30°

10 0 0
                                    

Oct. 11, 2030 – Luna llena.

En nuestro segundo encuentro con los chicos desde que estábamos allí y el primero estrenando nuestra casa para una reunión entre amigos decidimos ocupar el patio trasero aprovechando el cielo azul que nos acompañaba, no lo habíamos planeado, pero terminamos usando la parrilla para asar las hamburguesas.

Kay y yo habíamos mantenido una relación cordial desde lo sucedido por petición mía, debido a que nuestras charlas en el grupo incluían también a nuestros amigos fue fácil de llevar una armonía sin que se le escapara algo que irrumpiera la calma levantando emociones donde probablemente nos ahogaríamos.

Tay se ofreció a estar pendiente de la parrilla junto a una de las chicas mientras yo iba con el resto a mirar la luna llena que ahora hacia su aparición antes de que oscureciera, su color blanco contrastaba a la perfección con el cielo despejado, por lo que iba a ser fácil divisarla en el Celestron nuevo, que tenía un alcance mejor a mi primer telescopio. Empecé a acomodar el ocular en la dirección adecuada.

  — ¡Madi, tienes un anillo! —chillo una de las chicas a mi lado provocando que los que nos rodeaban clavaran sus ojos en mi mano buscando la joya.

  — ¡También Tay! —confirmo enseguida la chica a su lado.

  — Maldita sea, hasta cuando lo pensaban decírnoslo —agrego uno de los chicos —. ¡Estas cosas se cuentan!, no se esconden.

  — Lo iban a saber tarde o temprano de todas maneras —comento O.A mientras se acercaba junto a una de las chicas hacia donde estábamos todos los demás —solo estábamos esperando el momento, que al parecer es este —concluyo, mientras me ofrecía sus labios para ser besados y en este encuentro lo hice sin sentir contradicción en mi razón.

Debido a que la luna provocaba que el frio empezara a asentarse, todos tomamos nuestras hamburguesas ya hechas para entrar a la casa ocupado la sala; en vez de tomar los muebles terminamos sentados en el tapete formando un círculo como si se tratase de un jardín de infantes que compartían en el recreo. Las preguntas de cómo había sucedido empezaron a llegar como avalancha y debido a que Tay le emocionaba relatar todo el asunto (lo note cuando se los contamos a nuestros padres, los suyos estando en frente y los míos a través de una video llamada, pero al mismo tiempo), permite que explicara todo y yo solo completaba cuando sentía la necesidad de hacerlo o me pedía relatar ciertos momentos desde mi punto de vista.

Tras unos largos minutos, fuimos interrumpidos por Kay que se disculpaba para salir a fumar dejando su hamburguesa a medio comer, todos lo encontraron un acto común y más aun estando tan curiosos respecto a O.A y yo, pero no para mi que quise preguntarle ¿desde cuándo fuma? y ¿qué tanto había cambiado para dejar su comida favorita a medias?, pero me contuve no solo por evitar ser imprudente, sino porque yo sabía las respuestas a esas preguntas o eso creía: O.V odiaba siquiera el olor del cigarrillo y ¡la hamburguesa era su comida favorita! Había pasado más de veinte minutos desde su ausencia y eso ya empezaba a inquietarnos a todos por lo que me ofrecí a salir en su búsqueda.

Estaba mirando a través del Celestron, podía distinguir su silueta dándole la espalda al resto de la casa.

  — Hola —saludé cuando estuve cerca, provocando que se sobresaltara un poco —lo siento, pero me toco salir a tu búsqueda debido a que llevas más de veinte minutos fuera y allí adentro empezamos a inquietarnos por tu ausencia —agregué rápidamente sin esperar que devolvía mi saludo, señalando aun la puerta de vidrió corrediza —además me preguntaba, ¿desde cuándo fumas y porque no vuele a cigarrillo?

  — Uso un Vape —respondió tras unos segundos aun sin mirarme a los ojos.

  — ¿Y porque no lo veo?, lo único que veo es tu media hamburguesa fría allí dentro.

  — Quería mirar la luna y no sabía que otra excusa sacar sin parecer que mi interrupción era ridícula y mi escape bastante obvio —acepto.

  — Entonces, querías mirar la luna porque se ve más hermosa en octubre y escapar a la ves —concluí —perfecta combinación —agregué, con gracia.

  — Falso, alguien me informo que la luna es simplemente hermosa en cualquier época del año —siguió mi juego.

  — Me temo que esa persona tiene razón —fingí un aire de grandeza. La única respuesta que tuve de su parte fue un suspiro apenas dejando entre ver una sonrisa, mientras dejaba por fin el Celestron para mirarme por fin, directo a los ojos.

  — ¿Eres feliz? —pregunto tan pronto nuestras miradas se encontraron.

  — Me siento bien, si —respondí —. ¿Qué me dices tu?

  — Que esa no fue mi pregunta —ataco.

  — Ni esa la mía —contra ataque.

  — Todavía tengo cosas para cerrar —respondió por fin, rindiéndose bajo ante mi clara insistencia de tener la última palabra en la pequeña discusión.

  — Yo estoy cerrando cosas ya, supongo —comente sincera ante su propia confesión.

  — ¿Estoy entre esas cosas? —se atrevió a preguntar

  — Si – respondí simple.

Tomo mi mano con gentileza.

  — El anillo de la astronomía, justo el que yo te hubiera dado también —comento en un susurro refiriéndose al aro dorado que de pronto sentí caliente en mi dedo, sin llegar a quemar, solo un leve calor que daba gusto sentir y supuse se debía al propio calor que emanaba su mano con la que ahora sostenía la mía.

  — ¿Cómo? —, fue lo único que atine a decir.

  — Espero que seas feliz aun cuando el universo se empeñe en separarnos.

Vamos dentro —zanjeen en seco intentando ignorar la sensación de vacío en mi pecho.

QUIZÁ EN OTRO UNIVERSO © [Terminada]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora