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Rachel

Yo masticaba una manzana desde la cama, mientras veía el caos de mi ordenada hermana. Ella estaba encima de la maleta, mientras intentaba cerrarla. Como si el sentarse en ella sirviera de algo. El vuelo salía a las 10 a.m., pero teníamos que estar dos horas antes, algo que obviamente no iba a suceder, dada las circunstancias.

—La maleta no va a cerrar si solo te sientas en ella —digo tranquilamente.

La mayoría del tiempo estoy histérica cuando estamos llegando tarde al aeropuerto, pero esta vez no. La razón es porque me divierte ver a Chloé tan estresada por una tonta maleta.

—¡Ayudame!

—No.

—No puedo, Rachel. Perderemos el vuelo.

—Seguro Aleksei pelea los lugares para darnos tiempo de abordar.

—Maldita sea.

—¿Por qué cuándo llegamos tenías tu maleta impecable y te cabía todo? Porque te organizaste y doblaste todos tus calzones. Ahora además de los calzones, también tus pantalones y blusas las echaste a lo maldita sea.

—¡Listo! —dice jadeando después del gran esfuerzo de cerrar la maleta.

Pongo los ojos en blanco y tomó mis cosas. Veo que Chloé saca una maleta del closet de la habitación.

—¿Qué es eso? —preguntó.

—Nada.

—¿Qué llevas ahí? Nosotras no traíamos esa maleta —entrecierro los ojos y me acerco, pero ella se echa a casi correr.

—Ya habíamos hablado de esto, pero no pude contenerme; fui de compras... y fueron tantas que no cabían en mi maleta, compré una nueva para poder llevarme todo. No te preocupes, pagaré por ella.

—¿Debería mandarte a algún retiro espiritual de compradores compulsivos? Igual y te viene bien escuchar la platica de porqué debes de gastar tu dinero en cosas necesarias.

—No soy ninguna compradora compulsiva, si vieras mis compras, te darías cuenta de que solo llevo cosas necesarias y que son fundamentales en mi vida.

—¿Sí? ¿Y qué llevas dentro?

—Puede que un perfume, dos pares de zapatillas y 4 vestidos, pero en mi defensa me hacían falta. No puedo andar por la vida como tú, con tu ropa deportiva todo el tiempo.

—Prefiero tener dinero para irme a viajar, que tener 100 pares de zapatillas acumulados en mi armario.

—¡Son mi colección! Las necesito para mantenerme al día, son recurso de primera necesidad.

La ignoró y nos dirigimos al ascensor, hay muchas personas alrededor del hotel. La mayoría de los patinadores vuelven a su casa el día de hoy, así es siempre. No nos dieron ni siquiera un día más para hacer un poco de turistas, aunque mi hermana hubiera aprovechado para llenar 3 maletas más.

Aleksei, quién, por cierto, se encuentra asesinándonos con la mirada, nos espera parado a lado de la camioneta. Los demás ya deben estar abordo, solo faltamos la compradora compulsiva y yo.

—¿Pretendían quedarse ahí a vivir? —me reprocha— ¿En dónde está tu hermana?

Veo a mis lados y me percato que Chloé no me sigue.

—Entregando la llave de la habitación, o se escapo con alguien de por ahí. Vaya a buscarla que no hay tiempo —bromeó y mi entrenador sale casi ardiendo en llamas, yo me quedó riendo mientras subo mis maletas y subo a la camioneta.

Jack, Krystal y Nathan vienen en la tercera hilera de asientos y yo me siento en la segunda.

Los 3 vienen casi encima del otro, recargándose entre ellos y yo los despierto.

—¡Buenos días, bailarines! —se retuercen y me río.

—Volvimos al hotel a las 3 de la mañana —balbucea Krystal.

—¿En dónde se metieron?

—Emm... —dice Jack—. Puede que, en una fiesta, pero no te lo tomes a mal, no te dijimos porqu...

Porque no debo beber alcohol o no saldré de ahí nuevamente.

—Sé por qué, no se molesten, espero que la hayan pasado bien —digo sinceramente.

Chloé aparece mientras pelea con Aleksei. Se suponía que ya debíamos estar documentando maletas, pero como siempre, ella ama la impuntualidad.

El conductor tarda alrededor de 25 minutos en llegar al aeropuerto, donde finalmente solo tenemos 15 minutos para hacer lo que tengamos que hacer o perderemos el vuelo. Literal perdimos dos horas entre peleas con Chloé, cerrando maletas y entregando llaves de habitaciones.

—Corran o se quedan aquí —Aleksei nos apresura a bajar de la camioneta y nosotros nos encargamos de nuestro equipaje—. Yo no me regresaré por el que se quede aquí por perder el vuelo.

El caos de los aeropuertos no es para mí, entre pelear porque no te quieren documentar una maleta extra, o reclamar que sobrevendieron tu vuelo, eso me da algo de pena y termino comprando otro vuelo o pensando si irme en barco.

Finalmente, la operadora nos solicita abordar, si no estaremos perdiendo el vuelo, así que nos ponemos en marcha. Enseñamos nuestros documentos y entramos en busca de nuestros lugares. Primera clase nunca ha sido una opción para Aleksei, ni aunque haya presupuesto de sobra.

Ubico mi lugar, el cuál queda a 3 filas de Chloe y delante de Krystal, me siento a lado de la ventana y me concentro en dejar que despegue el avión. Un rostro conocido llama mi atención desde lejos y lo observo cada vez acercarse más. ¿Casualidad o me está siguiendo?

—Rachel, no esperaba encontrarte aquí —ni yo.

—Hola, Harry.

Se sienta a mi lado y lo veo con el ceño fruncido.

—Mis boletos de avión están planeados desde hace meses, esto sí no es planeado, te lo prometo.

—Pensé que viajarías en jet privado.

—Emm... como pospuse mi vuelo unos días, Kyra había agendado vuelo a mi hermana con el jet que utilizo y tuve que usar uno nuevo.

—Entonces tan planeado no estaba —digo con sarcasmo.

—No te preocupes, puedo cambiar con Kyra, está en el mismo vuelo.

—¿Quién es ella? Ayer la mencionaste, pero te conozco hace 5 días, no logró ubicarla.

—Ella se encarga de que mi carrera funcione, básicamente.

—Está bien, no la molestes, de seguro está huyendo de ti todo el tiempo.

—Yo huyo de ella.

Mi celular suena en el bolsillo trasero de mi pantalón y observo el mensaje que acaba de llevar.

Krystal

"El destino lo tiene todo a tu favor, mira que poner a Harry Styles a tu lado, aprovéchalo o lo hago por ti. xx"

Intento contestarle, pero la azafata pide que por favor apaguemos nuestros dispositivos móviles. Me limito a guardarlo y Harry a un lado de mí intenta hablar conmigo.

—¿Mis autógrafos? —él sonríe.

—Están en Los Ángeles, esperando personalmente que vayas a la casa de las Kardashian por ellos.

—Ah, claro, y seguro salgo en el reality show.

—Si, lo más seguro que el capítulo se llame; "fan loca entra a nuestra casa."

No puedo evitar sonreír.

—¿Cómo sabes que no estoy aquí buscándote por tu fama? Al final de cuentas te estoy pidiendo algo con tus influencias.

—Porque sé que no lo pides en serio —dice tranquilo.

Y es verdad.

Ambos nos observamos a los ojos por unos segundos, sus ojos están un poco brillosos y los míos se quedan ahí, pensando en lo atractivo que es él para mí.

winter on you... h.sWhere stories live. Discover now