Capítulo 25: "Esperanza perdida"

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La misión era clara: evacuar a los civiles. Luego podrían encargarse de Ultrón. Probablemente hubiese sido el doble de difícil si no hubieran tenido a Wanda de su lado, que con su control mental logró que los ciudadanos de Sokovia se vieran inclinados a salir de la ciudad cuanto antes. El resto tan solo podía ayudar a guiar, tratando con los embotellamientos que la repentina evacuación provocó en las atestadas calles del país.

Liv escuchó un par de disparos dentro de la estación de policía a su derecha y puso los ojos en blanco, mientras reprimía una sonrisa.

—¿Había necesidad? —Pietro se encogió de hombros y le sonrió, en lo que los policías salían del establecimiento y cumplían con sus órdenes.

El plan estaba saliendo bien. Demasiado bien, si se podría aventurar a decir la muchacha. Era solo cuestión de minutos antes de que un obstáculo se presentara. Después de todo, Ultrón no se las haría tan fácil.

Los adoquines de las calles comenzaron a separarse y de las grietas se escapaban cientos de robots del ejército de Ultrón. Parecían multiplicarse con los segundos. Eso no era bueno, no habían terminado de evacuar a los civiles. La pelirroja observó al muchacho a su lado, quien había cambiado su semblante usualmente divertido a uno más serio. Le asintió a la chica y ambos avanzaron al encuentro con los ultrones.

Con la espada en mano, Liv logró deshacerse de cada robot que se escapara de Pietro. Debía admitir que no solo hacían un buen equipo dentro de la habitación. Sin embargo, su suerte cambió de rumbo nuevamente, cuando las grietas se ahondaron y la ciudad se comenzó a elevar. No es como si fuese una sorpresa para Liv, quien ya sabía que el plan del Capitán no se ejecutaría a la perfección, pero trataba de convencerse de que eso era casi imposible en cualquier misión. Al final del día, todo se trataba de solucionarlo de la mejor manera posible y, con suerte, nadie saldría demasiado herido de allí.

Tomó uno de los brazos de Pietro y lo tiró a su lado, evitando de esta manera que cayera al vacío. Ambos observaban a su alrededor con asombro. Dentro de todas las cosas que se hubieran imaginado que Ultrón era capaz de hacer, nunca se les había pasado aquello por la cabeza. El resto del grupo guardó silencio en los intercomunicadores.

La voz de Steve rompió el silencio de asombro que todos mantenían en un acuerdo tácito, ordenándole a Tony que se encargara de Ultrón.

—El resto de nosotros tiene un trabajo —dijo con la voz agitada—: destruir estas cosas —Liv observó como más ultrones aparecían detrás de la cortina de polvo que se había levantado—. Si los lastiman, lastimenlos ustedes. Si mueren, supérenlo.

No sabía si era la sangre asgardiana en ella o si simplemente se encontraba rebosante de adrenalina, pero todo lo que quería hacer en aquel momento era destruir a aquellos malditos robots. Para los nórdicos, la muerte no significaba el fin y, si debía de ser honesta, no estaba necesariamente aterrorizada por la idea. Si Tony llegara a escuchar sus pensamientos probablemente la encerrara en una habitación acolchada, pero era la verdad. De cualquier manera, se iría bañada en gloria y sabía que tenía un lugar especial guardado en Fólkvangr.

—¿Nos vemos en un rato? —preguntó el muchacho con una sonrisa nerviosa. Okay, puede que tuviera alguna mínima razón para no disfrutar su ascenso tanto como debería. Liv lo besó y sonrió sobre sus labios.

—Más te vale.

Corrió hacia donde parecía que se aglomeraban la mayor cantidad de robots, tantos que ni siquiera Steve y Thor podían contra ellos. Se abrió paso a estocadas, cubriéndose de los pedazos de metal que salían volando cada vez que su espada atravesaba un ultrón, hasta llegar a donde ambos se encontraban luchando.

Warzone Legacy || Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora