32. Expectro patronum

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Harry no sabía que hacer cuando se despertó. Tampoco es que hubiese dormido mucho, la conversación y todo lo que Tom le había contado no paraba de reproducirse una y otra vez en su cabeza. Confiaba en él, al menos un 99% de él lo hacía, pero quedaba ese mísero 1% y aunque no quisiera dolía. Aún así, no se arrepentía de su decisión y no creía que lo fuera hacer, estaba seguro de que solo el tiempo podría deshacer ese 1% restante.  Pero su mayor problema al despertar, fue no saber que decirle a Ron, a Neville o a Malfoy y sabía que este último le iba a preguntar lo que había sucedido. Con Luna y Hermione suponía que sería más fácil, desde el principio una más que otra lo habían estado empujando a su manera a que hablara con él.

Se hizo el remolón más de lo que debería, tanto que Ron ya se había preparado y abrió sus cortinas.

-Harry, vas a perderte el desayuno.

-No me apetece tener clase con Snape-mintió tapándose la cara con la manos.

-Vamos a empezar con el patronus, hoy no puede ser tan malo.

-Que sepa hacerlo solo lo hará peor-gimió, ni siquiera se había acordado de eso.

Ron simplemente se encogió de hombros antes de lanzarle la túnica a Harry, los demás ya habían bajado probablemente a desayunar.

El desayuno transcurrió en silencio a excepción del balbuceo con la boca llena de Ron y las reprimendas de Hermione. Harry ni siquiera sabía de que estaba hablando, únicamente le prestaba atención al repiqueteo del tenedor en el plato. Tan ensimismado como estaba no se dio cuenta de la mirada de Tom hasta que casi finalizó el desayuno. A pesar de que había aceptado retomar lo que sea que hubiesen tenido antes, se sentía incómodo. Por mucho que quisiera que las cosas fueran como antes no lo eran, aún había algo entre medias que lo impedía. Desvió la mirada y se concentró de nuevo en el desayuno.

Las lechuzas empezaron a repartir el correo del día. Ver el profeta le causaba un retortijón al recordar la difamación sobre sus supuestas aventuras sexuales que habían acabado con Malfoy desangrándose en la sala de menesteres. Una lechuza grisácea que desconocía aterrizó justo delante de él con una carta en la pata. Sus amigos tan ensimismados como estaban en su discusión no repararon en ella. Harry se aseguró de alimentarla antes de leer la carta y antes de que terminara de abrirla la lechuza desconocida soltó un sonido de satisfacción y salió volando.

La carta apenas tenía un par de palabras pero el contenido era claro:

Tenemos que hablar con Dumbledore. Reúnete conmigo fuera.

TMR

Harry le lanzó una mirada confundida a Tom y éste le indico con la cabeza que saliera. Así que se excusó de sus amigos diciendo que necesitaba ir al baño y que lo esperaran en clase. Esperaba que su discusión con Dumbledore no llevase mucho tiempo, no quería que Snape tuviese más razones para joderle la semana.

-¿Que ocurre?-preguntó Harry inquieto.

-Aquí no, dentro.

Harry simplemente suspiró, realmente no quería ir a ver a Dumbledore en este momento. 

-¿Has dormido?-preguntó Tom observando sus ojeras.

Harry sabía que era tontería mentir, tampoco había esperado que no se diese cuenta, si había una cosa que era Tom eso era ser muy observador.

-No mucho.

-¿Pesadillas?

Harry negó con la cabeza pero sin ofrecer nada más. Tom lo detuvo agarrando su mano y Harry se giró confundido.

InfiltradoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin