EPILOGO

5.7K 332 60
                                    

Ha pasado cuatro meses.

Mi vida en Australia es maravillosa, un nuevo reto que fui capaz de domar. Nuevos amigos, nueva historia, nuevos lugares que conocer. Mi padre me acompañó en todo momento, nos volvimos más unidos que antes. Después de hablar con él sobre Sean, y poner un par de reglas entre padre e hija, la convivencia se hizo más llevadera. El aprendió más de mi y yo de él.

Mis clases son de otro mundo, nunca pensé que llegaría a amar más de lo que amo, mi carrera. Todos los días aprendo cosas nuevas, experimento sesiones fotográficas con profesionales, y la universidad está siendo hoy en día, mi lugar favorito. Conocí a dos chicas nuevas; Gianella y Sally. Ambas me dieron una grandiosa bienvenida a su cuidad, y fueron muy amables conmigo desde el primer día de clases. Estudiamos, salimos al cine, vamos de compras porque Gianella ama la moda. Congeniamos al instante, hubo química.

Pero aun asi no hay día que no extrañe a mi mejor amiga. Xionne vive ahora mismo en Londres, en una residencia del campus de su universidad. Comenzó sus clases de periodismo y le va muy bien.  Hablamos todas las noches por video llamada, aunque a veces se complica por el diferente cambio de horario. Sin embargo, para nuestra suerte siguen existiendo los mensajes de texto y eso mantiene que no perdamos contacto mientras nos extrañamos de una punta a otra. Con respecto a su relación con Cinthia sigue, pero a distancia. Eso hasta que mi ex compañera de trabajo termine de ahorrar y se tome el primer vuelo a Londres para vivir juntas como tenían planeado. Me había emocionado un montón cuando recibí esa noticia, es más, Cinthia también veria la forma de estudiar arte y seguir trabajando.

Y con respecto a mi mejor amigo, bueno... él tiene su propia historia de aventuras, donde todavía no decide qué camino tomar para llegar a lo que le gusta. Decidió tomarse un año sabático mientras investiga que va a estudiar o hará con su vida.

Y por último... suspiro y sonrío de solo acordarme de mi chico. Miro mi muñeca y ahí yace su regalo, no me lo quito ni para bañarme. Me recuerda todos los días que el siempre estará para mí. Fue realmente difícil despedirnos, no hay día que no necesite sus abrazos o no cuente cuanto falta para vernos. Queria besarlo abrazarlo, no soltarlo más. Se hacía tan duro vivirlo a través de un continente que nos separa.

Hablamos todos los días, a cada segundo. El primero en desearme los buenos días y el último en darme las buenas noches. Por mensajes, video llamadas o llamadas normales. Sus te amo eran música para mis oidos cuando tenía un día de mierda. Y lo más lindo era cuando festeja mis triunfos al pasar un examen.

El no había comenzado la universidad todavía. Pero si se había inscripto en algunas, solo que no me dijo cuáles.

En relación a su memoria, pudo recordar la mayor parte de sus recuerdos, y cada vez que decía "Alizee, me acordé de.." ya comenzabamos a gritar, y rápidamente lo anotaba en algún papel por si se lo volvía a olvidar. A este paso llegó a empapelar su habitación con recuerdos. Ahora hasta se llegó a comprar una cámara profesional para retratar cada cosa que va viviendo y quiera volver a recordar.

Mi psicóloga me dijo hoy en terapia que voy progresando, le hable de ti. —La voz de Sean nueva a través del teléfono.

Había salido de mi última clase hace media hora. Estaba sola en casa, por lo que lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Sean para hablar por llamada, pero él se encontraba en terapia. Había comenzado gracias a sus padres, le convencieron de que eso le ayudaría a estar bien después del accidente. Todavía seguían con el miedo de que se vuelva a aislar y no les cuente sus problemas, que se cierre en sí mismo y no deje entrar a nadie más, ni a mí. Va progresando, y eso me pone muy feliz porque está volviendo a ser el Sean que tanto amo.

Prescindible AmorWhere stories live. Discover now