- No...imposible...
Simplemente no podía creer lo que estaba observando a través de la pantalla.
- N-No puede ser cierto...
Mientras mi voz se quebraba, mi corazón se destrozaba con el pasar de los segundos.
¡No quiero seguir viendo!
Pero mi cuerpo tiembla tanto que no soy capaz de coger el control remoto para apagarlo.
¿Por qué tengo tan mala suerte?
Mi esposo...el único hombre que he amado en mi vida y a quien le he dedicado todos mis pensamientos y fantasías...me ha traicionado.
¿Cómo puedo manejar esto? ¡Es demasiado doloroso que no puedo soportarlo!
Lo peor de todo es que mi marido...me está engañando con hombres. Sí, como he dicho, mi marido está siendo penetrado por otro hombre y detrás habían otros como si esperaran su turno....
Esta verdad...no sé cómo tomármelo...entendería que estuviera teniendo sexo con otra mujer más hermosa o con varias, mi decepción habría sido más digerible. Pero esto...ni sé ni cómo llamar a estos sentimientos.
- ¿Así que por esta razón él estaba tan agotado?
¿Cómo podría tratar con él después de saber su secreto?
¿Debería enfrentarlo?
Esto...es tan doloroso, pero confuso para mí...
***
¡Hic!
No pude encontrar mayor consuelo que irme al bar que frecuenta mi marido para ahogar mis penas.
Ni siquiera pensé cómo podría volver por mí misma estando borracha, simplemente quería olvidar todo esto.
Cuando era más joven bebía más seguido, pero nunca llegaba a emborracharme, incluso era fumadora hasta que mi marido me lo prohibió...pero ¿qué sentido tenía eso ahora? Lo único que deseaba era volver a tener ese palillo blanco en mis labios...inhalar y exhalar ese humo que muchas veces me ayudaba a mantenerme despierta cuando me tocaba turno de noche en mi antiguo trabajo.
Le pedí al que atendía la barra uno y por suerte lo tenía. La gente a mi alrededor me miraban con extrañeza, quizás se debía a mi ropa, desde que estoy casada sólo he andado como una sencilla ama de casa a diferencia de las mujeres aquí que visten ropas ostentosas y que enseñan mucha carne. Se supone que este es un bar caro, tampoco me importaba, llevo dinero encima siempre.
Ahora que tenía mi cigarrillo me faltaba fuego...vaya suerte, él no lo tiene ¿y ahora?
¡Click!
Una pequeña llama se enciende frente a mí y miré al hombre que se ofrecía...creo que lo conozco.
- Gracias- le dije al tiempo que acercaba la punta a la llama y a los pocos segundos el tabaco se encendió y pude sentir el humo entrar por mi boca por primera vez en años...
La mantuve por un tiempo retenido para volver a experimentar esa extraña sensación sofocante para luego expulsarlo suavemente.
- ¿Tú eres Seira verdad?
Así que sí era un conocido...de hecho, ya lo recuerdo, es uno de los compañeros de mi marido...vuelvo a sentir ese malestar en mi pecho.
- ¿Él está aquí?
- ...No, vengo sola.
- ¿Ha pasado algo?
Suena un poco entrometido, pero el alcohol estaba haciendo efecto en mí, por lo que no me importó al final.