25

1.2K 71 0
                                    

Rachel

Mi silencio era notorio en los pasillos del hotel, estaba callada distraída en mi mente, sintiéndome culpable por lo que me había dicho mi padre, Harry no me había preguntado nada sobre la llamada, el solo me acompañaba mientras llegábamos a nuestras habitaciones.

Desviaba mi mirada hacia algún lado que Harry no viera cuándo mis ojos se llenaban de lágrimas inconscientemente, estaba enojada con él por alentarme a llamarle a papá.

Ni siquiera me despedí de él, solo llegué a mi puerta y la abrí, para ese entonces él ya estaba junto conmigo en la habitación.

— No te invité a pasar. — Hablé dejando mis cosas en la cama.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Estaba molesta y frustrada, no quería decir nada de lo que tal vez iba a dañar a Harry.

Mi padre ha estado otra vez con el mismo cuento de que tú juegas conmigo, también me ha dicho que voy a arruinar mi carrera por ti, me ha dicho cuán decepcionado están todos de mí por elegir a alguien más sobre mi familia, sin ni siquiera insultarme me ha dañado muchísimo, gracias a ti. Me alentaste a hablar con él, a pensar que el realmente iba a pedir una disculpa o qué quería arreglar algo, pero en vez de eso volvió a decirme que soy una decepción, hasta decidió hablar por Adam diciendo que el no estaría orgulloso de mí. — mi imagen diciéndole eso a Harry se borro cuando volví a la realidad. No podía decir eso, era injusto, porque después de que el estaba apoyándome yo lo culpaba por una llamada, la cual no tenía ni siquiera un poco de culpa, todo lo ocasionado era gracias a mi padre.

— Mi padre no ha querido disculparse, ni siquiera tenía la intención de hacerlo. — Le dije sentándome en la cama mientras lo veía de pie.

— Lo siento. — Dijo Harry y se dejó caer en el sofá cruzando sus piernas.

— ¿Lo siento?

— Si, te hice llamarle a tu padre. — Que resultó una pésima idea.

— Pero tú no tienes la culpa de que esto esté pasando, la tenemos mi padre y yo que no sabemos entendernos. Tú... me haces bien. — Mostré una pequeña sonrisa tímida.

— Si quieres llorar puedes hacerlo, Schmidt. — Harry estaba sonriendo como en forma de apoyo, que curioso, ¿él como sabía que quería llorar?

— No lloro por todo lo que me pasa, Harry. — Expresé en tono burlón, en realidad, me estaba burlando de mi misma.

— No estoy diciendo que llores por todo lo que te pasa, Rachel. Pero, si lo necesitas, puedes hacerlo. — Su voz ronca y grave hacía que me perdiera en mi cabeza, era tan atractivo.

— Gracias de todos modos. — Vi la hora en mi celular y ya eran las 12:50 pm, ni siquiera tenía sueño, en mi país normalmente era de día.

—  Tienes cara de que lloras por todo. — Brotó una sonrisa burlona y simpática de sus labios.

Fruncí el ceño al escucharlo mientras que el seguía burlándose.

— Lloro cuando lo amerita. — Tragué tratando de no comenzar a reírme.

— ¿Esto no lo amerita? — Buena pregunta, sí lo amerita, pero estás aquí haciendo que me contenga.

— No. — Negué con la cabeza al mismo tiempo que hablaba pero me quedé pensando. — O sea sí pero no lo haré enfrente de ti.

— ¿Por qué me besaste? — Si, Rachel, ¿por qué lo hiciste?

— ¿Te gusto? — dice queriendo ahogar mi risa para no parecer nerviosa ni tonta.

— ¿Por qué lo hiciste? — Tomé mi mochila ignorando su pregunta y saqué su cámara, se la tendí una vez en mis manos.

— casi olvidó dártela. — No la tomó, cruzó sus brazos y se echó para atrás en el asiento.

— ¿Estás evitando mi pregunta? — Mordí mi labio inferior tratando de tragarme mi sonrisa, si la estaba evitando.

— Toma tu cámara y levántate, necesito dormir. — Dije tomándolo del brazo para que se levantará, lo lleve a la puerta y lo saqué de la habitación.

winter on you... h.sWhere stories live. Discover now