Desconfianza

45 6 6
                                    

Capítulo 1

Ni en el más profundo de mis sueños, pude imaginar un momento así. Ni en la peor de mis pesadillas pude ver esa mirada glacial que me traspasa el alma de lado a lado. Esa mirada que en otro momento me llego a emocionar, ahora solo me producía desolación.

Pero aún así, a pesar de todo, no podía describir con palabras lo que siento cuando lo veo. Cada barrera que había construido para contener lo que sentía, cada esfuerzo que había hecho para tratar de olvidar, cada lágrima, cada noche de ansiedad recordando su cuerpo, habían desaparecido. Así de fácil todo se esfumó, y solo pude ver su rostro.

A pesar de que los brazos de Luis seguían sujetándome y era totalmente consciente de eso, todo a nuestro alrededor, desapareció.

Cuando supo que lo había visto, comenzó a acercarse tan lentamente, que tuve el tiempo suficiente para admirarlo. Vestía un traje negro y una camisa blanca desabrochada hasta la mitad de su pecho. Su vestimenta no era ochentosa, pero hoy podría estar vestido de cualquier forma, no me importaba, no era eso justamente lo que me atraía de él.

No separó su mirada de la mía ni por un segundo. Quise deducir el mensaje en sus ojos pero había levantado una barrera impenetrable, en los que esta vez, no pude leer nada.

Se detuvo a nuestro lado y sin dejar de mirarlo lo enfrente.

A pesar de todo, fue en ese mismo instante, en que comprendí que no solo lo amaba con locura sino que estaba irrevocablemente enamorada de él.

–Buenas noches–Dijo sin ningún tipo de emoción en la voz. Solo aparto unos segundos sus ojos de mí para mirar a Luis, quedando claro que el saludo era también para él.

–Buenas noches–Respondió Luis de igual modo y volvió a dirigirme la mirada como si Luis hubiera desaparecido. Y tal vez eso hubiera querido.

–Necesito hablar con vos... por favor–El "por favor" lo agregó para tratar de sofocar su mal humor. Lo conocía muy bien, conocía su carácter.

No pude pronunciar una palabra, solo asentí, porque a pesar de lo que sentía por él, mi humor no era mejor que el suyo.

–Voy a estar en la casa–Me advirtió.

– ¿Estás seguro que vas a estar ahí?

Separó sus ojos de los míos por un segundo, pero luego me miro desafiante.

–Te prometo que sí.

–Eso... también lo escuche antes–Me miró tratando de mostrar indiferencia, pero sus ojos no me podían mentir. Por un momento pensé que iba a decirme algo, que me iba a replicar, pero se detuvo.

No estaba dispuesta a parar. Sabía en lo más profundo de mi ser que verme con Luis habría sido una de las cosas que jamás hubiera querido ver, pero a pesar de eso, no iba a hacérselo fácil. No tenía nada que ocultar y nada de qué arrepentirme, y también ya comenzaba a sentir el cansancio de sentirme culpable por todo.

No dijo nada más. Giro para decir "buenas noches", pero ni siquiera miro a Luis que se había hecho a un lado, alejándose de nosotros. Se perdió por el jardín con dirección a la casa, sin siquiera mirarme antes de despedirse.

Me quede ahí parada, tratando de respirar, mi corazón comenzó a latir con fuerza y mientras trataba de recuperarme, me preguntaba si la presencia de Esteban había sido real y si no había sido producto de mi imaginación.

Pero de inmediato pude comprobar que había sido real, solo bastaba verle la cara a Luis para saberlo. Hubiese preferido mil veces que me besara, sin importarme que me pasara mañana o que le pasara a él, hubiese preferido herirlo de mil maneras distintas y pensar en que sería por esta noche, sin importarme despedirlo mañana para siempre.

Mar AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora