Capítulo III : Mánager

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Sarada no podía creer que él había venido a buscarla para ir a la universidad. A unos metros había estacionado su motoneta. Y llevaba un casco en su mano. Le sonreía como siempre. Sus cabellos rubios y esos ojos oscuros que tanto amaba. Se había enamorado en el primer año de la universidad. Y habían trabajado juntos en el restaurante familiar. Sin darse cuenta estaba perdidamente enamorada del rubio. Su nombre era Akihito. Y era el nombre de quien le robaba suspiros en la noche y no la dejaba pensar con claridad cada vez que lo tenía enfrente. Jugó con sus mechones cuando el chico se acercó para saludarla:

—Vamos, te llevo—sonrió.

Sarada sintió que los nervios se acumularon en su estómago. ¿Iría junto con el chico que le gustaba en su motoneta? Eso sí que la ponía nerviosa. Desvió la mirada sonrojada y accedió a su oferta. No era nada de otro mundo, ¿verdad? Le entregó el casco y lo siguió hasta su vehículo para subirse, miró su ancha espalda, se notaba que estaba bien contorneada. Esbozó una sonrisa tímida y se sentó atrás, se sujetó de la cintura, uniendo sus manos. Akihito encendió el motor y partieron. El viento sopló en su cara con vehemencia. Su enojo con respecto al trabajo, se habían ido, ahora estaba al lado de la persona que amaba. ¿Lo amaba? No estaba segura. Solo sabía que la tenía de aquí para allá con su sonrisa.

Akihito tomó la carretera y una vez que la pisó, aceleró con todo lo que pudo, haciendo que le viento pegara sus mechones en su boca, se desprendió por un momento para quitárselo y se echó a reír divertida por el momento que estaba pasando. Su mañana había comenzado mal y ahora estaba mejorando. Gracias a Akihito. Al aferrarse a su ancha cintura, se apegó a su espalda, dejó que su aroma varonil se impregnara en sus fosas nasales:

—¡Sarada...!—gritó elevando la voz por el viento—. ¿Esta noche estás libre? Hay una fiesta que organizan los del último curso.

—Sí, estoy libre—repuso sorprendida. Su corazón se aceleró.

—¿Quieres venir?

—De acuerdo.

Había acordado una especie de "cita" con Akihito. ¿Que mejor que eso? Estaba ansiosa por comentárselo a Chouchou en su tiempo libre a través de la video llamada. Una vez que llegaron al campus, Akihito se despidió con una sonrisa y luego un casto beso en su mejilla izquierda, eso hizo que la pelinegra se sonrojara. ¿Desde cuándo era tan dulce con ella? Extendió la mano y se saludaron como de costumbre, cada uno por su lado, no se verían hasta la noche. Con una sonrisa de lado a lado ingresó a sus clases. La atención estuvo dispersa por su culpa, hasta que llegó la hora del almuerzo y tocó el turno de informárselo a su mejor amiga. ¿Qué opinaría sobre eso? No tenía idea. Solo rogaba que no se burlara.

Se sentó en una de las mesas que estaba libre en la zona del comedor universitario, precisamente, en la parte de afuera. Llamó a su amiga y esta no tardó en contestar, para cuando lo hizo, se la notaba un tanto cambiada desde la última vez. El cabello recogido a una media cola y algo de brillo en sus labios, no era extraño viniendo de ella, pero si la energía con la que la saludó. Sarada parpadeó confundida. Haciendo caso omiso, comenzaron a ponerse al día, preguntándose qué habían logrado en los últimos semestres.

Chouchou le comentó entusiasmada que estaba viéndose con un chico que era coreano y que su nombre era Mitsuki. Tan pronto como le preguntó por el chico, le envió fotos y hablaron sobre él un buen rato. Sarada estaba ansiosa, pues quería contarle sus avances con Akihito y su nuevo trabajo en la Agencia de Modelos. La pregunta la descolocó:

>>Entonces, ¿qué tal te va en el restaurante? ¿tu jefe sigue maltratándote?

—Ah, sobre eso...—articuló nerviosa—. Me despidieron hace una semana y..—juntó aire en sus pulmones para soltarlo despacio—. Mi madre me consiguió un contrato en una agencia de modelaje. Estoy trabajando como modelo...

Indomable Encanto (Borusara)Where stories live. Discover now