Ambiguo

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Tiffany aún no podía sacarse aquella horrible escena de su mente.

En donde Changmin se había agarrado a golpes con alguien que no conocía, pero que debido a los gritos de desesperación de Taemin queriendo detener la pelea, supo que era la razón por la cual su amigo la había mandado llamar con tanta urgencia.

Ahora el menor dormía en su regazo mientras ella peinaba sus cabellos con cariño pero mirando a la nada, reflexionando sobre toda aquella ridícula situación.

«¿Así que aquél tipo era Choi Minho?», pensó, mirando nuevamente que la hinchazón en el ojo izquierdo de su amigo, no se estuviera poniendo peor de lo que quedó.

Aún no podía entender cómo es que Taemin se le escapó de las manos cuando quiso impedir que se metiera entre esas dos moles humanas, que lo único que querían era partirse la madre.

Porque cuando se dio cuenta, el pelinegro ya estaba volando metros atrás, producto del derechazo que su propio novio le propinó en el ojo al querer asestarlo en su contrincante, con tal ira, que lo dejó desmayado.

¡Pero la culpa de todo la había tenido Minho!

Porque, de no haber sugerido con su estúpida sonrisa torcida, que entre Taemin y él había pasado algo más que solo encontrarse por "casualidad" en el dichoso ascensor; donde además, el menor se veía realmente nervioso. En lugar de solo desviar la mirada y hacerle al tonto.

Nada de eso habría pasado; poniendo a Taemin en una situación por demás, incómoda.

Y ahora, además de ambos hombres ser amonestados, ciertamente con una gran multa, por crear destrozos en propiedad ajena, no tendría a su pequeño amigo durmiendo sobre sus piernas, después de llorar como magdalena y con un gran morado en su delicado rostro.

...

Minho se había quedado en el hotel, que es donde llegó a hospedarse sin saber que justamente sería ahí donde encontraría a Taemin.

De haberlo sabido antes, no habría pasado el día entero frente a la casa Shim, esperando verlo aunque sea unos minutos, para hablar con él y entregarle la joya que aún tenía en sus manos.

Había querido ser él mismo quien lo llevara con un médico cuando el "idiota" de su novio lo golpeó en medio de la lucha, pero no se lo permitieron.

La seguridad del hotel se encargó de retenerlo hasta que Shim y compañía dejaron el edificio.

Ahora, dando vueltas en su habitación como león enjaulado, solo pensaba en la forma de poder encontrarse con Taemin y terminar lo que habían dejado pendiente en el ascensor.

De solo recordarlo, sonrió como tonto, pasando su lengua sobre su labio inferior.

Recordando lo maravilloso del momento, la entrega del pelinegro y las ansias de volver a sentir todas aquellas emociones, vividas tan solo horas atrás.

Y aunque no dejaron que Minho supiera dónde se llevaron al menor, tenía un punto a su favor; y eso era que él conocía la casa y la empresa Shim, Onew le ayudó con aquellos datos antes de viajar a Japón.

Ahí lo buscaría, pero no hoy.

El morado en el ojo de su amado tardaría en bajar al menos dos días, y aunque Taemin podría no recordar muchas cosas de su pasado, ciertamente la vanidad no había sido una de ellas.

El pelinegro esperaría que al menos pudiera cubrirlo con maquillaje antes de poder salir a algún lugar, entonces él estaría esperando pacientemente.

Olvídame (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora