Ruta 5: Baño...5

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En cuanto Jessie me vio, salió corriendo un par de segundos después...

- ¡Oye!

- ¡...!

Renka me echó a un lado con una cara roja de enojo...jamás la había visto así en mi vida.

A pesar que no logró atrapar a Jessie, ella no desaprovechó su ímpetu para entrar a la otra cabina.

- ¡Ustedes! ¿¡Cómo se atreven a hablar mal de mi hermano menor!?

- ¿Haa? ¿Tú no eres esa a la que llaman zorra?

- ¡Y yo recuerdo que a ti te conocen como perra!

Como la cortina bloqueaba la vista, no pude ver el desmadre que estaba sucediendo allí adentro...ni tenía ganas de ver. Tan sólo escuchaba los golpes, gritos e insultos entre las tres.

Mejor le tapé los oídos a Fuko y decidí llevármela a un lugar más tranquilo.

***

No hay mucho que pueda decir después de lo ocurrido, Renka luego apareció con varios moretones y con un humor del diablo. A veces da mucho miedo la bronca que se puede armar entre dos mujeres y se podría decir que ahora el asunto era personal.

Pero cuando digo aparecer, no me refiero precisamente a que llegó a nosotros...nosotros la encontramos en la comisaría, esposada junto con Isabell y los policías hacían esfuerzos colosales para controlarlas, como si estuvieran conteniendo a un tigre y un león con correas.

Al parecer Grisell salió a tiempo porque no estaba en escena.

- ¡Ven aquí si te atreves! ¡Seguramente esas tetas de vaca que tienes son operadas!

- ¿Qué clase de acusaciones son esas? ¡Admite que desearías tenerlas así de grandes!

- ¡Enciérrenlas!

El comisario, bastante enojado las encarceló antes de que las mamá y la madre de Isabell llegaran.

El alboroto que ellas habían armado había ocasionado daños y hubieron muchos heridos que intentaron detenerlas.

Heh ¿cómo se les ocurre tratar de detener a una ex campeona de Muay thai (Renka) y a una expulsada del club de Kung-Fu?

Ya se imaginarán la bronca que mamá tuvo con Renka cuando llegamos a casa.

- Esta niña no tiene remedio ¿Cómo se le ocurre ponerse a pelear en público? Encima tendré que pagar los daños ocasionados. Me aseguraré de que me pague cada centavo con intereses ¡y no estoy jugando!

- ...Mamá...¿Por qué estás aquí?

Mientras yo me tomaba un relajante baño a la hora que me toca, mamá de pronto aparece desnuda para echarse conmigo a la bañera...en serio ¿esto se volverá una costumbre?

- ¿Uhm? Se me hizo tarde y decidí venir aprovechando el agua y no tendré que llenarla de nuevo... Además, hace mucho que no tenemos un tiempo a solas.

¡¿Y no podría ser en otro momento?!

Ella se acerca a mí, al parecer tenía más la mente en otro lado que aquí...en cambio yo...

- ¿Así que tenías una novia?

Ya se enteró...esto me da miedo.

- ¿Por qué no me lo contaste?

Mamá suena muy tranquila a pesar de todo.

- Pensé que no lo aceptarías...

- Me conoces muy bien, pero aunque no estuviera de acuerdo, debiste decírmelo.

Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora