El esposo de un abogado |Sasunaru|

Capítulo 35; Joe.

—Joe —susurró Menma, cuando reconoció a la persona que estaba siendo atacada por aquellos hombres, llamando su atención. Haku observó en silencio al enmascarado a su lado y luego le hizo la señal para que se alistaran, debían ir al rescate—. ¿Bien? ¿Cuál es el plan? ¿Yo los golpeo, tomo al chico y salgo mientras los inmovilizas o...?

Haku solo pensaba en silencio.

Hannya había empacado aquella vez una pistola con silenciador, pero al final de cuentas, se había convencido de que nadie les oiría en ese lugar inhóspito y lo había olvidado en la camioneta que usaron para movilizarse. Por eso, el disparo había alertado a los otros dos de sus presencias aquel día, y por eso, no había tenido ni intención de salvar a Hannya.

Había arrastrado a Sora lejos de ahí, dejándolo en el mismo barrio, distinto edificio abandonado y luego había llevado a Hannya con Kaguya. Cuando sus horas libres comenzaron, buscó al chico, le hizo una pequeña curación y cargó con su peso muerto en la motocicleta del mayor hasta que llegó a su hogar. Lo único que escuchó después fue el ruido de su teléfono, al contestar, Zabuza le avisó que lo más probable era que los Uchiha buscaran ahí a su hijo.

Él huyó con el Uchiha.

—Eso suena bien —Sora lo miró en silencio con ojos de borrego, aunque la mascára no le permitió ver eso a Haku, igual se lo imaginó él porque bueno, lo había conocido lo suficientemente bien los últimos dos meses—. Pero creo que será mejor inmovilizarlos ahora y solo irnos sin dar pelea.

—También podemos hacer eso —le hizo dedos de pistola y se quedó en silencio—. ¿Cerbatana y tus agujas?

—Cambio de planes —Haku sacó tres agujas en cada mano y se puso en posición de ataque, cosa que alertó al pelinegro y lo hizo voltearse. Dos personajes no identificados y armados se acercaron a ellos—. Corre, yo me encargo. 

Sora asintió y salió corriendo en dirección al chico que estaba a punto de ser lastimado seriamente, si es que aquellos golpes no lo habían hecho ya. En el camino tuvo que detenerse y pelear a mano limpia con unos cuantos, también le pegó un puño a uno mientras saltaba y le caía encima con las piernas sobre los hombros. Cuando estuvo a menos de dos metros, un mastodonte lo detuvo y apuntó con un arma mientras le hablaba.

—Lo siento, hermano, no hablo ruso o lo que sea que se supone que estás hablando —dijo, mientras le daba una patada en la pantorilla. El hombre no se movió un centímetro y lo golpeó de vuelta con el reverso del arma, así que tuvo que pasar al plan B. 

Forcejearon un poco hasta que dio un disparo al aire y todos se dieron cuenta de su presencia. Sora maldijo mientras otro iba hacia él. Genial, ahora peleaba con dos. ¿Alguna vez han visto una película de Jackie Chan? Bueno, Sora esperaba estar siguiendo bien sus pasos porque de seguro no se veía tan cool como el chino. Y le estaban dando una páliza, más bien al estilo de John Cena.

—Joder —gruñó cuando el hombre del arma fue vencido por una de las agujas de Haku, apartándose del pecho al peso muerto que simbolizaba aquel hombre—. ¡Te estabas tardando!

—Lo siento, estaba ocupado —respondió el doncel con ironía, mientras lanzaba otras tres agujas a los contrincantes y Sora se levantó del suelo, limpiándose la sangre que le corría por el labio roto—. ¿Está bien el niño bonito? —preguntó, al ver que los tres -incluyendo al chico en el suelo con los ojos desorbitados por el miedo- se habían detenido a ver a los personajes enmascarados que habían bajado a cinco de su equipo.

Un hombre más se levantó para golpear a Sora en la mandíbula, cosa que ladeó la careta hacia un lado y el chico al reconocerlo abrió los ojos enorme. Es Sora, el chico desaparecido de los Uchiha y... mi ex. Uno de los ojos azules del varón quedó a la vista así como sus tres marquillas en las mejillas. Marquillas que habían dejado de ser hechas por él con marcadores, marquillas que había grabado en sí mismo con kunais, como un recordatorio de quién era, apenas despertó en casa de Zabuza, claro que, en ese momento ni siquiera supo qué hizo o por qué.