Un sentimiento nuevo que nace en mi corazón

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Taemin se sentía tan agradecido de las personas que habían estado con él, cuando más necesitó de su familia, y la verdad era que los Kim y los Shim eran como su verdadera familia.

Sun Hee y Kibum siempre viendo que comiera bien, que tomara sus medicinas e hiciera sus sesiones de rehabilitación.

Jonghyun ayudándolo con las composiciones que su mente creativa desbordaba a cada instante. Ayudando junto a su mánager a conocer nuevas personas que le ayudarían en su futuro profesional.

Jae Yeong y Naeun con su juventud y alegría, le hacían olvidar que no tenía un pasado del cual necesitar para poder tener un futuro esplendoroso.

Ellos lo cargaban de energía cuando creía no poder más.

Y por último estaba Chang Min.

Le debía tanto.

El mayor se había convertido en alguien muy importante para Taemin, era un gran apoyo dentro de todas las personas que conocía.

Y por el que sentía más que un gran cariño de hermano.

Cuando estaba cerca del alto azabache, sentía cómo muchas veces su corazón se aceleraba y su respiración se volvía tensa.

Chang Min era tan bueno y atento con él, que era imposible no sentir algo más que amistad o cariño de hermanos.

Incluso podía sentir que tenía sentimientos más intensos hacia el mayor, que los que sentía por Kibum o Jae Yeong, o cualquiera de sus amigos cercanos, porque tenía muchos.

Pretendientes sobretodo.

A los que discretamente rechazaba, porque no podía corresponder sentimientos que sabía no existían en él.

Pero con Chang Min era distinto.

Todo era distinto.

Con Chang Min se sentía seguro.

Lo quería, pero de una forma distinta.

Aún no sabía si era amor, pero sí estaba seguro que no eran los mismos sentimientos que sentía por los demás.

A Chang Min lo quería de forma distinta, quería ser siempre el primero para él.

Que lo mirara solo a él.

Sabía que aquellos sentimientos que tenía cuando lo veía cerca de alguna chica o chico, eran celos, porque sentía que su cara se ponía roja cuando alguien tocaba su brazo intencionalmente, aunque pareciera que no.

Y que eran tan fuertes y desquiciantes, tanto que lograban que se comportara como un niño con juguete nuevo el cual no quería compartir.

Cuando eso pasaba, se acercaba y robaba su atención, haciendo morisquetas para hacerlo reir, por ejemplo.

Y si eso no resultaba, y aquella persona era muy persistente a sus insinuaciones por dejarlos solos, Taemin no dudaba en tomarlo de la mano y entrelazar sus dedos, jugando con ellos mientras se recargaba a su costado, simulando prestar atención mientras mantenía su cabeza apoyada en su hombro.

Chang Min le llevaba mínimo 10 cm a Taemin, pero esto en lugar de ser una desventaja, Taemin lo volvía a su favor, porque entonces lograba que el objeto de sus celos viera cómo el alto apoyaba su cabeza sobre la suya y dejaba cortos besos en su cabellera, mostrando así que él era mucho más importante que cualquier persona en el mundo.

Ciertamente, Taemin era un mimado, eso ni qué negarlo.

¿Pero quién tenía la culpa?

Chang Min.


Flashback

Estaban en casa de los Shim, celebrando el cumpleaños número 30 de Chang Min.

Habían muchos invitados.

Familiares, empleados de la empresa y uno que otro amigo de Taemin también.

Todo estaba saliendo conforme a lo planeado.

Taemin se hallaba compartiendo con Kyuhyun y Tiffany, amigos de la universidad de Chang Min.

Éstos adoraban a Taemin porque sabían que era una persona muy especial para el alto, pero sobretodo porque sabían de los sentimientos de su amigo hacia el menor, y estaban contentos de que el receptor de aquellos sentimientos fuera el pelinegro, considerándolo lo mejor que le había pasado a su amigo después de mucho tiempo.

Kibum estaba ayudando a Sun Hee con cosas relacionadas con la organización de la fiesta, porque se habían presentado algunos inconvenientes y; Jonghyun estaba con Jae Yeong y Naeun coordinando la sorpresa que tenían para el cumpleañero.

Taemin conversaba tranquilamente con sus amigos, hasta que se dio cuenta que su hyung llevaba mucho tiempo al lado de una pelirroja que no entendía o no quería comprender lo que era espacio personal.

Sobre todo si había cruzado innumerables veces, miradas con él.

Miradas que le decían perfectamente que no le agradaba para nada la forma en cómo se le acercaba y lo tomaba del brazo; arreglándole disimuladamente la corbata que de ninguna manera estaba torcida, o limpiando unas invisibles pelusas de las solapas de su impecable terno negro.

-Taemin cambia esa cara por favor- decía Tiffany con disimulo- Las personas están mirando hacia acá.

El pelinegro no dijo nada, solo desvió la mirada un segundo, pero no para hacerle caso a la castaña, sino mirando al vacío, como si necesitara tiempo y espacio para pensar.

-Taemin...- preguntó confusa- Taemin qué...

-¿Sabes qué?- dijo, esbozando una escalofriante sonrisa. Tomó un par de copas con un líquido rojo que llamaron su atención y, que precisamente pasaban delante de su grupo, llevadas elegantemente por un mozo ofreciéndolas a los invitados- Creo que tengo sed.

Los ojos de Tiffany y Kyuhyun se encogieron con sospecha.

-Taemin eso tiene demasiado alcohol- advirtió el otro chico.

-¿De verdad? – los miró de reojo, ladeando una sonrisa- ¿Tienes un encendedor?

Kyuhyun tragó con dificultad, intentando creer que lo que había dicho el menor había sido una broma, de mal gusto por supuesto.

Taemin avanzó unos pasos hacia su objetivo que, no se percataba aún de nada.

-¡Taemin no vayas, espera un poco!- chillaba bajito Tiff, siguiéndolo asustada.

-Quiero tomar una copa con hyung, nunna- respondió un nada inocente Taemin, deteniendo sus pasos pero sin dejar de ver su objetivo- ¿Acaso no puedo?- sonrió apenas, dando un solo paso porque la chica lo sujetó del brazo.

-No me creas estúpida, Tae. Tú no bebes- lo acusó con el dedo índice- Mucho menos algo...- miró ambas copas- Tan colorido.

-Nunca es tarde para empezar- respondió de vuelta Taemin, haciendo una mueca perfectamente clara para Tiffany.

Kyuhyun los miraba desde unos metros atrás, comprendiendo el suspiro de cansancio de su amiga.

Porque tanto él como Tiff sabían perfectamente que Tae no bebía más que agua.

-¡Aigoo! Era tan bonito ese vestido- la pelinegra escondió el rostro entre sus dedos, cubriendo especialmente sus ojos para no ver el desastre frente a ella.

Fin del flashback

Olvídame (2min)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz