé caer en lo primero que vi como buen amortiguador de cuerpos agotados.

Justo ayer di un concierto luego de intentar componer canciones en un estudio durante 8 horas continuas y no me quejaba, pero

Mis ojos que al fin lograban cerrarse completamente y al mismo tiempo ignoraban mi conciencia hablando para finalmente dormirme, pero se vieron interrumpidos por un portazo que me hizo sobresaltar y maldecir en voz baja.

Pongo los ojos en blanco cuando veo a mi manager y me pongo de pie para huir de ella. Que aparezca de la nada solo quiere decir una cosa; trabajo.

—¿Qué mierda, Kyra? ¿Y si hubiera tenido a alguien aquí dentro? Es más, invité a alguien y se está escondiendo en el baño ahora mismo —digo con voz ronca y me sigue hasta la cama, donde finalmente me acuesto boca abajo y me paso encima la almohada.

—¿Hay alguien en el baño? —hace una pausa para echar un vistazo — Por lo menos deberías cerrar la puerta si tienes a alguien aquí.

—No hay nadie, ¿Qué pasa? — me siento en la cama y la veo irritado.

—Es sábado por la noche y te traje unas entradas para el patinaje artístico —me enseña los boletos y me da unos golpecitos en la pierna —. Ve a cambiarte, te veo en quince.

—No, ve tu. Ni me importa ni me dan ganas de ir, tengo sueño y voy a dormir.

—Es trabajo. Me llamaron hoy por la mañana, dijeron que es un evento muy importante para el patinaje y que les gustaría tener a un invitado especial, les dije que estaría intentando hacer un espacio en tu apretada agenda y dijeron que estaban ilusionados de verte ahí. Me dieron dos entradas para que lleves a algún acompañante.

—Amablemente llámales y diles que mi apretada agenda no cedió —digo deslizando la pantalla de mi celular que hace un momento tomé.

—Si me dejas opinar; yo iría. No es tan aburrido como parece —sus ojos cafés claro me observan detenidamente; está intentando convencerme, es demasiado tonta, pero confío en ella.

—Está bien.

—¡Que bien! —levanta las manos en puño cantando victoria —. Ni te molestes en invitar a alguien, iré yo, lo decidí cuando recibí la llamada. ¡Ahora sí, te veo en quince! —exclama con un poco de braveza y yo me pongo de pie y me arrastro a la ducha.

Cuando termino de tomarme el baño, me visto con unos vaqueros, una camiseta negra manga larga y encima mi abrigo. En Canadá hace bastante frío estos días y necesito cuidarme de no tomar un resfriado.

Salgo de la habitación después de tomar mi celular y billetera, bajo en el ascensor al primer piso y Kyra, quién va radiante con un vestido negro espectacular me sonríe.

—¿Tan elegante era?

—No sé, tenemos buenos asientos y debemos ir presentables —me analiza — hay ropa en el auto, no te dejaré bajar así.

—¿Qué tiene de malo mi atuendo? No vamos a conocer a nadie importante y hace frío.

—Solo te cambiarás por una camisa más presentable —pone los ojos en blanco — llamé a la prensa para que te llenen de flashes al salir del hotel, te lo digo para que estés preparado.

—No tenías que llamarles si quiera, ya saben dónde me estoy hospedando y tienen días atacando mi privacidad.

—Ay, sí, sí, lloras en el auto, Styles —me dice mi manager y suspiro. Ella es así, relajada y me presiona, pero mi carrera no se ha visto en la cuerda floja ni una sola vez.

winter on you... h.sWhere stories live. Discover now