La formula de los celos.

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Otra característica que le gustaba de Víctor era la dedicación que le ponía a las distintas cosas que se proponía. Ser partícipe de el club de ciencias, ser tutor de diferentes alumnos,  tener una rutina de ejercicios, ser un excelente estudiante, ser jugador del equipo de baloncesto de la escuela...

Aun con tantas cosas que hacer siempre tenía tiempo para divertirse, un tiempo para estar con el. La paciencia que el ojiambar tenía era sorprendente, muy pocas veces lo había visto enojado o frustrado a tal punto de tomarse un momento para aclarar su mente. Un chico bastante organizado.

Y por ello concideraba a Víctor una de las personas más capacitadas para hacerse cargo cualquier cosa, siempre podía arreglárselas para que las cosas salieran de la mejor manera para todos. Tan tenaz, solidario y honesto.

Por ello se encontraban ahí, el sentado a unas cuantas bancas de donde su mejor amigo y una chica de cabello rojo a la cuál no conocía ni recordaba. Miraba fijamente la interacción de ambos; Víctor concentrado en explicarle a la chica que eran las reacciones químicas, y la pelirroja concentrada en los labios de Víctor.

Su estómago se sentía como un caldero hirviente, un volcán apunto de explotar ¿que tan difícil es comprender una tonta reacción química? Penso rodando los ojos. La chica se levantó tomando sus cosas y agradeciéndole al castaño por su ayuda, se acercó a el hasta depositar un pequeño beso en su mejilla y se fue entregándole una hoja de papel que Víctor guardo en su mochila.

Ese fue el colmo que May busco, tomó su celular y marcó de inmediato un número, alguien que pudiera escuchar sus reclamos sin temer a ser interrumpido. No obstante el pitido se alargó hasta que decidió colgar suspirando, miro hacia enfrente notando que el castaño ya se encontraba a su lado mirándole curioso.

-¿Qué?- Pregunto el de anteojos, el contrario negó.

-Últimamente pasas mucho tiempo con Rius.- Hablo Víctor, era obvio que había visto su historial de llamadas en esos breves segundos.

-Si, trabajamos juntos y hemos tenido tiempo para conocernos mejor.- Contestó tomando sus cosas levantándose de su asiento.-¿Nos vamos?

-Si.- Contestó el castaño encaminándose junto al pelinegro fuera del salón en el que se encontraban.- Gracias por esperarme.

-No es nada.- Respondió, su celular sonó.-Permiteme un momento.- Hablo volteando a ver al ojiambar quien asintió, observo su celular por unos cortos segundos hasta decidir contestar.

-¿May?- Hablo Rius tras la linea, inconsientemente sonrió. Supo de inmediato que lo había despertado, se escuchaba bastante fatigado.

-Perdón si te desperté.- Hablo.

-No pasa nada, igual debía despertar en algún momento.- Bostezo tras decir eso haciendo reír ligeramente al pelinegro.- Puedes venir a mi casa si quieres, pediré comida china para cenar.- Dijo, probablemente ya sabia que el ojivioleta quería hablar sobre lo que sucedía.

-Oh vale, entonces te veo en una hora.- Contestó, ambos se despidieron y colgó guardando su celular en su bolsillo.

-¿Irás a ver a Rius?- Pregunto el castaño con el ceño fruncido.

-Si, debemos hacer la tarea de inglés para no atrasar nos más.- Contestó.

-Pensé que haríamos juntos esa tarea.- Hablo desganado.

-Bueno... dijiste que lo harías con uno de tus estudiantes en forma de estudio.- Respondió, algo de pronto se sintió incómodo entre ambos.

-Es cierto... entonces te veo luego, iré a practicar.- Contestó burdamente, el pelinegro no pudo decir nada más ya que el castaño se había dado la vuelta tomando su propio camino.

Raro... pensó. De pronto olvido que había sentido celos, ese sentimiento amargo cambio por uno no tan dulce.

[...]

El siguiente día siguiente de esa manera, se recostó en su banca colocándose sus audífonos reconociendo la voz de Tove Lo en una de esas típicas canciones en donde el ritmo alegré no coincidía con la letra.

Ese día Víctor no había subido al autobús, ni siquiera lo había visto en el almuerzo y era hasta hora que una de sus clases se juntaban. Miro hacia la puerta esperando encontrarse con el castaño, y fue así. En su estómago se formaron avispas al verlo junto esa chica pelirroja.

Apretó los puños volviendo su mirada a su banca, sintió una mano tocarle el hombro insistentemente, era obvio que no quería mirarlo si es que se trataba de el, fingió estar dormido aunque en sus ojos las lágrimas se juntaban cayendo al cristal de sus anteojos.

Nuevamente tocaron su hombro, miro hacia su lado observando a Trolli quien frunció la boca al verle. Movió ligeramente su cabeza hacia la salida para indicarle que ambos salieran y así fue, el ojivioleta salió lo más rápido que pudo junto al contrario quien lo encaminó hacia los baños.

Una vez ahí, el ojiazul cerró la puerta para evitar que cualquiera entrará y se volteo a ver a May quien dejo en uno de los lavabos sus lentes para así cubrir su rostro.

Estaba furioso, nuevamente Víctor lo había dejado de lado por una chica. Su corazón latía con rapidez a la vez que su cuerpo se sentía pesado; ese era el resultado de tan intensos celos.

-May.- Hablo el ojiazul.

-No, no digas nada.- Murmuro, e contrario asintió esperando a que se sintiera mejor.

¿Pero en que momento se sentiría mejor? Estaba celoso de como Víctor podía controlar sus emociones. Estaba celoso de como Víctor tomaba de la cintura a aquella chica.

Reprodujo nuevamente esa canción; estaba celoso de aquel May que sólo veía a su mejor amigo como tal y no como otra cosa.

"Jealosy" Corieo varias veces Tove lo, algún día se quedarían sordo por escuchar música a alto volumen ¿Qué más daba?

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@Globit0o

Aprendiendo a amar. | MayictorWhere stories live. Discover now