Un brindis por cada lamento.

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Se supondría que su amistad se iría al diablo después de eso... Se suponía, sin embargo Víctor era la persona mas comprensible del mundo.

¿Qué si le había dicho lo que sentía? ¡Claro que no! Había inventado una excusa un tanto convincente.

Igualmente todo había salido bien, sus demás amigos llegaron y juntos comieron las pizzas que habían llevado, May se encontraba más que feliz en ese momento. Una vez todos se fueron, tomo su celular y observó cada uno de los mensajes de sus amigos y algunos estados de estos.

Y así su día término, sonrió al recibir un mensaje de su mejor amigo deseándole una buena noche, respondió de la misma manera y dejo de lado su celular y anteojos para dormir.

[...]

Finalmente era sábado, se puso el uniforme del trabajo y se despidió de sus padres y hermana para disponerse a salir y encontrarse con Rius. El peliblanco le saludo y juntos caminaron hasta la heladería en donde trabajaban hablando de cosas aleatorias.

-Entonces...- Cambio de tema el ojirubi.

-¿Entonces qué?- Pregunto el pelinegro con el ceño fruncido.

-¿Besaste a Víctor?- Pregunto junto a una sonrisa, el ojivioleta abrió los ojos y miro a su amigo con la boca abierta.

-¡Me estabas espiando!

-Iba a bajar a ver como iban las cosas, los vi tan juntitos que decidí quedarme viendo desde las escaleras.- Contestó.

-Sólo nos abrazamos, me moví por accidente y... paso eso.- Mumuro ruborizado.

-¡Aja, y yo nací ayer!- Contestó el más alto mientras reía.- A mi no me mientas, yo se que eso no fue un accidente.

-Pareces mi mamá hablando de esa manera...- Murmuro rodando los ojos.

-¿Y qué sentiste?- Pregunto el peliblanco.

-¿Lindo? No se como contestar a esa pregunta...- Respondió.- ¿Qué sentiste tu al dar tu primer beso?

-Fue raro, ni siquiera cuenta como un beso para ser sincero.- Contestó.- Considero que nunca he dado mi primer beso.

-Eso es muy tierno.- Hablo revolviendo el cabello del ojirubi.- Cómo una película romántica, puede que encuentres a la indicada o indicado y des tu primer beso con el amor de tu vida.

-Que cursi y empalagoso resultaste.- Rio volviendo a acomodar su cabello.- Pero seria lindo.

Una vez llegaron a su trabajo abrieron el local y prepararon todo lo necesario, seria un largo día.

[...]

Era más tarde, casi las 12 de la noche cuando se encontraba en la casa de Mike. En todo el día no había visto a Víctor y por lo que le había dicho el rubio antes de sacarlo de su casa después de un largo día de trabajo, había confirmado su asistencia a esa fiesta.

Y ahí estaba, con un vaso de plástico en manos que contenia una bebida de dudosa procedencia, miraba a la nada mientras "Who can it be now?" empezaba a sonar por todo el hogar.

Era cierto, no había mucha gente, probablemente había una treinta personas y las conocía todas, todo el primer piso estaba inundado de gente que bailaba y hablaba animadamente. No sabia por que se sentía tan raro ¿cuánto había tomado ahora? No tanto como la vez anterior, tal vez unos siete vasos.

-¡Who can it be now!- Cantaron algunos de sus amigos, Flex paso su brazo derecho por sus hombros mientras que el otro vaso lo levantó bridando junto a los demás. Él solo se inmutó a murmurar la letra.

Algo en su mente le pidió voltear y así lo hizo, pudo ver entrar por la puerta a Víctor junto a Sparta que rápidamente corrió hacia ellos, el ojiambar y el cruzaron miradas sonriendo de inmediato.

Sin embargo algo paso, sintió como alguien lo sujetaba de su camisa, volteo a ver hacia enfrente encontrándose como un azabache de ojos marrones que evitaba mirarlo directamente.

-Casimocho.- Murmuro, todo paso en cámara lenta para el. De pronto sólo pudo sentir la respiración del anteriormente mencionado demasiado cerca y una presión en sus labios.

-Perdón, fue un reto May.- Murmuro el pelinegro al separarse, miro detrás de él notando a unos cuantos de sus amigos riendo, el solo asintió confundido con lo que acababa de pasar. El licor empezaba a jugar mal con su mente.

Volteo hacia donde había visto a Víctor notando que ya no se encontraba, sintió un hueco en su estómago a la vez que una mano se posaba en su hombro.

-¿Estas bien?- Pregunto una voz familiar, esos ojos ámbar se encontraban mirándolo con cierto enojo.

-Me estoy mareando.- Murmuro por debajo de la música que empezaba a retumbar y a lastimarle.

-Ven, vamos a fuera.- Dijo tomándolo de la mano y llevándolo a fuera del hogar del rubio. Miro sus manos entrelazadas con una sonrisa de satisfacción.- Ubieras golpeado a Casi, te tuvo que avisar primero antes de besarte de esa manera.- Hablo sentándose junto a él en la banqueta, el pelinegro rio.

-Pero termino siendo un buen beso.- Bromeó, el castaño lo miro serio.

-¿Tan bueno como el que me diste ayer?- Pregunto, el pelinegro dejo de reír para mirarle.

-Te dije que fue un accidente, solo estoy bromeando.- Contestó nuevamente confundido.

-Olvida lo anterior.- Dijo el castaño desviando su mirada.- Es solo que no me gustó que te besara...

-Fue un reto, no es la gran cosa.

-Eso dices tu, pero yo...- Dejo de hablar de repente, chasqueo la lengua exhalando con fuerza.

-¿Tu qué?- Pregunto frunciendo el ceño.- Ya no entiendo nada de lo que estás diciendo.

-Olvídalo, vuelve a la fiesta.- Contestó levantándose, el ojivioleta también se levantó.

-Víctor ¿qué pasa?- Pregunto nuevamente tomando de ambos hombros al castaño.- Somos amigos, puedes decirme lo que sea.- Hablo con una ligera sonrisa.

-Detesto que te besen, es decir, aunque fuera un reto no es tuvo bien.- Contestó, el de anteojos se enternecio por su respuesta, algo en el se sintió bien con ello. Probablemente en otra circunstancia habría dicho o hecho algo más pero en ese momento su defensas cayeron producto de el alcohol.

Recordó a su madre diciéndole que los borrachos y los niños nunca mentían; estaba a punto de comprobar que tan cierta era esa frase con una acción de la que tal vez se arrepentiría por toda su vida.

Acercándose más al castaño, movió sus brazos hasta abrazarlo por el cuello. Agradeció a los siete vasos que llevaba enzima por darle tal valor y sonrió de manera boba. El castaño lo miro con lo ojos bien abiertos, probablemente trataba de averiguar que estaba por hacer.

-Yo...- Hablo, su cuerpo de repente se sintio pesado y fatigado, cerro los ojos y bostezo.-Llévame a mi casa, tengo mucho sueño.- Murmuro recostandose en su hombro, el castaño lo miro confundido y en tan sólo segundos escucho unos ronquidos.

Se había quedado totalmente dormido. El no era de esos ebrios que se atrevían a decir la verdad; el era de aquellos que perdían la conciencia entre un sueño profundo. No pudo comprobar nada y probablemente eso era de lo que se iba a lamentar.

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@Globit0o

Aprendiendo a amar. | MayictorWhere stories live. Discover now