Indomable Encanto (Borusara)

Capítulo XX : Intimidad

La idea de viajar a París le agradaba y mucho más porque era el lugar donde su madre había remontado vuelo como modelo profesional. Lo que no le gustaba era saber que para ir a Nueva York tenía que competir con su peor enemiga: Hisuna. Esa chica era insoportable. A pesar de todo, se sentía bastante segura de que podía hacerlo. Su mánager confiaba en que no sería problemático y sería ella quien viajaría a Nueva York. Su padre tenía que enterarse de las novedades, así que decidió enviarle un mensaje, pues sabía que estaba ocupado y no podría llamarlo ni verlo hasta la noche.

Al salir de la oficina de Kakashi, bajaron por el ascensor y estaban por salir de la agencia, cuando alguien los interceptó en la puerta. Sarada no podía creerlo. ¿Justo ahora? No tenía intenciones de hablar con ella. Quería regresar a casa cuanto antes y Hisuna estaba estorbando el paso. Se cruzó de brazos en una posición desafiante. La pelinegra la imitó, solo que con una expresión de hartazgo. ¿Qué le diría?

—Me enteré que eres la otra modelo para la pasarela de Temari.

—Así es—resopló—. ¿Y qué?

—Solo quiero informarte que estuve esperando ir a Nueva York por mucho tiempo, así que seré quien me lleve ese premio. No permitiré que una novata me arrebate lo que siempre he querido hacer—miró de reojo a Boruto y se acercó para sujetarlo del brazo. Este revoloteó los ojos y la miró agobiado—. Quiero decirte también, que no soy tan tonta para no darme cuenta que hay algo entre ustedes.

Sarada palideció. ¿Sabía que ellos estaban saliendo? ¿Desde cuándo? Se suponía que era una relación en secreto, miró con desesperación al rubio y este se encogió de  hombros. Se soltó de Hisuna y colocó su mano en la espalda de Sarada para que avanzara.

—Hisuna, no tenemos tiempo que perder. Ella debe estudiar—suspiró—. Así que ocúpate de tus cosas. ¿De acuerdo?

—¡A mi no me engañas, Boruto! ¡Es obvio que ustedes...!

—¿Y eso te importa?—atajó su primo—. Yo decido con quién mantengo una relación amorosa o no. Tu no tienes por qué meterte.

Boruto tenía demasiado con preocuparse por su hija. Sarada lo siguió hasta la Pick up y al colocarse el cinturón de seguridad, el rubio recibió un mensaje de Mio, el cual le decía que estaba yendo en camino hasta su residencia para llevarle los papeles. Por la forma en que resopló, se dio cuenta que no estaba de buen humor y que el mensaje que recibió tenía que ver con Mio. Bajó la mirada, ¿de verdad no tenía que darle importancia a esa hija? No quería meterse en su vida privada, solo que nunca imaginó que Boruto sería padre accidentalmente. Escuchó cómo tecleaba el teléfono y arrancó en cuanto terminó de responder:

—¿Era Mio?

—Sí, me dijo que me llevará los papeles—suspiró—. No te preocupes. Solo será un rato. Te llevaré a casa...

—¿Puedo ir a tu casa?—lo interrumpió.

—Sarada, debes estudiar—le respondió—. ¿No es que tienes exámenes en septiembre? Son los más importantes...

—Lo sé, pero...—desvió la mirada—. No quiero...

Boruto entendió el punto. No quería que estuviera a solas con Mio. Era normal. Se sentía insegura de que pasara algo o que ella se aprovechara. O tal vez solo quería acompañarlo. Buscó su mano y la entrelazó con la suya, Sarada se sorprendió por su gesto, el chico le devolvió una sonrisa cálida y segura. Un rubor se pintó en sus mejillas. Presionó sus manos y entonces le correspondió la sonrisa. Se sentía bien cuando recibía esas pequeñas caricias. Boruto condujo para salir de la ciudad y pisar la carretera. No estaba segura de cómo reaccionaría al ver a Mio, ¿ella estaría a gusto de saber que Boruto había iniciado una relación nueva? No tenía por qué saberlo. Ellos estaban saliendo a escondidas hasta nuevo aviso.