taehyung.

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Lo primero que supe de Taehyung no fue por boca de Jungkook, ni de nadie. Un día fui a tomar agua en la cocina y al pasar por su habitación, estaba teniendo sexo con una chica con la puerta abierta. Una buena primera impresión es lo que cuenta, ¿no?

Taehyung estaba siempre en la casa, salvo cuando salía de noche a hacer dios-sabe-qué-cosas, y se pasaba el día descalzo, con un pantalón largo y ancho color gris con girasoles pintados en toda su extensión, y una remera blanca también manchada con pintura de todos colores. Su puerta se distinguía de las de otras habitaciones por tener la mitad de un sol enorme pintado en ella, a pesar de que eso estaba prohibido. No era alguien de seguir mucho las normas, era algo extraño, y donde estaba él había olor a palo santo.

— ¿Taehyung? — Me respondió Jungkook cuando le dije lo que había presenciado. — No me sorprende, es un tipo raro. Lo mejor es conservar la distancia con él, no es que crea en esas cosas, no tienen lógica, pero dicen que el tipo tira las cartas, hace vudú y cosas raras. A ver si te hace un gualicho.

Pobre Jungkook, no tenía idea que a mí, mientras más extravagante, mejor.

Seokjin y yo empezamos a hablar más, por algún motivo ahora él pasaba más tiempo en la casa y eso a mi novio le agradó más que preocuparle, algo lógico, nunca pensaría que quien parecía un hermano mayor para él se había acostado conmigo. No sospechaba nada de las miradas cómplices que él mayor me daba entre charlas, ni las varias veces que nos escondimos en los baños en horario de clase a fumar y darnos besos. Eso yo nunca lo haría, en ojos de Jungkook.

Mirando en retrospectiva, pase de ser un hijo de puta, a ser el hijo de puta más grande de todos.

Con Jungkook, como dije, las cosas seguían normales, porque yo lo quería así y él no sospechaba nada. Quería jugar un rato, pero volver a él, sin darme cuenta de que no me iba a durar mucho este sube y baja. En su momento, ignoré esto. "Hay que ver el presente" pensé, dejándole el problema a mi yo del futuro, que voy a contar más adelante.

Volviendo a Taehyung, mi interés por él creció con el pasar de los días. Cuando lo veía andar por la cocina intentaba hacerme notar de alguna manera, por supuesto, sin éxito. Me ignoraba, y eso estaba empezando a sacarme de quicio. Hasta que una idea llegó a mi mente, recordando las palabras de mi novio.

"El tipo tira las cartas, hace vudú y cosas raras"

No puedo creer que en serio usé eso a mi favor.

Con el corazón latiendo fuertemente, toqué tres veces en la puerta pintada. Aproveché que Jungkook se había ido, otra vez, a encontrarse con algunos compañeros, para tirar mi última bala con Taehyung. Si esto no funcionaba, dejaría de intentarlo. Me abrió la puerta él mismo, el olor a palo santo intensificado al estar frente a él, con el torso descubierto y el pantalón de girasoles, el pelo grasiento, una expresión seria, y a la vez tranquila.

— ¿Qué necesitas? — Dijo, tratando de sacarme de ahí.

— Vos sabés hacer tarot, ¿no?

Me senté en la cama, cruzando las piernas, y él extendió un recorte de tela suave, cuadrado y de color violeta sobre el colchón. Él se sentó del otro lado, y me extendió un papel en blanco, y una lapicera sin tapa, con el final roto.

— Anotá lo que quieras preguntar ahí, y tené esa pregunta presente todo el tiempo.

Mire el papel en mi mano y, como pude, escribí "¿Estoy llevando un buen camino en mi vida?", y asentí. Él estaba barajando el mazo, que dejó sobre la tela para que lo cortara, y eso hice. Él volvió a mezclar, y yo no podía dejar de verlo, porque a pesar de que estaba sucio y era un desastre, bajo la luz del día tenía un aire angelical en el brillar de su cabello, y su piel morena.

the resident | yoonkook Where stories live. Discover now