El error 19,481.

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¿Cómo había llegado a ese punto?

Se encontraba vomitando en el baño del hogar de Raptor mientras que Rius le sujetaba su cabello para que ninguna desgracia (además de esa, por supuesto) sucediera. Se abraza a sí mismo mientras liberaba todo lo que había ingerido esa noche con planes de olvidarse de todo por un rato. Cabe recalcar que fue en vano.

El error número 19,482 en su vida. Tomar alcohol no le iba a ayudar a olvidar lo horrible que había sido su semana.

Timba entró al baño cerrando la puerta detrás de él para asegurarse del estado de su amigo, el peliazul y el peliblanco se miraron disgustados. El pelinegro alzo la cabeza mientras sus lágrimas recorrían sus rojas mejillas, su amigo de ojos color rubí le paso de inmediato una toalla para que se limpiará.

-Soy un jodido desastre.- Hablo pasando la toalla por su sudorosa frente hasta su boca para limpiar los hilos de saliva que caían hasta su mandíbula.

-Algo así.- Hablo el peliazul, de inmediato Rius le dio un codazo aún costado.

¿Por qué se encontraba de esa manera? ¿Qué lo orillo a tomar tan absurda decisión de embriagarse hasta perder el conocimiento? Todo se resumía a una lista.

-Esa lista asquerosa, ah.- Murmuro cerrando la tapa del inodoro para después jalar de el.

-Vamos May, no todo es malo.- Hablo Rius, los contrarios lo miraron arqueando una ceja.

-¿Qué puede ser peor que esto?- Le pregunto el más alto de los tres cruzándose de brazos.

-No lo se, tal vez ¿patear un pollito bebé?- Contestó alzando los hombros, el ojinegro puso los ojos en blanco.

May por otra parte se levantó y se sentó en el inodoro cubriendo su rostro con ambas manos; se encontraba bastante frustrado. Pataleo como si se tratara de un niño pequeño tratando de llamar la atención, lo cual logro, el peliblanco se acercó a él y le palmeo la espalda.

-Lo odio tanto.- Hablo carraspeando. Todo el estaba tenso, acababa de sentir que su vida acababa de entrar a una montaña rusa. Y era obvio, el odiaba demasiado las montañas rusas.- Me odio tanto.

-Tranquilizate May, te va a dar alguna clase de ataque de nervios.- Hablo Rius preocupado.

Sin embargo no podía estar tranquilo, quería gritar, llorar, golpear algo; más específicamente quería golpear a Víctor, su mejor amigo.

Sin más que poder hacer empezó a llorar recargando su cabeza en el estómago del ojirubi quien acarició su pelo sin importarle lo mojado que estaba. Timba por otra parte sólo se encargaba de que nadie entrará al baño.

-Hey ¿Quieres que te lleve a casa?- Pregunto el de ojos negros. May no contesto sin embargo el contrario volteo a mirarlo asintiendo. Era momento de llevárselo a un lugar donde pudiera dormir.

-Vamos a casa May.- Murmuro el peliblanco, el ojivioleta se levantó y se sostuvo del contrario para no caer ya que todo le daba vueltas.- Ayúdame a llevarlo.- Hablo, el peliazul asintió y se coloco al otro lado del pelinegro.

Así fue como ambos lo sacaron del baño y se fueron lo más rápido que pudieron de la fiesta, recostandolo en la parte trasera del coche hasta que ambos subieron dispuestos a dejar a su amigo en su hogar.

Pero nuevamente ¿Por qué alguien como May se pondría en ese estado? Considerando que no le gustaba tomar bebidas alcohólicas... La respuesta era simple, Víctor.

Aquel chico de pelo castaño y ojos color ámbar, con algunas pecas no tan visibles por su nariz y mejillas y con un lunar en el cuello. Amable, valiente, inteligente, ingenioso; eran algunas de las palabras que lo caracterizaban. Un buen chico en pocas palabras.

¿Qué hizo alguien tan dócil como Víctor para enojar a May? En realidad no estaba enojado. O bueno si, pero no con el castaño, sino que con el mismo.

Aún con un fuerte dolor de cabeza y con su cuerpo totalmente cansado se levantó al sentir un rayo de luz justo en su cara. Se cubrió con sus manta y oculto su rostro en la almohada; no podía olvidar absolutamente nada.

Entonces... ¿Cómo había llegado a ese punto?

Suspiro. Todo lo que había pasado era por esa lista, esta le había hecho darse cuenta de algo que nunca había pensado. Tras darle tantas vueltas al asunto término dándose cuenta de dos verdades definitivas.

Uno; Víctor encajaba con cada cosa que el buscaba para enamorarse de alguien.

Y dos; Estaba enamorado de su mejor amigo. Oh, el dichoso error 19,481 en su vida.

De todos los errores en su vida ese fue el que paso mayormente desapercibido, no obstante era el que más le pasaba hasta ahora.

¿Qué cosas tenía Víctor que encajaron a la perfección con su lista? Suspiro y pensó nuevamente. Quería morirse en ese mismo momento.

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@Globit0o

✨ Gracias a 555Alguien555
por la bella portada. ✨

Aprendiendo a amar. | MayictorWhere stories live. Discover now