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  — ¿Has visto a Tay? —pregunte a uno de los chicos e hijo del cumpleañero, que estaba esperando por todos los demás para poner una fecha a nuestro próximo encuentro.

  — Hace casi una hora estaba en el pequeño bar que tiene la cocina —señalo el pasillo —¿todo bien? —se atrevió a preguntar.

  — Eso estoy intentando averiguar —conteste, a lo que asintió.

Encontré a Tay con una lata de cerveza dulce en sus manos, note que acercaba la bebida y de un solo sorbo tomo una buena cantidad.

  — Tienes razón —hablo de manera un tanto torpe al notar mi presencia —apenas se nota cuantas tomas —señalo esta vez a su lado donde había dos latas ya vacías —además —siguió hablando mientras me acerque para tomar su cintura y ayudar a que se bajara de la silla —soy la peor persona tomando, sentí el mareo con la primera —rio con su confesión, debido a su estado.

  — ¿Puedes caminar sin tambalearte aun? —me limite a preguntar, era la primera vez que había visto la reacción que tenía su organismo con el alcohol. Ya me había asegurado en otras ocasiones lo mal que se le daba tomar, pero nunca lo había comprobado hasta ahora.

  — Creo que si —repuso —¿estas molesta?

  — No —respondí sincera —pero es mejor que vayamos a casa.

  — ¿Te refieres a la tuya? —sus ojos brillaron con la posibilidad.

  — Si, no voy a permitir que tus padres te vean así.

  — Voy a tener que emborracharme más seguido si eso significa quedarme contigo —comento sin censurarse debido al efecto del alcohol.

No respondí y en cambio me asegurar de quedarme cerca por si tropezaba, pero parecía que se defendía bien. Cuando estuvimos cerca de la puerta, vimos al resto ya reunidos listos para despedirse, mientras llegábamos cerca de ellos O.V nunca aparto la mirada.

Concordamos en vernos en una fecha más lejana de lo que queríamos debido a que ahora nuestras obligaciones ocupaban bastante espacio en la agenda, aun estando en vacaciones y cinco minutos después cada uno tomaba camino a casa. Kay iba a nuestro lado, nos comentó que también había comprado una casa en aquel condominio para pasar vacaciones sin tener que incomodar a sus padres, además frecuentemente buscaba un poco de inspiración en sus raíces y pasaba algunas temporadas grabando allí. Tay evitaba opinar a excepción de cuanto le preguntábamos algo en concreto, entonces respondía de manera educada o solo se limitaba a asentir sin soltar el agarre de mi mano en la suya, un solo segundo.

  — Bueno —hablo Kay antes —ya que están aquí, quizá quieran venir a escuchar algo de lo que estoy haciendo antes de presentarlo a mi equipo y darme su opinión —me miro mientras lo decía para seguido bajar su vista a mi mano que aun sostenía la de Tay y luego miro directo a O.A —siempre fuiste buena crítica, respecto a mi trabajo —agrego, dirigiendo de nuevo a mí.

  — Claro —dije simple al notar la incomodidad de Tay cuando Kay palpo mi pasado a su lado.

  — Y tú —puntuó hacia Tay —sabía que tu propósito era llevarnos a todos a algo grande, quiero decir, mírate, seguro gracias a ti muy pronto estaremos viviendo en la luna.

  — Como digas —respondió O.A, ahora con una sonrisa amistosa hacia O.V —tú no te quedas atrás, mejorar el día de alguien y exponer tanto al público no es algo que nos salga a todos —comentó mostrando empatía.

Su corta interacción me recordó que se conocían antes de haberme conocido y que para cuando yo llegue al pueblo, contaban ya con una amistad por el simple hecho de pertenecer al mismo lugar y haber crecido en compañía. Mi mente lo había obviado hasta entonces y sentí por un momento que yo era parte de la causa de su alejamiento, es más podría afirmar ese hecho o por lo menos lo había prologando debido a que las primeras veces en que estuvieron en conjunto o la primera vez que conocí a Tay, ya O.A parecía tener una actitud lejana con O.V.

Cuando entramos, cerrando la puerta a nuestras espaldas quise indagar un poco para saber si mi suposición tenía algo de verdad y también porque ya se había implantado la curiosidad en mí.

  — Kay y yo somos tan similares en algunas cosas, que casi actuamos como imanes que se repelen desde que nos conocimos —me sorprendió el comentario de Tay como si leyera mi mente —pero claramente ustedes tienen el efecto contrario —me reprocho, haciéndome saber que quería escuchar una explicación sobre mi manera de actuar horas atrás en la fiesta.

Enseguida le hice saber también que no diría nadateniendo en cuenta su estado, hablar con alcohol en el organismo era mala combinaciónen ocasiones y esta era una de ellas. Cada quien tomo una ducha aparte y aunquesabía que la brisa nocturna que había tomado mientras llegábamos a casa y elagua habían disminuido el efecto en su cuerpo, aun contaba con un ápice delefecto y lo comprobé cuando choco sus labios con míos en busca de más que unbeso, era la primera vez que buscaba por su parte ir más allá.

QUIZÁ EN OTRO UNIVERSO © [Terminada]Where stories live. Discover now