Día 3 | Angst

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Pareja: SeroKami

Canción:  VIXX LR - Beautiful Lie


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Ese día, tal como tenía planeado, salió de su casa con un elegante traje negro hecho a la medida. Sus zapatos brillaban bajo la luz del sol y las piernas daban pasos rápidos y constantes. Su cabello rubio no se mecía por el viento ni el movimiento ya que se había esmerado bastante en tenerlo organizado.

Cuando pasó al lado de la tienda que quedaba en la esquina, la dueña de esta salió a saludarlo con una enorme sonrisa en el rostro.

—¡Denki-kun! ¡Qué guapo te ves hoy! —dijo la señora con un tono dulce y emitiendo una risita baja, llevándose la mano al mentón.

Kaminari le correspondió con una sonrisa ladina, meneando la mano.

—¡Y usted se ve muy bien, Kazuya-san! ¡El divorcio le ha sentado de maravilla! —exclamó el chico rubio, caminando con rapidez alejándose de la tiendecita.

—¡Oh vaya, no digas eso que me abochornas! —Por supuesto, la señora se veía más que complacida con el comentario del joven. Este se despidió una vez más sacudiendo la mano y se dispuso a continuar su camino con rapidez.

Las personas del barrio lo conocían muy bien. Por supuesto, no era como si Denki Kaminari no llamara por sí solo la atención. Además de ser conocido por ser un chico alegre y guapo, se había hecho la fama de ser alguien colaborador. Siempre estaba al tanto de lo que otros necesitaban y nunca dudaba en ofrecer una mano a quien necesitara ayuda.

Pero, además de eso, había cierto rumor que corría por las bocas de todos y que Kaminari conocía a la perfección. Era por tal rumor —que era cierto incluso aunque no quisiera— que su nombre circulaba siempre por allí.

—¡Muchacho, qué alegría verte hoy por aquí! ¿Qué deseas llevar? —dijo el hombre encargado de la floristería del barrio. El barrio donde vivía era un lugar pequeño donde todos se conocían entre sí. Los ojos del hombre no dudaron en recorrer con discreción el atuendo de Kaminari y una mirada de comprensión cruzó por su rostro.

Kaminari sonrió, buscando su billetera.

—Lo mismo de siempre, Sasaki-san. Muchas gracias —contestó Kaminari, cuya sonrisa titubeó durante un instante en cuanto recibió el pequeño ramo de flores que le tendía el hombre y le pagó a su amable vecino.

—Es con gusto, muchacho —replicó el señor, sintiendo el impulso de añadir algo más—. Buena... suerte allí, muchacho.

Denki, por supuesto, no dudó en dedicarle una pequeña sonrisa al hombre.

—Muchas gracias, señor —se despidió Kaminari, dando media vuelta.

Kaminari caminaba con absoluta calma por las callejuelas de su conocido barrio. Sus vecinos lo saludaban con alegría en cuanto lo identificaban, mas una sombra de duda cruzaba sus rostros al notar el traje que llevaba.

Espirales de luz |Denki Kaminari Week 2019|Where stories live. Discover now