9

111 18 7
                                    

Al día siguiente, Christoph despertaba al lado de su pareja —Oliver Riedel ♡—, sonriendo lo miró dándole un beso en su suave mejilla.

— Buenos días mi amor.

— Christoph... mi amor que haces despierto.

— Tenemos que ir a la universidad.

— Tcks, tan rápido.

— Sí, si lo sé... bueno anda de pie.

Exigió dándole una nalgada. Ambos se levantaron caminando a la cocina empezaron a desayunar viéndose él uno al otro.

Mientras tanto, en la casa de los Lorenz él pobre de Christian estaba devastado aún por la noticia y por terminar a Till. ¿podra resistir? podrá soportar verlo, sentarse serca de él. Es algo imposible.

Llegando la hora de la entrada Till llegaba algo cansando con demasiado sueño hasta que lo vió, a su adorado rubio. No dudo en asercarse pero éste lo evadío apurándose a entrar, Till corrió hacía él.

— ¡Flake!.

— ... ¿Que?... —carraspeo, dándole la espalda.

— Es encerio lo que me dijiste... por teléfono. —chillo.

— Sí.

— No, yo se que no es cierto. Dime Christian que es lo que sucede.

— Sucede... —suspiró recordando el día donde le decían que sólo viviría tres meses.— sucede que... ya no siento nada... por ti... encontre a alguien más...

— ¡Eso no es cierto, sólo una puta broma!.

— No. Creés que esto iba a durar... pues no adiós...

-— Oh, no quiero que me lo digas mirándome a los ojos.

— Ya te lo dije, no me molestes mas ¡pendejo!.

— Christian Lorenz ¡ven para acá!.

— No eres mi madre.

Bufo alejándose de Lindem, creyendo que no lo iba seguir cuando de repente sintió como lo jalaban hacía el patio.

— Dímelo ahora.

— ... alejate... de mi... —cabizbajo empezó a llorar.

— ¡No Flake!

— Ya no quiero ser nada tuyo entiendes. Respeta mi decisión.

— ... No te creó nada...

— Me importa un carajo lo que creas.

— Christian... que es lo que te hice para que me dejes... eh... te molesta algo de mi... dímelo pero por favor no me dejes... te amo y de verdad... eres la única persona que me llena de alegría, la que en verdad me conoce, necesitó de ti. Tus labios, tus brazos, piernas... todo necesitó todo de ti mi Flake... tú eres la luz de mi vida... no me puedes hacer esto ¡puta madre, no quiero llorar!.

— ... Es mi decisión...

— Entonces por que estas ¡llorando!.

— Eso... no te importa.

Dijo llorando, soltándose de su agarre de Till escapó llorando hacía los baños de hombres. Till seguía en el patió ahogándose las ganas de llorar miró al cielo.

— Christian.

 Ich will deine liebe (Terminada)Where stories live. Discover now