35 5 0
                                    

Jul. 30, 2025

Era la primera vez que salía del país, estaba en mi año sabático tras haber terminado mi secundaria y aunque no iba muy lejos, eso no disminuida mi emoción por conocer un poco más de otra cultura, además el tiempo fuera no suponía precisamente unas vacaciones, mi acompañante iba por trabajo y por mi parte iba a decidir de una vez por todas cuál sería la carrera a la que le dedicaría cinco años de mi vida y en sí, todo el resto de mi vida profesional, cosa que me aterraba, pero ya muchos de mis amigos y compañeros en el colegio habían iniciado sus estudios superiores, lo que provocó que mis padre ejercieran un poco de presión en mi para no quedarme atrás.

La casa que se tomó alquilada estaba lejos de la capital del país, situación que me provoco algunas contradicciones: por un lado, sentía que necesitaba la vida nocturna que nunca duerme, pero a la vez estaba agradecida de tener el silencio y la soledad para no hacer otra cosa que no fuese respirar, era consciente que tenía poco menos de tres meses antes de elegir entre un camino u otro.

Estuve una semana entera encerrada (por más absurdo que sonara), se debía a que había tomado las horas de todos esos días en hacer todo lo que no hacía cuando estaba acompañada, pero el sábado, nos comprometimos en asistir a un asado para celebrar el cumpleaños de uno de los compañeros de trabajo de la persona con que había viajado; mi aporte había sido llevar un petaco de cervezas de las que no tenía planeado tomar una sola porque odiaba el sabor amargo de la bebida, del regalo se encargaría mi compañero de viaje, poniéndolo a nombre de los dos.

Ago. 2, 2025

El lugar no tenía nada que no haya visto antes y supuse que por eso me sentía extrañamente familiarizada, estaba simplemente encantada de estar allí y notar que el pueblo estaba lleno de chicos de mi edad; estos habían hecho un círculo para conversar en el que también me encontraba pero sin llegar a participar de la conversación, fuera de ser tímida, lo hacía en gran parte porque no estaba siguiendo del todo sus palabras, distraía en mis pensamientos hasta que escuche que uno de ellos dirigía una pregunta directa hacia mí.

  — ¿Entonces, que te parece?

  — Suena bien, pero no sé nadar —agregue sincera.

  — Es una cascada —comento una de las chicas rápidamente, sin perder una sola pisca de emoción por el plan que había surgido de esa reunión, —no es hondo y puedes fácilmente caminar, incluso parece más un charco que una cascada —. Todos reímos.

Había accedido fácilmente tras sus palabras, tampoco tenía un plan para la semana próxima y ya que todos estaban disfrutando del verano me pareció que era momento de dejar de huirle al calor, conocer el pueblo como tenía planeado hacer desde que llegue y despegarme un poco del computador que apenas había soltado la última semana.

Esta vez preste un poco más de atención a lo que decían ya que todo se había centrado en lo que haríamos el día en que fuéramos al viaje, estando todos allí sentados en el patio trasero de aquella casa mientras los chicos seguían hablando, note que las estrellas eran realmente notorias en el cielo, a diferencia de mi ciudad. Acto que provoco que me sintiera nostálgica sin razón alguna.

Tome prestada una bicicleta para dirigirme al punto de encuentro acordado antes en la fiesta de cumpleaños, aun no me acostumbraba al hecho de que cada calle tuviera un nombre y un numero fácil de memorizar a diferencia de mi país, pero para evitar perderme usaba el GPS del celular. No me tomo más de quince minutos llegar y ver que varios estaban ya en el lugar, cuando me acerqué me encontré con algunas caras desconocidas que rápidamente se presentaron, entre ellos y que mis ojos no me permitieron pasar por alto, estaba la persona que se iba a convertir en la primera en despertar algo diferente a lo que había sentido antes, mirando sus ojos podía casi confirmar que era así. 

QUIZÁ EN OTRO UNIVERSO © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora