Falling ; yuwin

007

El cuerpo menudo de Luhan no dejaba de agitarse, apretaba con fuerza la mano de Sehun mientras que Yuta procuraba hacer correctamente su trabajo a pesar del constante movimiento de su cliente.

El hermanito menor de su amigo había llegado esa tarde buscando hacerse un pequeño tatuaje en la clavícula, insistió en que Yuta debía atenderlo y no permitió que Kris lo dejara cambiar de opinión aunque éste no dejaba de repetirle que Yuta tenia planes por lo que había salido antes.

No le quedo de otra que llamarlo y hacer que viniera nuevamente, trayendo a un fastidiado Sicheng consigo que no dudo en golpear a su hermano por arruinar sus planes.

— ¿Por qué no dejaste que Hyungwon te atendiera? Él hace trabajos impecables —Habló en un intento de calmar a Luhan.

—Mi hermano me mostró tus bocetos y también el tatuaje que le hiciste. Si él confía en ti, yo también lo hago —Murmuró sonriendo levemente.

Recordó vagamente aquella ocasión, donde Sicheng le permitió trazar y pintar sobre su tersa piel, tres simples estrellas adornaban la zona de su cintura y Yuta nunca se habia sentido tan orgulloso de un trabajo, los ojos cristalizados y los suaves gimoteos por el dolor que soltaba su amigo quedaron grabados en su mente de manera permanente.

— ¿Se ve bien? ¿Me veo bien con un tatuaje?

Sicheng no dejaba de cuestionar aquello, y en un intento de detenerlo, sin pensarlo dos veces se habia arrodillado frente a él quedando a la altura del dibujo hecho en su cintura, donde posó suavemente sus labios sobre éste una y otra vez.

— ¡Luce espléndido! —Chilló Luhan tirando del brazo de un somnoliento Sehun—. Muchísimas gracias.

Yuta sonrió despeinando su cabello, encontrando cierta similitud entre Luhan y su hermano.

—Bien, ahora regresa a casa para que yo pueda continuar con mis planes —Espetó un serio Sicheng abrazándose al brazo de Yuta e instándolo a alejarse de Luhan.

— ¡Eres muy cruel, aunque sea dime que te gusta mi nuevo tatuaje!

Una discusión sin sentido comenzó entre los hermanos Dong, mientras que Yuta ordenaba sus elementos de trabajo no pudo evitar pensar nuevamente en la expresión atónita y los pómulos encendidos de Sicheng luego de haberlo besado en un lugar tan extraño como aquel, aún podía sentir aquella emoción violenta recorrerlo luego de escucharlo pronunciar su nombre en medio de un jadeo ahogado por la sorpresa.