Capítulo 31: Puntito ✅

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"Crear contigo el amor y hacer contigo la vida".


Cuando salieron del hospital, Fernanda propuso ir a comer y, aunque realmente no tenía deseos de hacerlo, prefirió aceptar. En aquel momento, necesitaba despejar su mente de todas las ideas y pensamientos que la tenían vuelta loca, del bombardeo de dudas y preguntas a la que su mente la estaba sometiendo

Apenas probó bocado y trataba de escuchar lo que su mejor amiga le contaba, aunque realmente no podía olvidar las palabras de la doctora Roca, las cuales se repetían en su cabeza una y otra vez. Pensaba en Alonso y en que, en aquel momento, ambos estaban peleados, en que no tenía ni la más mínima idea de cómo se tomaría la noticia y mucho menos de cómo se la diría.

Dejaron a Fernanda en su apartamento luego de comer y le pidió a Nicolás que la llevara a otro lugar porque no deseaba regresar aún. No se sentía preparada para enfrentarlo, no todavía, pero mucho menos estaba preparada para contarle aquello sin antes en claro sus sentimientos.


Caminó por un precioso parque por horas, siempre escoltada y seguida muy de cerca por Nicolás. Sabía que él tenía órdenes claras de no dejarla sola y ahora ella no pensaba hacer nada para que eso ocurriera. Ya no solo era su seguridad la que estaba en riesgo, también la de ese bebé que apenas comenzaba a existir.

Llegó hasta un parque de juegos en el que había muchos niños correteando. Pudo ver a algunos de ellos subiendo y bajando por los toboganes, otros en los columpios o corriendo detrás de una pelota, jugando entre ellos siempre con una cara de felicidad que deseó que jamás perdieran. Muchas veces se había imaginado siendo madre, teniendo un pequeño bebé que fuera su gran amor y su alegría, pero quizá no tan pronto... Las preguntas bombardeaban su cabeza porque ni siquiera había imaginado serlo en ese momento, serlo con un hombre que... que amaba, que amaba y mucho. 

Por mucho tiempo su corazón se lo había gritado, pero ella prefirió ignorarlo y seguir viviendo en aquella relación sin nombre que ambos habían aceptado. Habían vivido cada día intensamente sin pararse a pensar en lo que tenían o sentían, solo teniendo claro que no querían separarse nunca. Ahora... ya no solo estaba segura de su amor por él, sabía que él estaba enamorado de ella porque lo había escuchado de sus labios y llevaba sintiéndolo y demostrándoselo durante semanas, aunque ninguno de los dos lo hubiese dicho en voz alta. 

Pensó en Alonso, en su reacción con esa inesperada noticia y en lo mucho que a ella le alegraba, aunque estuviese muerta de miedo, aunque ni siquiera tenía claro de cómo lo haría o qué pasaría entre ellos después de ese día. Entonces sintió, por primera vez desde que lo supo, la necesidad de colocar una mano sobre su vientre y darse cuenta que ahí ya crecía un bebé. Un hijo suyo y de Alonso. Una leve sonrisa apareció en sus labios y por un segundo logró imaginarse con un pequeño niño o niña de cabello rubio, de ojos azules iguales a los de su padre... Sentada en aquel parque mientras lo veía jugar con él, correr y reír, formando esa familia que tanto anhelaba.

—Nicolás —lo llamó y él enseguida acortó la distancia entre los dos.

—¿Se encuentra bien, señorita? ¿Sucede algo? —Negó enseguida y por un momento pareció ver al Alonso que conoció, siempre alerta, siempre pendiente de todo lo que sucedía a su alrededor, pero del cual cada día quedaba un poco menos.

—No, tranquilo. Solo quería saber si Alonso te habló o te escribió. ¿Te preguntó dónde estoy?

—No, señorita. Solo preguntó si todo estaba bien, le dije que sí y tan solo me recordó que no le quite los ojos de encima —Asintió y respiró hondo, quitando la vista de los niños que correteaban por aquel parque porque sabía que había llegado la hora.

Pequeña Tentación #BilogíaTentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora